Estudios previos no han encontrado un beneficio claro relacionado con el uso de marcapasos en síncope cardioinhibitorio; sin embargo, la mayoría de estos fueron realizados con marcapasos con algoritmos de estimulación basados en la caída abrupta de la frecuencia cardíaca.
ObjetivoEvaluar el impacto de la estimulación cardiaca utilizando marcapasos con sensor de asa cerrada en el número de síncopes e impacto en la calidad de vida de los pacientes con síncope vasovagal refractario al manejo médico.
MétodosSe registraron de manera prospectiva todos los pacientes con diagnóstico de síncope vasovagal refractario a manejo médico a quienes se les implantó un marcapasos bicameral con sensor de asa cerrada durante el periodo comprendido entre agosto de 2008 y agosto de 2013. Se evaluó la frecuencia de eventos sincopales y la calidad de vida (por medio del cuestionario SFSQ) antes y después del implante del dispositivo.
ResultadosSe incluyeron 51 pacientes (27 mujeres, 53%), con promedio de edad de 52,98±16,88 años y un seguimiento de 20,19±14,64 meses. Se registraron 30 casos (58,8%) de síncope cardioinhibitorio, 20 (39,21%) de mixto y 1 (1,9%) de vasodepresor. El número de síncopes posterior al implante del dispositivo con sensor de asa cerrada, disminuyó en forma estadísticamente significativa. Se registraron un total de 198 síncopes antes del implante del marcapasos, valor que descendió a 10 luego del implante (reducción del 94,9%). Los pacientes experimentaron 3,88±3,52 síncopes previo al implante, los cuales disminuyeron hasta 0,19±0,63 episodios postimplante (p <0,001). La calidad de vida mejoró después del implante: el puntaje promedio SFSQ por paciente preimplante, fue de 70,19±24,5 vs. 15,88±13,73 postimplante (p=0,000).
ConclusiónEl implante de un marcapasos con sensor de asa cerrada en pacientes con síncope vasovagal refractario a manejo médico, mostró una disminución significativa en el número de síncopes y mejoría en la calidad de vida.
Previous studies have not found a clear benefit related to the use of pacemakers in cardioinhibitory syncopes; however, most of them were conducted with pacing systems using stimulation algorithms based in the abrupt drop of the heart rate.
ObjetiveTo assess the impact of cardiac stimulation using a closed loop sensor pacemaker in the number of syncopes and its impact in the quality of life of patients with a vasovagal syncope refractory to medical treatment.
MethodsProspective registration of patients diagnosed with vasovagal syncope refractory to medical treatment, who were implanted a bicameral closed loop sensor pacemaker between August 2008 and August 2013. Frequency of syncopal events and quality of life (using the SFSQ) were assessed before and after implanting the device.
Results51 patients were included (27 women, 53%), with an average age of 52.98±16.88 and a follow-up of 20.19±14.64 months. 30 cases (58.8%) of cardioinhibitory syncope were registered, 20 (39.21%) were mixed and 1 (1.9%) was vasodepressor. The number of syncopes after the implantation of the closed loop sensor device was significantly reduced. Before the pacemaker was implanted, the total of registered syncopes was 198, a value that was reduced to 10 after the implantation (a 94.9% drop). Patients experienced 3.88±3.52 before the implantation, and they decreased to 0.19±0.63 episodes postimplant (p <0.001). Quality of life improved after the implantation: patient average SFSQ score before the implantation was of 70.19±24.5 vs. 15.88±13.73 postimplant (p=0.000).
ConclusionImplanting a closed loop sensor pacemaker in patients with vasovagal syncope refractory to medical treatment revealed a significant decrease in the number of syncopes and an improvement in the quality of life.
El síncope es una pérdida súbita de conciencia secundaria a hipoperfusión cerebral transitoria, caracterizado por inicio rápido, corta duración y recuperación completa y espontánea1. Esta patología implica una carga considerable para los sistemas de salud del mundo, con una prevalencia que aumenta con la edad y va desde 6,2 por 1.000 personas/año en adultos jóvenes, hasta 19 por 1.000 personas/año en mayores de 80 años2,3.
