El virus de Zika (ZIKV) pertenece a la familia Flaviviridae y es transmitido por mosquitos del genero Aedes1, así como sucede con otros miembros de esta familia, tales como el virus del dengue (DENV), el virus de la fiebre amarilla (YFV), el virus de la encefalitis japonesa (JEV) y el virus Nilo Occidental (WNV), entre otros. El ZIKV tiene un genoma constituido por una molécula de RNA (ácido ribonucleico) que codifica una poliproteína cuyo procesamiento conduce a la producción de 3 proteínas estructurales (C, prM y E) y 7 proteínas no estructurales (NS)2,3. Estudios sobre su evolución molecular indican 3 linajes principales de ZIKV: uno de Asia y 2 de África4,5. Estudios recientes muestran que ha experimentado varios eventos de recombinación, una vez surgió en Uganda a principios del siglo XX, y que luego se movió hacia África Occidental y Asia6. Análisis de árboles filogenéticos muestran que las cepas o razas del ZIKV de Surinam pertenecen al genotipo de Asia, y están íntimamente relacionadas con la cepa que circuló en la Polinesia Francesa en 2013, con la que comparten el 99,7% de la información genética y el 99,9% de la identidad en la secuencias de aminoácidos que conforman las proteínas7.
El cuadro clínico de la infección con ZIKV se asemeja al de la fiebre por dengue y el chikungunya. Se presenta fiebre, cefalea, artralgia, mialgia y erupción maculopapular, constituyendo un complejo de síntomas que hace difícil el diagnóstico deferencial. A esto se añade que una alta proporción de las infecciones con ZIKV son asintomáticas, y muchas están asociadas solamente con una enfermedad leve8. Aunque el ZIKV tiene como vector a especies del mosquito Aedes, la transmisión sexual del ZIKV fue sugerida a partir de la detección del ZIKV en semen de un paciente del brote viral de la Polinesia Francesa en 20139. Se ha reportado que es posible la transmisión sexual del ZIKV en 3 casos10, lo que ha causado especial preocupación durante el periodo de gestación. También se ha informado de la potencial transmisión de ZIKV a través de transfusión de sangre11, mientras que las autoridades de salud de Brasil han informado de 2 casos de transmisión de ZIKV a través de transfusión12.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la expansión del ZIKV, el 1 de febrero de 2016, como una urgencia de salud pública de alcance mundial13. Los expertos han declarado una fuerte asociación temporo-espacial entre la infección con ZIKV y el aumento de malformaciones congénitas y complicaciones neurológicas. Sin embargo, se enfatiza sobre la necesidad de mayor investigación para determinar con certeza científica que el ZIKV causa microcefalia, no obstante, que la relación causal entre la infección con ZIKV durante la gestación y microcefalia es fuertemente sospechada. Se ha hecho una urgente llamada dirigida a coordinar los esfuerzos internacionales para investigar y entender mejor esta enfermedad, y para posibilitar el eventual desarrollo de una vacuna protectora.
En 2015 se reportó la expansión del ZIKV en Latinoamérica y el Caribe, particularmente en Brasil donde los casos a finales de ese año se calcularon en 440.000-1.300.00014,15, y se reportó un incremento de aproximadamente 20 veces en los casos de recién nacidos con microcefalia asociados a infección con ZIKV durante la gestación15–18. Una reciente publicación en el New England Journal of Medicine (NEJM) (9 de febrero de 2016)19, aunque referida como asociación entre ZIKV y microcefalia, fortalece la sospecha sobre la relación causal. En esta publicación se informa de una ciudadana europea que fue infectada con ZIKV durante la semana 13 de gestación en Brasil, mostrando imágenes ultrasonográficas en las semanas 14 y 20 sin anomalía fetal. Sin embargo, entre las semanas 29-32 se determinó retardo en crecimiento intrauterino, microcefalia, estructuras cerebrales difusas y calcificaciones en cerebro19. Una vez interrumpida la gestación, la autopsia reveló un cerebro fetal gravemente afectado, una masa cerebral relativamente pequeña (84g) y ausencia de circunvoluciones. Pruebas histopatológicas y moleculares revelaron numerosos hallazgos neuropatológicos, destacándose la presencia multifocal de calcificaciones en la corteza y la materia blanca subcortical. La microscopía electrónica mostró partículas con morfología similar a flavivirus en homogenizados de cerebro. Se recobró el genoma viral del tejido cerebral, mientras que no se detectó presencia de virus o cambios patológicos en ninguno de los otros órganos fetales19.
Sin embargo, de acuerdo con el rigor científico, los resultados reportados no constituyen una prueba absoluta de que el ZIKV causa microcefalia20. Los criterios de causalidad de Robert Koch en 189121, requieren el aislamiento del agente causal y el evento de reinfección de un individuo susceptible con el fin de reproducir la enfermedad y aislar el agente causal. Dadas las manifestaciones devastadoras e intratables de la enfermedad, los criterios de Koch se han juzgado difíciles de aplicar20, recomendándose la combinación de las evidencias científicas y epidemiológicas.
La infección por ZIKV también se ha asociado con el poco común pero preocupante síndrome de Guillain-Barré (GBS). Este síndrome autoinmune se ha reportado en pacientes de la Polinesia Francesa y de Brasil durante brotes del ZIKV15,17,22, aunque se ha insistido en la necesidad de mayor investigación para entender la posible asociación. Entre enero y noviembre de 2015, en Brasil se reportaron 1.708 casos del GBS, encontrándose incrementos que fluctuaron entre el 100% y más del 500% en varios estados donde circula el ZIKV y otros flavivirus, comparado con las cifras de 201423. Se adelantan en Brasil estudios de casos y controles para determinar las causas de estos incrementos del GBS para corroborar o descartar una relación causal con el ZIKV.
Mientras se adelanta investigación científica sobre los mecanismos básicos que expliquen la replicación del ZIKV y que posibiliten el eventual desarrollo de estrategias de prevención primaria y de interferencia terapéutica de la infección viral, la infraestructura en salud pública de los países afectados debe afrontar el desafío de controlar y erradicar el vector, implementar los procedimientos diagnósticos, fortalecer los programas contraceptivos y de prevención de enfermedades sexualmente transmitidas, atender a la mujer gestante y garantizar el derecho a la interrupción del embarazo, entre otros desafíos conexos.
FinanciamientoEl autor no recibió patrocinio para llevar a cabo este artículo.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.