De los errores de medicación que conducen a un efecto adverso en el ámbito hospitalario, hasta el 78% son debidos a fallos en el circuito prescripción-dispensación-administración1, por lo que la incorporación de la validación farmacéutica como proceso intermedio de revisión es una estrategia muy útil y ampliamente extendida para minimizar el alcance al paciente de dichos fallos.
La validación farmacéutica es un proceso que implica la identificación de problemas relacionados con los medicamentos (PRM) y el establecimiento de una recomendación para resolverlos y/o prevenirlos2.
En mayo de 2015, tuvo lugar la implantación de la prescripción electrónica en todas las unidades de hospitalización de un hospital de tercer nivel, lo que conllevó la extensión de la validación farmacéutica a todos los pacientes hospitalizados. En mayo de 2016 se analizó el índice de aceptación de las intervenciones farmacéuticas llevadas a cabo durante el año previo, obteniendo un resultado inferior a los publicados en la bibliografía (30% vs. 49-71%)3–5. Este hecho llevó al servicio de farmacia a realizar un análisis de los posibles motivos que conllevaran a ese bajo índice de aceptación. Como factores posibles se detectaron que la mayoría de las intervenciones eran realizadas como nota asociada a la prescripción sin tener un contacto directo con el profesional sanitario y que la validación farmacéutica era un proceso incorporado recientemente al proceso asistencial en algunas de las unidades de hospitalización, por lo que el personal implicado podía desconocer dicha actividad.
Por este motivo, el servicio de farmacia decidió evaluar la percepción de los profesionales sanitarios sobre el proceso de validación farmacéutica de las prescripciones médicas. Para ello se elaboró una encuesta online que se hizo llegar a médicos especialistas, médicos residentes y personal de enfermería.
La encuesta, cuya cumplimentación era anónima estaba compuesta por las siguientes preguntas:
- –
¿Es conocedor que el servicio de farmacia revisa las prescripciones diariamente para fomentar la seguridad del tratamiento farmacológico?
- –
¿Ha contactado alguna vez con el farmacéutico para la resolución de consultas?
- –
Indique aproximadamente la frecuencia con la que suele consultar
- –
¿El farmacéutico ha contactado con usted para aclarar aspectos farmacológicos del tratamiento?
- –
¿Le han sido útiles alguna vez las notas asociadas al tratamiento realizadas por el farmacéutico?
- –
¿Cómo considera de útil la validación farmacéutica en el proceso asistencial?
Para garantizar su máxima difusión y cumplimiento se envió a los jefes de servicio, médicos referentes de la historia clínica electrónica, supervisores de enfermería y al presidente de la comisión de docencia.
Se cumplimentaron 135 encuestas: el 43,3% fueron respondidas por médicos especialistas (n=58), el 28,4% lo fueron por médicos residentes (n=38) y el 28,4% lo fueron por enfermeros (n=38). El 86,7% de los encuestados afirmaron ser conocedores de la revisión diaria de las prescripciones por parte del servicio de farmacia. El 80% había contactado alguna vez con el farmacéutico para la resolución de consultas. Con respecto a la frecuencia de dichas consultas el 43% reconoció hacerlo trimestralmente, el 32,2% mensualmente, el 8,2% semanalmente y el 6,6% diariamente. Un 66,4% de los encuestados afirmaron haber sido contactados por el farmacéutico para aclarar aspectos farmacológicos del tratamiento. El 93% reconocieron que le son útiles las notas asociadas al tratamiento realizadas por el farmacéutico. Finalmente, los encuestados percibieron con una media de 7,7 la utilidad de la validación farmacéutica dentro del proceso asistencial. El 61,5% le dio una puntuación de 8 o superior.
Ante los resultados obtenidos de la encuesta, obtuvimos la conclusión de que la labor del farmacéutico era muy valorada por el resto de profesionales sanitarios, aunque la frecuencia de las consultas realizadas al servicio de farmacia era más baja de lo deseable. Esta debilidad detectada, es compartida con otros estudios similares, que consideran la integración del farmacéutico clínico dentro del equipo asistencial el método más eficaz para la aceptación de sus recomendaciones, pudiendo así mejorar así la calidad de la farmacoterapia6–9.