Este año se celebra el cuarto centenario de la publicación del Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Alonso Quijano, hidalgo pobre, enloquece leyendo libros de caballe-
rías, creyéndose caballero medieval. En esta historia de historias, donde suceden toda suerte de cómicas aventuras, el personaje central, Don Quijote, acompañado por su escudero, Sancho, busca "desfacer entuertos" y ayudar a los desfavorecidos y desventurados, impulsado en el fondo por la bondad y el idealismo. Don Quijote representa el ideal, mientras que Sancho representa, por contraposición, el realismo: es astuto, materialista, y perseverante, pero al mismo tiempo bondadoso y leal. De este modo, se puede pensar que Don Quijote y Sancho no son figuras contrarias sino una misma representación que muestra la complejidad de la persona materialista e idealista a la vez, una perfecta mezcla de fantasía y realidad. El dilema de lo deseado y lo conseguido, casi una metáfora caballeresca de la mejora continua.
La historia está llena de quijotes y sanchos, de idealistas y realistas, de fantasías y realidades. La nuestra, la historia de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), es también una historia de deseos, y de metas a las que queremos llegar. Según las evidencias, que tanto nos gusta buscar en calidad, y aunque la historia se remonte a cerca de un cuarto de siglo1,2, la Sociedad Española de Calidad Asistencial quedó inscrita el 4 de febrero de 1985 en el registro de Asociaciones del Ministerio del Interior. Ahora cumplimos años, ¡veinte años no es nada!, pero suficientes como para comprobar que a veces lo deseado se puede conseguir, con perseverancia, la que nuestra sociedad tiene en seguir fomentando la cultura colectiva de la mejora continua.
Posteriormente, y con el mismo ideal, han ido surgiendo sociedades autonómicas, que actualmente están representadas en la Junta Directiva de la SECA. Por orden cronológico, la Sociedad Andaluza de Calidad Asistencial (SADECA), creada en Granada en 1995, la Sociedad Murciana de Calidad Asistencial (SOMUCA) en 1997, la Societat Catalana de Qualitat Assistencial (SCQA) en 1999; las Asociaciones de Calidad del Principado de Asturias (PASCAL) y Canaria de Ca-
lidad Asistencial (ACCA) en 2002, y la Sociedad Aragonesa de Calidad Asistencial (SACA) en 2004.
Aunque se va a publicar en un próximo número de la Revista un artículo relatando la historia de la Sociedad, merece la pena echar la vista atrás. Por ello, invitamos a los presidentes de las sucesivas juntas directivas de la SECA a escribir un editorial3,4. Hasta 1991 la Sociedad se denominaba Sociedad de Control de Calidad Asistencial, y es a partir de entonces cuando toma su nombre actual. Al revisar los estatutos comprobamos cómo sus fines han cambiado poco a lo largo de más de 2 décadas. Como casi siempre, las solu-
ciones más sencillas siguen siendo las mejores y más originales.
Surgió como instrumento de benchmarking, "para facilitar a sus miembros el ejercicio de actividades de evaluación de calidad sanitaria"3 y difusión del conocimiento "estimular el interés por la calidad sanitaria", "cultivar y difundir los estudios", "promover contactos e intercambios profesionales". Para ello han servido los veintidós congresos organizados, y las numerosas jornadas celebradas a lo largo de estos años, con objeto de "confrontar los trabajos e investigaciones sobre el tema". Los congresos han sido un punto de encuentro para muchos profesionales de la salud, tanto en el ámbito nacional como internacional. Comenzaron en 1983 en Barcelona, para continuar en Madrid (1984 y 1988), Málaga (1985), Oviedo (1986 y 2003), Valencia (1987), Segovia (1989), Lisboa (1990), La Coruña (1991), Zaragoza (1992), Barcelona (1993), San Sebastián (1994), Marbella (1995), Salamanca (1996), Reus (1997), Santander (1998), Palma de Mallorca (1999), Granada (2000), Murcia (2001), Pamplona (2002) y Las Palmas de Gran Canaria (2004). Este año se celebrará el vigésimo tercer congreso en Cádiz.
La ambiciosa finalidad de la Sociedad era y sigue siendo "colaborar para resolver los problemas que plantea la asistencia sanitaria"; para ello, colabora con todos los ámbitos de la asistencia, tanto públicos como privados, en atención primaria, especializada o sociosanitaria. El objetivo de "editar publicaciones" se ha cumplido con creces. Parece que los fundadores de la SECA plantaron una semilla sólida que ha permitido editar, hasta la fecha, veinte volúmenes de la Revista de Calidad Asistencial (RCA) y mantener el único registro actualizado de instituciones sanitarias acreditadas y certificadas en España (RECAS)4.
Han sido presidentes de la Sociedad, Andrés Esteban, Rosa Delgado, Octavi Quintana y Carlos Humet. Desde aquí nuestro agradecimiento a todos ellos y a las juntas directivas que han presidido, a los editores, asistentes editoriales y miembros del Consejo Editorial de la RCA; a los socios, nuestra razón de ser, y a todos los que han participado en las actividades de la SECA durante más de 2 décadas de historia.
Ante nosotros se mantiene un reto: mejorar. A lo largo de más de 2 décadas el número de socios de la SECA ha ido creciendo, al igual que el ámbito de actuación. La Sociedad ha dado entrada en su Junta Directiva a los presidentes de las sociedades autonómicas y el Congreso Anual se ha constituido en un foro nacional de debate sobre innovación y gestión sanitaria, referencia en el panorama científico del Estado e Iberoamérica.
¿Qué podemos hacer para mejorar? Nos parece imprescindible continuar la difusión de la cultura de la mejora continua y consolidar el Congreso de la SECA como foro de re-
ferencia en innovación en el sistema sanitario europeo e
iberoamericano; debemos dar agilidad y mantener la transparencia y la independencia en la gestión de la Sociedad. Por todo ello, la Junta Directiva se ha planteado como objetivo para este año, la definición y el desarrollo de un nuevo plan estratégico de la SECA, con la participación de todos los grupos de interés. Procuraremos conservar los más altos ideales, para conseguir mejorar, poco a poco, la asistencia sanitaria, manteniendo una perspectiva realista que facilite la aplicación de la mejora continua en todos nuestros ámbitos de actuación. No resultará fácil perdurar en la historia como le ocurrió a Don Quijote, pero trataremos de ayudar a escribirla. Y, como dijo el hidalgo caballero, "Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades", aunque sea moviendo molinos.