Introducción: La leucemia mieloide crónica (LMC) es el trastorno mieloproliferativo más común representando un 15-20% de todos los casos de leucemia. Se ha estimado una incidencia anual de 1-1,5 casos entre 100.000 y una prevalencia alrededor de 1 entre 17.000. La enfermedad normalmente es trifásica, con una fase crónica (LMC-FC), una acelerada (LMC-FA) y una blástica (LMC-FB). La mayoría de pacientes son diagnosticados en la fase crónica y pueden ser asintomáticos. La implementación de programas de gestión integral del riesgo (GIRS) en LMC busca a través de seguimientos clínicos frecuentes minimizar los riesgos o recaídas propias de la enfermedad y brindar soporte emocional para no alterar las condiciones de calidad de vida y mejorar la supervivencia.
Objetivo: Describir las características sociodemográficas y clínicas de pacientes con diagnóstico de LMC atendidos en el PGIR de LMC de una IPS de Cali.
Materiales y métodos: Se atendieron 85 pacientes en el PGIR en LMC, se describen sus características sociodemográficas, clínicas y tratamiento al diagnóstico inicial.
Resultados: Del total de 85 pacientes pertenecientes al GIRS en LMC, la mediana de edad fue de 51 años (DS 14,8), el 56% de sexo masculino y el el 91% pertenecientes al regimen contributivo. El 97% tuvieron un ECOG de cero al momento del diagnóstico. El 69% fueron remitidos con diagnóstico confirmado en su IPS primaria para inicio de tratamiento y el 79% no requirieron tratamiento citorreductor. El 59% presentaron cromosoma Filadelfia positivo al momento del diagnóstico. El 64% fueron clasificados con pronóstico de riesgo alto según el indice Sokal. El tratamiento de primera línea usado más común fue ITK como imatinib, nilotinib y dasatinib. Más del 90% no presentaron comorbilidades de interés ni reacciones adversas al tratamiento. El 34% de los pacientes llevan 6 a 8 años de seguimiento y el 33% de estos requirieron cambio de línea de tratamiento durante el primer año por intolerancia al medicamento de primera línea. El 100% de los pacientes no requirió trasplante alogénico de médula ósea.
Conclusiones: Los resultados clínicos favorables en pacientes con LMC requieren del seguimiento clínico permanente y la evaluación de la gestión de los servicios asociados a la atención de los pacientes dentro de un programa GIRS. El seguimiento clínico, el monitoreo molecular de BCR-ABL, la accesibilidad, pertinencia y oportunidad así como la adecuada adherencia al tratamiento, son factores claves para garantizar buen pronóstico y calidad de vida en los pacientes.