Inicia el año 2016 con no muy buenas noticias para el país desde el punto de vista económico y por lo tanto con precarias perspectivas desde el aporte que la generación de conocimiento y los procesos de innovación puedan apuntarle al desarrollo de una nación como la nuestra, basta con mirar el presupuesto adjudicado al Instituto de Ciencia y Tecnología (Colciencias) para rápidamente sacar esta conclusión, la cifra es irrisoria por no decir lo menos, inferior al 0.5 del PIB (producto interno bruto). Solo en Latinoamérica si nos comparamos con el resto de países, estamos en los últimos lugares de la inversión se hace al intento de obtener desarrollo a partir de la investigación y la innovación.
Mas preocupante aun, si para este año se tiene la perspectiva de enfrentar todo lo relacionado al tema del postconflicto luego de una guerra que por 50 años ha tenido el país, en este momento se requiere de aporte desde las diferentes disciplinas y profesiones para enfrentarlo de manera adecuada con respuestas que surjan básicamente desde la academia.
La salud mental es una de las protagonistas llamadas a plantear un trabajo sistemático y organizado para la población afectada luego de la terminación del conflicto, estrategias de intervención que vayan encaminadas a mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población. La academia, los investigadores, docentes y profesionales de la salud mental juegan un papel preponderante. Se requieren, sin duda, recursos económicos para lograrlo.
Muchas tareas se tendrán que plantear, políticas trazadas en la evidencia sobre diagnostico, intervención y rehabilitación en alteraciones mentales originados producto del conflicto. En este orden de ideas la Asociación Colombiana de Psiquiatría se ha propuesto programas de educación continua para los profesionales. Desde la editorial de la Revista se cualifica mejor su publicación con artículos de alta calidad relacionados con el tema, y el ultimo logro de haber sido aceptados en la base de datos bibliográfica de Medline es una corroboración de ello.
El ingreso a Medline y contar con la presencia de la revista en las principales bases de datos bibliográficas aumenta el deseo de autores a publicar en ella, los asociados a leer con disciplina nuestra publicación en el esfuerzo de recibir actualización y capacitación que se requiere.
