La lectura del editorial del Vol. 22, N.°. 1 de nuestra Revista Colombiana de Reumatología me ha hecho cavilar respecto de algunos aspectos puntuales:
- 1.
El Dr. Otero que suscribe la nota editorial, deja entrever de manera implícita que la gamma glutamil transferasa solo se aplica para definir el origen de la fosfatasa alcalina en un caso con sospecha de colestasis. Sin embargo, se sabe hoy por hoy que juega un papel adicional como biomarcador de otros procesos patológicos, entre otros el riesgo de diabetes mellitus y de enfermedad cardiovascular1-4. Es más, por sí misma puede inducir daño. Y no hace falta que haya alteración hepática o de las vías biliares concomitantemente.
- 2.
Podría ser incorrecto a la fecha, la denominación «hepatitis lupoide», mas no es dado hacer análoga afirmación para «hepatitis lúpica»5.
- 3.
El lector esperaría que la nota editorial hiciera una reseña general de los artículos que incluye el volumen correspondiente, dando su opinión y destacando la importancia del artículo y el beneficio de su lectura, mas al no observar cómo, lanza en ristre, intenta rebatir la opinión de un grupo que ha hecho un esfuerzo meritorio. Mejor habría sido no haber aceptado el artículo para su publicación. Aclaro, no me opongo a que la opinión que se exprese en artículos sea susceptible de contradicción o debate científico. Todo lo contrario, es de buen recibo; pero nunca con el criterio de «il magister dice». Incluso esta nota que estoy remitiendo también puede someterse a bienvenida discusión o réplica.
- 4.
Finalmente, y admitiendo que es controversial, y muy controvertido, el tema del compromiso hepático y sus modalidades por LES, en lo personal estoy convencido de que si ocurre, aunque no con la frecuencia de sus clásicos órganos blanco. Afirmación respaldada por biopsia hepática, negatividad para HA, CBP u otros compromisos autoinmunes y, además, por el concepto de patólogo idóneo, que además es internista y gastroenterólogo.
Gracias por su atención Dr. Quintana.