Con sumo interés he leído la reciente publicación de la Dra. Carmen G. González et al., sobre un caso de larva migrans cutánea autóctona en Chile1, considerando que es el primer caso autóctono en Chile. Al respecto, quiero referirme a un caso estudiado por el suscrito y publicado en la Revista Chilena de Pediatría en conjunto con el recordado Prof. Adalberto Steeger2. Yo estaba trabajando, en 1960, en el Hospital de Talagante como postbecado de pediatría del Prof. Steeger, y me tocó atender un preescolar de un año y 5 meses, procedente de «La Islita», un poblado rural cercano a la Isla de Maipo, quien presentaba un eritema lineal solevantado en el muslo izquierdo y que había ascendido hasta ubicarse, en el momento del ingreso, en la región glútea. El trayecto era muy caprichoso, con ondulaciones y vueltas sobre sí mismo, acompañado de prurito, especialmente nocturno. Se sospechó que se trataba de una larva migrans o erupción reptante (creeping disease). Con el objeto de comprobar el diagnóstico, el suscrito realizó una visita a la casa y recogió muestras de deposiciones de los 2 perros y de la familia. El niño con la erupción tenía huevos de ascaris y quistes de Entamoeba histolytica y un hermano quistes de Entamoeba coli e histolytica y su otro hermano Entamoeba coli. En tanto, la madre presentaba quistes de Entamoeba coli e hystolytica y endolimax nana. Los 2 perros presentaban abundantes huevos de Ancylostoma caninum. En esa época un estudio del Instituto de Parasitología de la Universidad de Chile demostró que el 33,6% de los perros de Santiago se encontraban infestados con Ancylostoma caninum.
A pesar de ello llamaba la atención que solo se habían comunicado 3 casos en nuestro país y 2 de ellos eran niños3,4. También, en esa época y décadas antes, era frecuente que los niños anduvieran con los pies descalzos, como los describiera Gabriela Mistral5 y los fotografiara Sergio Larraín6. Nuestro caso se trató con la aplicación de cloruro de etilo para eliminar la larva, por congelación en las últimas marcas, y se hizo un tratamiento antiparasitario de la familia y de sus perros. Llama la atención la escasa cantidad de publicaciones, aunque los parasitólogos siguen viendo casos aislados. Además es posible que hayan disminuido los casos, porque en la actualidad la gran mayoría de los niños usa zapatillas y/o zapatos.