La hemorragia obstétrica puede poner en riesgo la vida de la madre y del feto y a menudo se presenta de forma inesperada sin claros factores de riesgo. Su identificación precoz contribuye a no demorar las medidas de reanimación. Se presenta el caso de una rotura de metástasis ovárica durante el trabajo de parto responsable de sangrado masivo que obligó a una cesárea por pérdida de bienestar fetal, un inicio no descrito previamente en el tumor de Krukenberg. Los tumores malignos del embarazo son infrecuentes y difíciles de diagnosticar ya que sus manifestaciones clínicas a menudo se solapan con las del propio embarazo (dispepsia, náuseas y distensión abdominal). Un retraso en el diagnóstico comporta un pronóstico infausto a largo plazo. Se revisan las causas de sangrado obstétrico, subrayando la rareza del tumor de Krukenberg concomitante al embarazo.
Obstetric haemorrhage can endanger the lives of mother and foetus. It often occurs unexpectedly without clear predictors. A high degree of suspicion helps to avoid delaying resuscitation measures. We present the case of a ruptured ovarian metastasis that occurred during labour. It caused a massive bleed forcing a caesarean section due to non-reassuring foetal status. This was an unprecedented and undescribed onset of Krukenberg tumour formation. Malignant tumours in pregnancy are rare and difficult to diagnose due to their clinical manifestations which often overlap with those of pregnancy itself (dyspepsia, nausea and bloating). Despite the available therapeutic measures, a delay in diagnosis is a determining factor for long-term prognosis. We review the causes of obstetric bleeding, and underline how rare Krukenberg tumours concomitant to pregnancy are.
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