He leído con gran interés el artículo publicado por Cerón et al. titulado “Estrategias basadas en tecnologías de la información para la reducción de factores de riesgo cardiovascular en personas laboralmente activas”, en el cual explica la gran importancia de la implementación de tecnologías de información a favor de la prevención de enfermedades y los cambios en los estilos de vida.
En 2012, en Perú se aprobó el documento técnico “Establecimiento del Marco Conceptual para el Fortalecimiento en Sistemas de Información y Tecnologías de Información y de Comunicación en el Ministerio de Salud” RESOLUCIÓN MINISTERIAL N° 297-2012/MINSA, en el que declara al Estado peruano en proceso de modernización en las diferentes instancias con el fin de mejorar la gestión pública y construir un estado democrático y descentralizado al servicio del ciudadano1.
El estudio realizado por Sofía Prado – Cucho et al. demuestra que la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación en el área de salud ayuda a mejorar la adherencia al tratamiento en pacientes que sufren de enfermedades crónicas; ellos están dispuestos a participar en el envío de mensajes a sus celulares para recordarles la toma de medicación o información sobre su enfermedad2.
Tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos, el uso de tecnologías de información de fácil acceso sirve como herramienta en el área de la salud permitiendo la difusión de la información para el cuidado, la educación y el entrenamiento tanto de los pacientes y sus familias como del equipo de salud. Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres donde 300.000 personas en Facebook formaban parte de 757 grupos de apoyo o que juntaban fondos para luchar contra enfermedades. Por otro lado, una encuesta a 2.253 estadounidenses, realizada por Pew Internet, reveló que el 25% de los enfermos crónicos usan una red social como Facebook o MySpace3.
Cada vez es mayor la prevalencia de obesidad y diabetes debido a malos hábitos alimentarios y al sedentarismo, hecho que incrementa las enfermedades cardiovasculares. Por ello, se debe empoderar mediante la información a las personas con factores de riesgo cardiovascular para que así puedan tomar decisiones para la prevención de su enfermedad en conjunto con el personal de salud que les atiende y crear de este modo un estilo de relación médico – paciente en el cual interactúen a través de las tecnologías de la información disponibles.
El empoderamiento del paciente hacia el cuidado de su salud, conlleva la aparición del paciente experto, llamado así aquel paciente que se sabe el principal responsable de su salud, decide cuidarse y tiene las habilidades, la motivación y la confianza para hacerlo, siempre en colaboración con el profesional sanitario4.
FinanciaciónAutofinanciado por la autora.
Conflicto de interesesNinguno.
A mi esposo, por su apoyo en todo momento y su disposición, lo que hizo posible esta carta al Editor.