Sr. Director:
El número de anglicismos en muchos trabajos publicados por la Revista es a mi modo de ver excesivo. Bien es verdad que al ser la nuestra una especialidad en movimiento, muchas veces aparecen términos que requieren un neologismo, pero el español es una lengua con una capacidad probada de asimilación, del fútbol ha guardado el nombre en spanglish pero salvo penalti y ya a veces va refiriéndose como penalización, no queda ningún otro término que no haya sido traducido. En nuestro caso hay que esforzarse por que suceda lo mismo.
Buscando un poco en los diccionarios se encuentran los términos que designan técnicas o instrumentos que se acoplan perfectamente a los nuestros. A mayor abundamiento el inglés forma sus neologismos científicos a partir del latín o del griego, con lo que haciendo nosotros el camino al revés encontramos la traducción al romance. La Real Academia tiene un Servicio rápido de consultas que puede utilizarse en casos de duda. En las correcciones propuestas por el Comité de Redacción deberíais hacer hincapié en ello y sugerir los términos correctos cuando existen. Vayan unos ejemplos sacados de números recientes: off-set de las prótesis, en arquitectura se le llama vuelo a esta distancia en aleros y marquesinas, similar a la causada por el acodo del cuello del fémur; hablando de aleros, shelf-arthroplasty citada en dos buenos artículos del último número se puede traducir perfectamente por tectoplastia o plastia en alero sin tener que traducir shelf por anaquel o alacena que no significaría nada en este caso. Y así un sin fin.