El fenómeno de lo 2.0 parece invadir hoy cada uno de los rincones de nuestra vida y entre ellos el de la salud1. Y en este entorno, nuestra revista no podría ser solamente espectadora de este auge, como ya están haciendo revistas como British Medical Journal (http://blogs.bmj.com/), Lancet (http://globalhealth.thelancet.com/) o New England Journal of Medicine (http://blogs.nejm.org/now/), entre muchas otras. Desde hace tiempo tenemos una cuenta de Twitter (@calidadasistenc) y pronto abriremos un espacio en la blogosfera donde se comentarán artículos publicados en nuestra revista en un formato diferente de debate entre dos.
Fue Tim O’Reilly, quien acuñó el concepto 2.0 al ver la importancia que comenzaban a tener las comunidades de usuarios como un nuevo paradigma de la web, pero, el verdadero salto, fue el de pasar de una web unidireccional a otra bidireccional2. La web 1.0 era unidireccional, la información iba en un solo sentido, presentada fundamentalmente en texto, con o sin enlaces, y controlada por webmasters y por un grupo pequeño de personas que se sentía responsable por ‘proteger’ a los usuarios. En la web 2.0, la información fluye en ambos sentidos, las comunidades están tomando el poder de intervenir e influir en esferas hasta el momento inaccesibles, co-creando conocimiento, evaluando su valor cooperativamente y capturando el poder de las multitudes inteligentes3,4. Desde entonces, herramientas poderosas (y generalmente gratuitas) como wikis, blogs y redes sociales virtuales han revolucionado la forma en la que los humanos accedemos a la información; creamos conocimiento nuevo, nos comunicamos y aprendemos. La convergencia entre la web 2.0 y los teléfonos móviles, con el boom de las aplicaciones móviles, está generando cambios aún más radicales5,6.
Millones de personas buscan a diario información en los miles de sitios web dedicados específicamente sobre salud. Por ello, no es de extrañar que internet se haya convertido en la principal fuente de información en salud7,8 y que incluso esté reemplazando a los profesionales sanitarios en esta función9, a pesar de ser los médicos la fuente de información más creíble.
La creciente popularidad y el mayor uso de las herramientas 2.0, como YouTube, Facebook, Twitter, blogs, wikis, etc., está consiguiendo que pacientes y profesionales busquen ayuda en internet, encuentren información, se unan a otras personas con inquietudes o problemas similares en foros10, creen sus propios contenidos11,12 o utilicen cada vez más aplicaciones móviles para la salud13. Según el Informe Anual de los Contenidos Digitales en España (ONTSI)14, en España, el 80% de los usuarios busca información de salud en internet, el 65% de los usuarios busca información antes de la cita médica (30%) o después (55%), al 73% de los internautas les gustaría que su médico les recomendase sitios de internet relacionados con su problema de salud, el 72% valoraría positivamente que su medico tuviese un blog o web profesional sobre consejos sanitarios y el 63% que se pudiera comunicar por correo electrónico. Y es que la salud 2.0 está revolucionado la sanidad, con profesionales sanitarios 2.015 que utilizan de forma habitual las herramientas de comunicación online (redes sociales, blogs, plataformas interactivas y aplicaciones móviles), con e-pacientes, usuarios habituales de internet y de las herramientas de comunicación 2.0 para buscar información de salud que responda a sus dudas o la de sus familiares16. Esta última, conocida como mHealth), engloba al conjunto de aplicaciones móviles que facilitan o ayudan a cumplir las indicaciones de un tratamiento para prevenir futuras enfermedades.
Asimismo, para los investigadores, la aportación del 2.017 permite compartir, recibir y difundir información actualizada, catalizar ideas e iniciativas de grupos de investigación, ser más accesible a la población e interactuar con ella y conocer investigadores de interés en distintos campos y orígenes profesionales y geográficos. Todo ello implica una actitud 2.0. Por tanto, la utilidad de la información sanitaria online es hoy incuestionable, tanto como herramienta para la formación e información de los pacientes que facilite su empoderamiento, como para la formación y desarrollo de actividades de investigación de los profesionales. Esta estrategia ayuda a reducir las inequidades provocadas por las barreras geográficas, culturales, pero también organizacionales. Así, los profesionales tienen necesidades de información que engloban, no solo el acceso a las fuentes documentales, sino también las herramientas que le permitan encontrar y aplicar la información disponible para su formación continuada, su práctica clínica, y su participación en el consumo y generación del conocimiento científico, trabajen en un entorno rural o en el hospital más avanzado y, mas aún, ambos pueden colaborar en el mismo proyecto científico, gracias a las herramientas para el trabajo en red.
En este entorno, los blogs (diminutivo de Weblog, conocido en español como bitácora) se convierten en uno de los recursos más utilizados en investigación y salud. Los blogs se han convertido en una potencial fuente de información y formación en salud. El blog es un sitio web pensado para usarse como una especie de diario online que utilizan uno o varios usuarios para publicar artículos o noticias, los denominados post (entradas). La temática de los blogs es muy variada, desde diarios personales, blogs de opinión, los que recogen lo más interesante de Internet, periodísticos, tecnológicos, de investigación y médicos, entre otros muchos. Los blogs suelen actualizarse periódicamente y su uso es sencillo. Se valora en más de 200 millones el número de blogs en el mundo, con el liderazgo de Estados Unidos (casi el 50%) y la Unión Europea (el 30%). Se estima que cada día hay 1,5 millones de entradas nuevas en blogs de todo el mundo, en un entorno donde en tan solo cuatro redes sociales se llega a una población por encima de los 2.700 millones de personas. En el campo de la salud, la temática de los blogs es muy variada, creando los profesionales crean debates acerca de información de interés, experiencias laborales y opiniones, entre otras muchas opciones. Los pacientes también los usan como medio para intercambiar consejos, apoyo o contar sus experiencias17–19.
Los blogs son más informales que el contenido habitual de las revistas biomédicas y por lo tanto suelen ser escritos en un estilo más personal, aunque bien escrito y coherente con buena ortografía y gramática. No debemos ser muy estrictos con el número de palabras que incluyen las entradas en los blogs, aunque recomendamos 500 palabras, ya que al ser más corto funcionan mejor en la web.
Los blogs deben contener opiniones o reflexiones sobre una situación o problema. Pueden ser utilizados para poner de relieve una cuestión o añadir a un elemento al debate, siempre desde el respeto profesional. Estos serán alguno de los criterios para aceptar blogs que en la mayoría de las ocasiones serán encargados por el Comité Editorial que tendrá la última palabra para aceptarlos.