El síncope vasovagal es causado por un deterioro agudo de las interacciones entre el sistema nervioso autónomo y el cardiovascular, encargados de mantener la perfusión cerebral, lo cual lleva a una activación inapropiada del reflejo de Bezold-Jarisch por la estimulación de los mecanorreceptores. Este hecho representa un mecanismo combinado de vasodepresión y cardioinhibición, en el que, en la respuesta cardioinhibitoria previa al síncope, hay un incremento del estímulo simpático, y luego un retiro abrupto del parasimpático, que produce bradicardia o asistolia y posteriormente aparece el mecanismo compensatorio del simpático con el cual se incrementan la tensión arterial y la frecuencia cardíaca4,5.
La estrategia inicial de manejo es conservadora, con énfasis en los cambios en el estilo de vida, en la minimización de las situaciones desencadenantes, así como en el reconocimiento temprano de los síntomas y el uso de maniobras para abortarlos6,7. En pacientes con síncope vasovagal donde la respuesta es vasodilatadora, la estimulación cardíaca no sería efectiva para prevenir la recurrencia del síncope; sin embargo, en los casos de respuesta mixta, con asistolia prolongada, la estimulación cardíaca pudiera ofrecer algunas ventajas4. Sobre este punto en particular, existe controversia en la literatura médica8, pues los resultados de los primeros estudios observacionales mostraron beneficio en la reducción del número de eventos sincopales mas no en los síntomas vasovagales9–12. Estos beneficios no lograron reproducirse en estudios controlados con placebo e incluso uno de estos debió ser suspendido por los pobres resultados13–15. Estos estudios emplearon sensores convencionales con detección de caída de la frecuencia cardíaca. Sin embargo al revisar la fisiopatología del síncope vasovagal, el paso inicial es un estímulo transitorio del simpático y posteriormente se desencadena la caída de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca; por tanto, los marcapasos con sensores convencionales actúan al final del reflejo, mientras que el sensor de asa cerrada lo hace desde el comienzo4. Los marcapasos con asa cerrada (CLS, su siglas en inglés), miden la impedancia ventricular latido a latido, cualidad que les permite detectar cambios tempranos en la contractilidad (estímulo simpático). La propiedad de revelar variaciones precoces de la contractilidad cardíaca que suceden antes de la caída de la presión y del reflejo cardioinhibitorio, les permite a los marcapasos con CLS intervenir en forma más oportuna en comparación con otro tipo de sensores, manteniéndose así el gasto cardíaco y evitando el síncope16.
Estudios como el INVASY (INotropy controlled pacing in VAsovagal SYncope) y registros como los de Palmisano y Bortnik17–19, han arrojado resultados alentadores con este tipo de dispositivos.
El objetivo del estudio que aquí se publica, fue determinar la utilidad del marcapasos con CLS en pacientes con síncope vasovagal, refractarios al manejo convencional.
MétodosSe incluyeron pacientes con síncope vasovagal refractario (definido como la persistencia de eventos sincopales con limitación en la calidad de vida a pesar de manejo no farmacológico) mayores de 40 años, con más de dos eventos sincopales en el último año y una prueba de mesa basculante positiva para síncope vasovagal. Se excluyeron pacientes con bloqueo auriculoventricular de segundo o tercer grado, disfunción sinusal, taquiarritmias documentadas y falla cardiaca. Todos firmaron el consentimiento informado por escrito y a todos se les implantó un marcapasos bicameral con CLS (referencia: CYLOS DR o EVIA DR; Biotronik SE & Co. KG, Berlín, Alemania), los cuales fueron programados en modo DDD-CLS.
Se obtuvieron datos basales antes del implante del marcapasos (presencia de comorbilidades, tratamiento recibido para el manejo de su síncope, número de síncopes durante el año anterior y medición de calidad de vida con el cuestionario SFSQ); posteriormente, se hicieron consultas de reprogramación, la primera a las 6 semanas del implante y posteriormente cada 6 meses; se realizaron además llamadas telefónicas de seguimiento cada 3 meses. No se les informó a los pacientes el objetivo del cuestionario SFSQ. Para el análisis estadístico, las variables cuantitativas se resumieron mediante el cálculo de sus medias, desviaciones estándar, medianas y rangos intercuartiles. Se usó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para verificar normalidad; las diferencias antes y después del implante del marcapasos con algoritmo CLS, se establecieron con la prueba de Wilcoxon. Para las variables cualitativas se crearon proporciones. Los datos fueron procesados con el programa Stata versión 11 (StataCorp). Se trabajó con una significancia menor de 0,05.
