Fue en 2007 cuando los presidentes de las 3 asociaciones españolas del Laboratorio Clínico, AEBM, AEFA y SEQC, acordaron unificar las publicaciones que ellas editaban, en una sola revista. Un grupo entusiasta de personas comenzamos a trabajar en este proyecto. Si los esfuerzos que realizamos entonces consiguieron su propósito de lanzar una publicación digna y representativa de nuestra especialidad, se debió en gran medida a la persona designada en ese momento para dirigir la revista, Felip Antoja. Desgraciadamente Felip nos dejó para siempre el pasado 15 de enero y este equipo editorial intenta sobreponerse al sentimiento de orfandad que realmente nos invade.
Felip Antoja Ribó nació en Badalona el 17 de febrero de 1945. Casado y padre de 4 hijas, era licenciado en Farmacia y especialista en Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica. Su trayectoria profesional comenzó en 1972 en el Laboratorio de Análisis Clínicos de Santa Coloma de Gramanet y continuó, como jefe de sección, en el Laboratori Barcelonés Nord y Vallès Oriental, en el que permaneció desde 1983 hasta su obligada jubilación en febrero de 2010. Miembro de la Sociedad Española de Química Clínica desde su creación, fue secretario de la misma en 2 periodos y director de su Boletín Informativo desde 1990 hasta la fecha de su fallecimiento.
Felip Antoja fue el catalizador imprescindible para el nacimiento de la Revista del Laboratorio Clínico. Aceptó en 2007 su nombramiento de director con una mezcla de humildad y responsabilidad que marcó de modo indeleble su desempeño durante todos estos años en los que capitaneó el proyecto. Su entrega a la labor editorial, su afabilidad para con todos, su capacidad para corregir sin avasallar, la humanidad y paciencia con que afrontaba cada conflicto fuese importante o una cuestión nimia, todas estas características de su personalidad nos ayudaron a sacar adelante esta revista y nos dieron las herramientas para preparar el futuro en el que creía con pasión.
Quienes colaboramos con Felip estaremos siempre en deuda con él, es y será un ejemplo de entrega a los compromisos adquiridos, de lucha sin descanso por alcanzar las metas, sin olvidar nunca el respeto y la comprensión hacia todos como fundamento de nuestras acciones.
Le echaremos de menos, sobre todo cada 23 de abril, cuando nos enviaba su rosa virtual de Sant Jordi, pero intentaremos seguir adelante, conscientes de que él hubiera querido que el progreso de la revista no se detenga a pesar de las complejas circunstancias por las que ahora atraviesa el Laboratorio Clínico.
Querido Felip, gracias por todo lo que hemos recibido de ti. Con estas palabras queremos rendir nuestro modesto homenaje a tu persona. Tu espíritu siempre permanecerá con nosotros.
El Comité de la Revista del Laboratorio Clínico. El Consejo Editorial de la Revista del Laboratorio Clínico.