La terapia acuática es una intervención que se lleva a cabo en una piscina con características específicas, como la accesibilidad universal o una temperatura del agua de 32,5 °C. Esta temperatura se estableció tras verificar los estándares estudiados en proyectos de investigación en los cuales se obtuvo que esta es la ideal porque beneficia a todo tipo de pacientes, incluyendo los niños con enfermedades asociadas (enfermedades respiratorias, circulatorias y/o neurológicas) en donde temperaturas muy por encima o por debajo de la indicada pueden no contribuir a una mejora. Además, se utilizan las propiedades físicas y químicas (mecánicas) del agua, tales como la flotación, la viscosidad, la presión hidrostática (PH), el empuje hidrostático (EH) o las turbulencias, junto con técnicas específicas, para obtener beneficios tanto fisiológicos, como psicológicos1.
La PH junto con el EH, ejercen en el organismo una serie de efectos fisiológicos según el nivel de inmersión. Entre estos efectos encontramos: un aumento del retorno venoso y linfático en el sistema cardiovascular, un aumento en la diuresis por un mayor volumen sanguíneo hacia el corazón y los riñones en el sistema renal, un incremento del trabajo ventilatorio y la disminución del volumen residual en el sistema respiratorio, una mejora del tono muscular y la sensibilidad en el sistema neuromuscular y un incremento en el rango articular y disminución en la sobrecarga muscular en el sistema músculo-esquelético. Dichos beneficios se producen por la relación directa entre la inmersión y la presión, en donde a mayor profundidad-mayor presión y la inmersión y el empuje, que da la posibilidad de realizar movimientos de flotación, ascendentes o descendentes en función de la profundidad a la que se encuentre el cuerpo.
Es importante destacar que la actividad en el agua también proporciona al niño con discapacidad beneficios psicológicos, dotándole de la posibilidad de interactuar y participar en actividades generales relacionadas con su aprendizaje, mejorando así la autoestima, la autoconfianza y la capacidad de autosuperación.
Este medio, gracias a las características que posee, permite una mayor libertad de movimiento, flotación, ingravidez, desenvoltura en la ejecución de habilidades que en seco son complicadas o imposibles, disminución sobre la presión en el rendimiento y el miedo a fallar e incluso facilidad de relacionarse con los demás. Lo que supone, por lo tanto, un espacio único y motivador que permite dar respuesta a las necesidades y demandas de los niños2.
Los beneficios de esta intervención están registrados fundamentalmente para niños con parálisis cerebral infantil (PCI)3, los cuales no solo mejoran a nivel motor, sino también a nivel personal, pudiendo por ejemplo realizar tareas básicas y/o complejas.
Sin embargo, y según la literatura existente, hay niños con otras enfermedades en los cuales se han visto mejorías físicas, psicológicas y sociales con este tratamiento en el medio acuático. Entre ellas destacaríamos los trastornos generales del desarrollo (TGD), el síndrome de Down, las enfermedades neuromusculares, el daño cerebral adquirido, el autismo, la epilepsia, el síndrome de Rett, las malformaciones, el mielomeningocele y la artritis juvenil idiopática4.
Con respecto al marco teórico, indicar que tras lo valorado en artículos se ha podido observar que la disciplina de fisioterapia en el medio acuático es la más estudiada por profesionales, y demostrada en lo que se refiere al tratamiento de niños, seguida en menor medida de la terapia ocupacional, también presente en el medio acuático. Hay algunos artículos que igualmente hablan de la rama educativa en este medio, en donde aprovechando las características del entorno, los niños con discapacidad pueden adquirir las mismas posibilidades y derechos que el resto en relación al aprendizaje.
Por lo tanto, por un lado se observa como la terapia en cada una de estas disciplinas funciona en niños con discapacidad, otorgándoles beneficios globales al utilizar el medio acuático como base de su actividad pero, por otro lado, hay una falta de artículos que hablen de una metodología que englobe el tratamiento de varias disciplinas a la vez, tales como: fisioterapia, terapia ocupacional, pedagogía terapéutica y logopedia. Se ha creado por ello, un programa que combina la parte educativa con la terapéutica, en donde se trabaja desde las 4 áreas citadas anteriormente, enriqueciendo y complementando las terapias realizadas en seco desde el ámbito de la rehabilitación y de la educación, buscando una mejora en el bienestar y la calidad de vida de los niños5.
FinanciaciónFundación LIPOID stiftung (número de subvención/contrato 018-15) y ayudas IRPF de la Comunidad de Madrid.