La infección perioperatoria por SARS-CoV-2 se ha asociado con una mayor mortalidad postoperatoria1. Esto ha llevado a que durante la pandemia originada por la COVID-19 se hayan cancelado multitud de procedimientos quirúrgicos electivos debido a la escasez de recursos y a la preocupación por los resultados adversos de los pacientes y por el riesgo de transmisión nosocomial2. Sin embargo, el riesgo de infección por SARS-CoV-2 en niños sometidos a cirugía es poco conocido. En estos dos años la pandemia por SARS-CoV-2 ha obligado a la actualización continua de los protocolos, de las estrategias de decisión y de las guías de manejo clínico, incluidas las recomendaciones sobre el cribado previo a los procedimientos quirúrgicos. Inicialmente los anestesiólogos pediátricos asumimos las mismas recomendaciones que se hacían al respecto en los pacientes adultos. Y así lo hicimos en nuestro centro cuando, en marzo de 2020, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid reorganizó la atención de urgencias, cuidados intensivos y hospitalización pediátricas centralizándolas en los Hospitales Universitarios de La Paz y en el Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús3. Así, durante el periodo de abril del 2020 a abril de 2022 en nuestro hospital se realizaron test de rRT-PCR para SARS-CoV-2 preoperatorias a todos los pacientes que iban a ser intervenidos de forma programada y urgente. Las recomendaciones de las autoridades sanitarias estatales y autonómicas era posponer la cirugía electiva de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 por el potencial riesgo de complicaciones pulmonares y por evitar la transmisión de la infección en el personal sanitario implicado.
Hoy en día se han publicado ya series de más de 13.000 casos sobre los resultados perioperatorios de cirugías en pacientes pediátricos con infección por SARS-CoV-2. Los niños con infección perioperatoria por SARS-CoV-2 no parecen tener un mayor riesgo de complicaciones pulmonares postoperatorias o mortalidad y, por lo tanto, la demora en la cirugía parece ser innecesaria4.
En cuanto a nuestra experiencia, según los datos que nos ha facilitado el Servicio de Admisión de nuestro Hospital, del total de pacientes intervenidos en este periodo en nuestro centro, 18 tuvieron que ser intervenidos de forma urgente a pesar de tener una infección activa por SARS-CoV-2. Según muestra la tabla 1, las indicaciones quirúrgicas fueron: apendicectomía (11), fractura de miembros superiores (3), válvula de derivación ventriculoperitoneal (1), limpieza de herida quirúrgica (1), drenaje de senos (1) y torsión testicular aguda (1). En cuanto a la clasificación de riesgo anestésico de la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA), 15 de los niños intervenidos eran ASAI-II y 3 fueron catalogados como ASAIII. Estos correspondieron a un tumor de la glándula pineal, un niño con DMID y una atrofia espinal. Revisamos la evolución perioperatoria de todos los casos y encontramos que todos los pacientes, incluidos los pacientes ASAIII, pudieron ser intervenidos sin incidencias respiratorias y no presentaron complicaciones respiratorias (neumonías, necesidad de ventilación mecánica o síndrome de distrés respiratorio agudo) en el postoperatorio. Esta revisión de nuestra experiencia coincide con las series publicadas: los niños con infección perioperatoria de SARS-CoV-2 no parecen tener un riesgo incrementado de complicaciones postoperatorias pulmonares, y retrasar la cirugía urgente parece innecesario.
Niños intervenidos con diagnóstico de infección preoperatoria por SARS-CoV-2
Total | Complicaciones respiratorias perioperatorias | ||
---|---|---|---|
ASA | I-II | 15 (83%) | 0 |
III-IV | 3 (17%) | 0 | |
Sexo | Mujer | 8 (44%) | 0 |
Varón | 10 (56%) | 0 | |
Edad (años) | 1-9 | 7 (38%) | 0 |
10-18 | 11 (62%) | 0 | |
Indicación quirúrgica | Abdomen agudo | 11 (62%) | 0 |
Escroto agudo | 1 (5%) | 0 | |
Hipertensión intracraneal | 1 (5%) | 0 | |
Fractura | 3 (16%) | 0 | |
Infección quirúrgica | 2 (11%) | 0 |
Tras la publicación en marzo de 2022 de las «Recomendaciones para la detección precoz de la infección activa por COVID-19 previo al ingreso hospitalario, la realización de pruebas diagnósticas y procedimientos quirúrgicos», en nuestro hospital se adaptaron de manera que se dejaron de solicitar rRT-PCR para SARS-CoV-2 a todos los pacientes previo a la realización de pruebas diagnósticas y/o terapéuticas y procedimientos quirúrgicos. En los pacientes pediátricos el riesgo perioperatorio está determinado por la clínica de infección activa que llevaría a valorar su cancelación y reprogramar el procedimiento.
En conclusión, entendemos que se trata de otro ejemplo de la necesidad de adaptar la atención perioperatoria a los pacientes pediátricos. Al igual que ya hicimos con la limitación de la indicación de otras pruebas de laboratorio preoperatorias, el realizar de forma sistemática pruebas de cribado de rRT-PCR para SARS-CoV-2 podría tener consecuencias derivadas del retraso innecesario del procedimiento, sin olvidar la sobrecarga de los servicios de laboratorio y el gasto económico añadido. Por último, recordar la importancia de mantener las medidas de protección de los profesionales sanitarios para disminuir el riesgo de transmisión de infecciones nosocomiales.
FinanciaciónEste trabajo no ha sido objeto de financiación.
Conflicto de interesesEste trabajo no implica ningún conflicto de intereses por parte de los autores.