Sr. Director:
Durante décadas los profesionales sanitarios han sufrido el riesgo de transmisión de determinadas infecciones como consecuencia de una inoculación accidental. La pieza clave de los programas que tratan de disminuir este riesgo siguen siendo las recomendaciones de precauciones universales realizadas ahora hace ya veinte años. No obstante, además de aquéllas, se ha recomendado recientemente la utilización de dispositivos de seguridad1.
En el año 2002, el Hospital de Guadarrama inició la sustitución de la línea de dispositivos para la canalización de vía venosa, extracción de sangre, gasometría y punción para test de glucosa. Para el 2003 estaba incluida toda la gama y los distintos dispositivos convencionales habían sido sustituidos.
En 2004, las inoculaciones accidentales disminuyeron; se produjeron 0,19 inoculaciones por 1.000 días de estancia en el año 2004 frente a las 0,26 del 2003 en las enfermeras y 0,02 inoculaciones en el 2004 frente a las 0,05 en el 2003 en auxiliares de enfermería. No obstante, el riesgo sigue existiendo y las cifras, especialmente en enfermeras, no son bajas. Una de cada cinco enfermeras sufre un accidente biológico cada año. Los accidentes siguen ocurriendo al recoger el material y en procedimientos en que, a priori, la enfermera espera un riesgo bajo de pincharse, como al administrar una insulina o hacer un test de glucemia.
El coste del seguimiento de una inoculación accidental es alto2 y justifica la introducción de los dispositivos de seguridad, pero la introducción de los dispositivos por sí misma no significa que el riesgo de inoculación desaparezca3. Es preciso conocer más profundamente las circunstancias en las que el accidente ocurre para tratar de controlarlas4.
En nuestra experiencia, el uso de dispositivos de seguridad mejora notablemente la sensación de seguridad con la que trabaja el personal y disminuye el riesgo de inoculación y el coste personal y económico asociado al accidente. No obstante, el riesgo no desaparece y no hay que olvidar que hay que mantener el esfuerzo de formación, información y adiestramiento en las técnicas y procedimientos de trabajo seguro con estos nuevos materiales.