La creación de la Revista del Laboratorio Clínico ha comportado el cese de la actividad de otras tres revistas, pero no es propiamente el fruto de su fusión. No puede ser una síntesis ni un remedo de revistas anteriores porque es una realidad nueva que irrumpe en el panorama científico con su propia idiosincrasia que integra, a la vez, el empuje de quien es competente y la prudencia del novel. Es competente porque dispone de una estructura y un régimen de funcionamiento que la dotan de una agilidad no incompatible con el rigor científico. Pero, al mismo tiempo, es novel porque está empezando su andadura y no debe asimilar herencias maquinalmente. Puede beneficiarse de la experiencia humana de las antiguas revistas y aprovechar sus estrategias positivas, pero no ha de olvidar nunca que representa una nueva opción, un nuevo planteamiento, con vida propia.
Así, pues, en esta fase inicial, la revista se ha de ganar la confianza de los autores y anunciantes para alcanzar una posición satisfactoria en la comunidad científica. Ha de labrarse su futuro. Es tiempo de siembra. Todos hemos de sembrar, cada uno en su propio nivel, para que, en un futuro, quizá no muy lejano, se recoja un fruto positivo. Este fruto será la acogida adecuada en la comunidad científica de lengua española y su presencia indexada en bases de datos de prestigio.
Más allá, en otro nivel del horizonte, espera el factor de impacto, un valor que ha pasado a ser la medida cuantitativa de la actividad científica y de la utilidad de una revista. Es un valor codiciado por autores con deseos de biografía científica lustrosa y, por supuesto, por editores que anhelan situar su revista en posiciones dignísimas. Sin embargo, es un valor que no se alcanza fácilmente porque, mientras no se tiene, la revista se halla en inferioridad cuando un autor decide publicar un artículo relevante. Conseguir invertir esta tendencia, es decir, que los autores piensen en esta revista aunque no tenga factor de impacto, será una tarea difícil. Pero este es el reto: la Revista del Laboratorio Clínico se ha de ganar la confianza de los autores. Tanto los consagrados como los noveles han de detectar la seriedad y el rigor suficientes para que se sientan animados a colaborar en esta siembra.
Por otra parte, el factor de impacto debe contemplarse como un objetivo a medio o largo plazo porque no se obtiene en poco tiempo. El procedimiento que utiliza el Institute for Scientific Information (ISI) consiste en calcular, para un año, el número de veces que la revista ha sido citada durante ese año en artículos publicados por otras revistas durante los dos años anteriores, efectuando una corrección que depende del número de artículos que la revista publicó en el mismo periodo. Dado que se suele dar un margen inicial de unos dos años para que la revista se asiente, en los que difícilmente es analizada, se puede pensar, siendo optimista, que el ISI podría hacer un primer cálculo de un posible factor de impacto de nuestra revista en el año 2012, a partir de las citas de artículos del período 2010–2011. El plazo es largo y su constatación no debe ser motivo de contrición. Simplemente es una realidad que se ha de aceptar. Conviene disipar posibles falsas euforias y trabajar para que, desde ahora, y en los próximos años, vayamos construyendo una revista que avance firmemente hasta ganar su espacio en la comunidad científica.
La aportación de manuscritos suficientes permitirá la edición de los sucesivos números de la revista dentro de los plazos establecidos. Esta es otra condición inexcusable que se ha de cumplir, por el respeto debido a los lectores y anunciantes. El proceso que siguen todos los manuscritos consistente en la evaluación por dos revisores supone un tiempo que a veces se dilata, pero cuyos plazos no pueden acortarse sin merma de la calidad de los artículos. Por eso, es muy importante disponer, especialmente en esta fase inicial, de una reserva suficiente de artículos que permita la confección de los distintos números con puntualidad y sosiego.
Es tiempo de siembra y todos estamos implicados en esta tarea. Si se siembra con fe y se actúa con perseverancia, recoger el fruto será sólo cuestión de tiempo. Este es nuestro reto. El de todos.