Hacemos referencia a la carta enviada al editor por Laura Girón-Arango y Luis Enrique Chaparro1, con relación al artículo en mención2, nos agrada que la temática sobre sedación por anestesiólogos sea tema de discusión y de interés para la comunidad científica. Es importante como especialistas que continuemos con el perfeccionamiento de las técnicas de sedación para brindar a nuestros pacientes las mejores opciones, dependiendo al escenario en que nos encontremos3, y es por ello, que el comité de sedación de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (S.C.A.R.E.), al cual pertenezco, está trabajando en una guía y protocolo de competencias para sedación.
En la investigación que nos compete, el anestesiólogo del quirófano preparaba, administraba y controlaba la sedación y efectos, pero eran las auxiliares de enfermería quienes luego de una capacitación sobre sedación y conocimiento sobre la investigación, quienes evaluaban y registraban los desenlaces en los formatos de recolección de variables de estudio, para disminuir el riesgo de sobreestimación del efecto de la intervención. Además, buscábamos determinar la eficacia de diferentes pautas de sedación en pro de identificar las ventajas y/o desventajas del uso de combinaciones sobre el uso de un solo medicamento, y no precisamente equivalencias. No estamos de acuerdo en negarle a un grupo de pacientes el claro beneficio de una sedación en este tipo de investigaciones, pero sí es considerable la opción de la musicoterapia para sedación4–6, no solo con vallenatos sino con el género preferido y elegido por el mismo paciente, lo cual es tema de actuales investigaciones.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.