ResultadosEntre agosto de 2008 y agosto de 2013, se implantaron marcapasos Biotronik con sensor CLS a 51 pacientes (24 hombres, 47%), con una edad promedio de 52,98±16,88 años y un tiempo de seguimiento de 20,19 ±14,64 meses (rango: 1-48 meses). La hipertensión arterial fue la comorbilidad predominante y el 50,98% recibía tratamiento con fludrocortisona. Los tipos de síncope fueron: cardioinhibitorio en 30 casos (58,8%), mixto en 20 (39,21%) y vasodepresor en uno (1,9%). En las figuras 1 y 2 se muestra la frecuencia de otras condiciones y medicamentos.
Se registraron en total 198 síncopes antes del implante del marcapasos, valor que descendió a 10 (reducción absoluta del 94,9%) posterior al uso del dispositivo CLS. Esta reducción fue evidente en todos los participantes (figs. 3 y 4) En la fig. 7 se documenta el estimador de Kaplan-Meier de recurrencia del primer síncope después del implante del marcapasos con CLS. Se observó adicionalmente un incremento significativo en la calidad de vida posterior al implante del marcapasos para el total de la muestra y para ambos géneros (figs. 4 y 5). Estas diferencias se mantuvieron en el grupo de pacientes con síncopes cardioinhibitorio y mixto (tabla 1).
Frecuencia de síncopes
Tipo de síncope | Síncopes Pre CLS* | Síncopes post CLS | p | Calidad de vida pre CLS | Calidad de vida post CLS | p |
---|---|---|---|---|---|---|
Cardioinhibitorio (30) | 3,81 ±0,75 (4) | 0 (0) | 0,00 | 68,18 ±26 (80) | 10,90± 8,31 (10) | 0,00 |
Mixto (20) | 6±3,20 (5**) | 0,33±0,70 (0) | 0,007 | 84,44±16,66 (90) | 17,77 ±22,79 (20) | 0,007 |
Vasodepresor (1) | 2 | 0 | 70 | 10 |
La estimulación cardiaca permanente es una forma aun controversial de tratamiento en pacientes con síncope vasovagal, encaminada al manejo de la bradicardia transitoria que se produce durante el episodio sincopal, de modo que se provee una frecuencia cardíaca para soportar la caída de la presión arterial durante el evento5. A principios de los noventa se realizaron los primeros intentos de tratamiento con estimulación cardiaca en pacientes con síntomas refractarios al manejo médico bajo la premisa de la existencia de un componente cardioinhibitorio10.
Estos primeros estudios fueron sin distribución aleatoria, observacionales y en su mayoría terminaron de manera precoz debido a que los análisis preliminares mostraban excelentes resultados10–12. Estudios posteriores en los que se usó sensor convencional con detección de caída de frecuencia, no mostraron resultados similares.
El papel del CLS en la prevención del síncope vasovagal, fue sugerido en el estudio INVASY, que reunió 50 pacientes, con al menos cinco episodios sincopales en los últimos dos años y una prueba de mesa basculante positiva para síncope cardioinhibitorio, quienes fueron distribuidos de manera aleatoria a estimulación DDD-CLS vs. DDI. Se encontró una recurrencia de síncope al año en el grupo de CLS de 0%, frente a 78% en el grupo de DDI17. El estudio fue suspendido luego de doce meses, a la luz de estos resultados. La principal limitante del estudio INVASY fue el seguimiento relativamente corto, ya que los posibles periodos asintomáticos largos de los pacientes con síncope, son un factor que puede modificar la magnitud de los hallazgos17. Entre tanto, el registro de Palmisano con 41 pacientes con síncope vasovagal con respuesta cardioinhibitoria en la mesa basculante tratados con marcapasos con CLS en un seguimiento de ocho años, mostró recurrencia de síncope del 4% en el grupo de intervención contra el 40% en el grupo de estimulación convencional, sin evaluación del impacto sobre la calidad de vida de los pacientes18. Por su parte, Kanjwal et al. en una muestra de 35 pacientes con síncope vasovagal recurrente y con prueba de mesa basculante positiva para respuesta cardioinhibitoria, compararon la efectividad del CLS contra un sensor convencional y hallaron una recurrencia de síncopes del 59% vs. 83% a favor del sistema CLS20. La eficacia del CLS en el manejo del síncope vasovagal también fue documentada por Bortnik et al. en un registro en el que se incluyeron 35 pacientes con síncope y presíncope, con un promedio de seis episodios antes del implante del dispositivo. En el seguimiento, 29 de 35 pacientes (83%) permancecieron asintomáticos y uno reportó persistencia del síncope pero mejoría en la calidad de vida19. En todos los pacientes el número de síncopes posterior al implante del CLS, fue significativamente menor.
