Es bien conocido que el ultrasonido musculoesquelético y articular ha demostrado múltiples ventajas y beneficios para el diagnóstico, el seguimiento, el pronóstico y el tratamiento de la artritis reumatoide. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido su importancia —junto con la radiología convencional— como una de las modalidades de imagen más eficaces para mejorar la calidad de la atención médica en todo el mundo, particularmente en regiones en desarrollo, como la latinoamericana1.
Pese a estos importantes avances, la investigación sobre el impacto del ultrasonido en la calidad de la atención de la salud, así como su percepción y utilidad entre los pacientes, todavía es muy escasa en la literatura clínica actual. Por esta razón, el trabajo de Luis Javier Cajas Santana, Rafael Barón y Carlos A. Guillén-Astete, titulado: «Impacto del ultrasonido en la percepción de la calidad de la salud en pacientes adultos con artritis reumatoide»2, de reciente publicación en la REVISTA COLOMBIANA DE REUMATOLOGÍA, es bienvenido.
Mediante un estudio observacional, descriptivo y transversal, los autores administraron el cuestionario SERVQHOS para determinar la satisfacción con la calidad percibida de la atención a la salud en un grupo de pacientes con artritis reumatoide estudiados mediante ultrasonido musculoesquelético durante su consulta, en comparación con un grupo control. Los resultados revelaron que la mayoría de los pacientes consideró al ultrasonido una herramienta útil durante la consulta (93%), que genera mayor confianza en los tratamientos y en el médico (93%). Los autores concluyeron que su uso mejoró los índices de satisfacción de atención a la salud, así como la percepción del criterio médico y de los tratamientos.
La mejora de las experiencias de los pacientes mediante el uso del ultrasonido ha sido evaluada por otros estudios. Para Kumar et al.3, por ejemplo, el uso de ultrasonido musculoesquelético en la visualización de las articulaciones inflamadas en tiempo real puede ayudar a mejorar la comprensión de la enfermedad y el apego del paciente a los fármacos modificadores de la artritis reumatoide. Para estos autores, además de la incorporación de las representaciones visuales del proceso de la enfermedad, la discusión de los parámetros del ultrasonido y las mejores explicaciones en la consulta sobre las consecuencias del mal control de la artritis reumatoide son útiles para mejorar la comprensión de los pacientes sobre la necesidad de la terapia a largo plazo y una mejor adherencia terapéutica.
En otro estudio cualitativo sobre los hallazgos de la actividad de las prácticas médicas en la definición de la progresión de la artritis reumatoide mediante ultrasonido Doppler en la práctica clínica (DEDUCE, por sus siglas en inglés) se planteó que es factible incorporar su uso en la práctica clínica rutinaria para medir la actividad de dicha enfermedad. Por ende, se alienta a los reumatólogos a utilizar y expandir su aplicación clínica, ya que puede mejorar la comprensión del paciente sobre el estado de su enfermedad y la importancia de la adherencia a la medicación4.
Puesto que el apego del paciente con artritis reumatoide a la medicación es un fenómeno complejo, puede ser estimulante que una intervención económica y simple, como lo es una sesión de ultrasonido con un reumatólogo, mejore las actitudes de los pacientes con respecto a su tratamiento. Esto indica la necesidad de más estudios, con un mayor seguimiento. Al respecto, Joplin5 encontró que mostrar a los pacientes imágenes ultrasonográficas de sus articulaciones inflamadas en tiempo real derivó en un análisis de costo-beneficio más favorable, con un aumento de la creencia de los pacientes en la necesidad de medicamentos, comparado con la preocupación sobre sus desventajas.
En otro estudio publicado, Naranjo6 encontró que el uso rutinario del ultrasonido musculoesquelético en la práctica reumatológica en mano y hombro —en comparación con la atención tradicional— condujo a mejoras en el cuidado y redujo el número de pruebas adicionales y visitas médicas, con un ahorro de costos (de aproximadamente 50%) en el grupo de ultrasonido musculoesquelético comparado con el grupo de cuidado tradicional.
Asimismo, Wheeler7, en un estudio piloto realizado en una clínica de medicina del deporte, evaluó el beneficio percibido de los pacientes con relación al uso del ultrasonido. El 96% de los pacientes que respondieron a una encuesta informó una mayor tranquilidad después del ultrasonido, en tanto que el 96% manejó mejor su problema. En general, el 64% calificó el ultrasonido de diagnóstico clínico como de valor muy alto y otro 32% lo consideró de valor alto.
En un ámbito distinto al de la reumatología, también se observan hallazgos alentadores. Vollgraff et al.8, por ejemplo, llevaron a cabo un estudio cualitativo mediante entrevistas semiestructuradas aplicadas en el servicio ambulatorio de un departamento de ginecología y obstetricia en un hospital académico de Ámsterdam. En dicho estudio, la mayoría de las mujeres expresó que las evaluaciones ultrasonográficas frecuentes eran una fuente de apoyo que proporcionaba bienestar y un sentimiento de seguridad para sus embarazos. En tal contexto, el ultrasonido se ha considerado un momento «delicado», en el que las mujeres manifiestan claramente su voluntad de observar con frecuencia el monitor para tranquilizarse9.
En otro estudio de métodos mixtos, que comprendió cuestionarios distribuidos a mujeres en un hospital de referencia de distrito y 3centros de salud primarios en Uganda, Isabirye10 encontró que el ultrasonido obstétrico en el punto de triaje laboral mostró utilidad en contextos de atención prenatal inadecuada. La implementación del ultrasonido en los centros de salud aumentó la satisfacción del paciente y sus calificaciones de recomendación.
Aunque los hallazgos comentados son esperanzadores, la evidencia sobre la mejora de las experiencias de los pacientes y la percepción del uso del ultrasonido en la artritis reumatoide todavía no son significativas y están parcialmente documentadas en la literatura11. En 2 ensayos clínicos controlados publicados un lustro atrás (TaSER y ARTIC)12,13 se mostró que una estrategia de tratamiento basada en la evaluación ultrasonográfica (de acuerdo con las recomendaciones actuales) no condujo a un mejor resultado clínico, en comparación con un enfoque convencional de treat to target. Esto indica que el uso sistemático del ultrasonido en el seguimiento de los pacientes con artritis reumatoide no estaría justificado14.
En cualquier caso, todos los hallazgos comentados, incluyendo los publicados por Cajas, Barón y Guillén-Astete, coinciden en la necesidad de un mayor número de ensayos clínicos que evalúen la aplicación clínica del ultrasonido, así como su impacto en la calidad percibida y los desenlaces de los pacientes.
FinanciaciónEste artículo no contó con ninguna fuente de financiación.