En el presente año ha sido publicado, en español, el Draft International Standard (DIS) de la futura ISO 45001. Según la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) podría vez la luz a finales de 20161 (fig. 1). El documento se encuentra abierto para recibir comentarios y someterse a la votación de los países participantes en el proceso de elaboración de esta norma2. La publicación de la nueva ISO 45001 no supondrá la anulación automática de la norma OHSAS 18001:2007, aunque sí es probable que lo hará gradualmente.
La norma OHSAS de la British Standards Institution, surge con el objetivo de ofrecer a las distintas organizaciones un modelo de sistema proactivo para la gestión de la seguridad y la salud en el lugar de trabajo, que permite identificar y evaluar los riesgos laborales, así como dar cumplimiento a los requisitos legales. A su vez define la estructura organizativa, procesos y procedimientos para mantener una política adecuada en seguridad y salud laboral3.
La carga de enfermedad por accidentes laborales y enfermedades profesionales representa un perjuicio para los empleadores, empleados y para la economía en general. Las enfermedades relacionadas con el trabajo constituyen una pandemia mundial, por la que cada año mueren 2.350.000 personas, de las que unas 340.000 se corresponden con accidentes de trabajo y el resto, unos 2.020.000 por enfermedad laboral4. Un elevado número de ellas, no se ponen de manifiesto porque no se registran o no son consideradas.
Los datos de siniestralidad en España, reflejan un incremento del índice de incidencia en actividades sanitarias respecto años anteriores5. En el año 2015 se registraron 30.700 accidentes laborales y se comunicaron 1.148 enfermedades profesionales en trabajadores de los Servicios de la Salud6. De lo que se deduce que falta un largo camino a recorrer para mejorar la salud ocupacional en los centros sanitarios.
La norma ISO 45001, persigue el mismo objetivo principal que la anterior: prevenir los riesgos laborales y aquellos relacionados con la salud en el seno de las organizaciones, apostando por la mejora continua.
La gran aportación de esta nueva norma viene dada por el contexto de la organización, ya que comprender la situación en la que se encuentra esta, incrementa la eficacia del sistema, favoreciendo el enfoque estratégico y reforzando el papel de la alta dirección en el liderazgo de la Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Otra ventaja es la redacción desde su génesis con la denominada estructura de alto nivel7, común a todas las normas de gestión, como la ISO 9001, de Gestión de la Calidad, o la ISO 14001, de Gestión Ambiental, que facilita la integración de sistemas8. Es relevante la eliminación del concepto acción preventiva, puesto que se considera que al existir un Sistema de Gestión para controlar riesgos, en sí mismo es una herramienta preventiva.
Destaca con respecto a su antecesora, la pretensión de tener un lenguaje más accesible para el sector servicios, identificando riesgos y no peligros, replanteando la definición de riesgo y revisando el concepto lugar de trabajo y trabajador.
El nuevo documento requiere un cambio de mentalidad, para que la norma pase de ser un estándar de cumplimiento, a un estándar de negocio.