El estudio más reciente con empleo de marcapasos con CLS para el tratamiento del síncope vasovagal con respuesta cardioinhibitoria en la mesa basculante, fue realizado en una población de pacientes sin otras comorbilidades, con un diseño crossover, en el que involucraron 50 pacientes con un seguimiento de 36 meses, y encontraron no solo una reducción significativa en el número de síncopes sino en el de presíncopes21.
El estudio que aquí se reporta constituye uno de los más grandes publicados a la fecha con este tipo de sensores. Es de diseño observacional prospectivo, compuesto por una muestra de 51 pacientes con síncope vasovagal, sin respuesta al manejo convencional, quienes fueron tratados con marcapasos con CLS. Los resultados obtenidos en cuanto a la disminución en el número de síncopes, fueron similares a los descritos en el INVASY y en los registros de Palmisano y de Bortnik. Un aporte adicional del estudio es la medición en la mejoría de la calidad de vida de los pacientes, realizada por medio de la escala SFSQ (Syncope Functional Status Questionnaire), la cual ha sido validada en un estudio de más de 500 pacientes22. Lo anterior demuestra no solo el impacto que tiene el dispositivo en el número de síncopes sino también en la calidad de vida de los pacientes. En este sentido, es de resaltar que se incluyeron no solo pacientes con respuesta cardioinhibitoria, sino con respuesta mixta, en quienes se encontraron resultados similares. Así mismo, se incluyó un paciente con respuesta vasodepresora, por marcado deterioro de la calidad de vida y ausencia de respuesta a la medicación y a las medidas no farmacológicas, quien tuvo mejoría de los síntomas.
En lo concerniente a las limitaciones del estudio, se trata de una muestra pequeña de pacientes lo cual puede sobreestimar el efecto de la intervención; sin embargo es comparable a los estudios de mayor trascendencia sobre el tema17–19. Es, igualmente, un estudio en el cual no se cotejó la intervención contra placebo. No obstante, los mismos pacientes constituyen el grupo control lo cual permite establecer diferencias significativas en el número de síncopes y en la calidad de vida.
Esta explicación está documentada en un test de mesa basculante, en el que se observa que antes de que se retire el simpático de forma abrupta y se estimule el parasimpático para que se produzca bradicardia y vasodilatación, es, en última instancia, lo que disminuye la perfusión cerebral y produce el síncope. En la figura 6 se observa con claridad que se produce un importante estímulo previo del simpático, en el que hay taquicardia y aumento de las resistencias periféricas (se activa el CLS) lo que evitaría la retirada abrupta del parasimpático, al menos de su componente de disminución de la frecuencia cardíaca. Esto fenómeno podría explicar por qué este sensor es mejor que otros que usan otros marcapasos para este tipo de patología.
Dada la naturaleza evidente del síncope, la magnitud en la diferencia hallada y la concordancia con los resultados de otros estudios, los autores creen que las diferencias en el número de síncopes antes y después del implante del marcapasos con CLS, se mantienen y sigue siendo significativas, lo cual les confiere a estos dispositivos la alternativa de considerarlos como una estrategia adicional en el manejo del paciente con síncope refractario al tratamiento.
ConclusiónEl implante de un marcapasos con CLS en pacientes con síncope vasovagal ofrece una opción de manejo no solo para el control del número de síncopes sino para la mejoría de la calidad de vida de la población en mención. Se requieren estudios controlados con distribución aleatoria con enmascaramiento con mayor número de pacientes para corroborar el verdadero impacto de esta intervención.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Conflictos de interésLos autores declaran no tener ningún conflicto de interés.