La reanimación cardiopulmonar (RCP), es el conjunto de procedimientos cuyo fin es lograr el retorno a circulación espontánea en los pacientes con paro cardiaco (PC) originado por causas reversibles. Existe una gran diferencia entre asistir un PC por enfermedades terminales, en las cuales se trata de un evento final esperado, producto de la evolución irremediable de una penosa dolencia, que el asistir a un evento súbito, no esperado, en pacientes recuperables cuyo motivo de internamiento fue otro.
Al inicio, la RCP se realizó en salas de operaciones con tasas de éxito esperanzadoras debido a las inmejorables condiciones que allí existían, como el tener un PC presenciado y que los pacientes intervenidos quirúrgicamente en su mayoría son recuperables. A partir de ello se generó una incorrecta interpretación de la RCP, pues se piensa que debe reanimarse a todo paciente con PC independientemente de la causa que lo origine. Ello ha devenido en que se brinde RCP a pacientes que no son recuperables. La gran pregunta es: ¿Las bajas tasas de éxito descritas1 se deben a que seleccionamos de manera inadecuada a los pacientes tributarios de dicha medida?; recordemos que el morir en un hospital no significa que debemos pasar obligatoriamente por un proceso de RCP para hacerlo de manera digna.
Por lo tanto, un juicio clínico crítico y la correcta comunicación con los familiares son irremplazables en la evaluación y toma de decisiones médicas de manera racional.
FinanciamientoLos autores no recibieron patrocinio para llevar a cabo este artículo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.