Sr. Director:
He leído la carta de los Dres. Orozco y Sales, publicada en el fascículo N.o 1 del 2002, en respuesta al artículo del Dr. Forriol sobre los clavos encerrojados del N.o 4 del 2001. Mi admiración por la capacidad quirúrgica y la calidad iconográfica habitual del Dr. Orozco no impide mi desacuerdo con sus comentarios al artículo de Forriol. El texto de los pies de foto de las seis imágenes de la carta resalta errores y complicaciones cuya redacción no sería en absoluto diferente si se hallaran bajo imágenes de errores y complicaciones de las placas y tornillos. Su libro «Errores en la osteosíntesis» recoge un acortamiento (caso 42) equiparable al de la figura 1 de la carta, un cúmulo de errores (caso 153) comparable al de la figura 3, roturas de material (casos 102 y 103) que recuerdan la figura 4, mala selección del implante (casos 51 y 74) como en la figura 5 y resorción del lado de tracción/tensión de la fractura (caso 104) como en la figura 6. No he logrado hallar una equivalencia para la figura 2, pero no me negará que los errores por disrotación, difíciles de cometer en las fracturas de trazo simple, constituyen una complicación posible en las conminuciones grado IV de Winquist y Hansen. La propia filosofía AO aconseja las placas «en puente», o sin reducción anatómica, en semejante situación, como se muestra en su Atlas de osteosíntesis (tipo 33-A3.3 de la página 207). El corolario es, pues, que el riesgo no se halla tanto en el uso indiscriminado de los encerrojados que denuncian, sino en su uso técnicamente incorrecto. De hecho, las seis imágenes que presenta constituyen errores de la técnica más que complicaciones inherentes al procedimiento. Al fin y al cabo, todo el estupendo catálogo de errores que recoge en su libro, incluidos los de los pacientes (capítulo 7.1), son aplicables también a los encerrojados, sin que ello entrañe responsabilidad del propio diseño de la técnica endomedular encerrojada. La discusión puntual de cada caso erróneo mostrado en la carta, así como las diversas indicaciones/posibilidades de la técnica, exceden en mucho la capacidad de esta sección y la paciencia de los lectores.
Atentamente,
El Comité Editorial, incluido el Dr. Forriol, están de acuerdo a grandes rasgos con su idea, dejando como idea de fondo que cualquier método, placa, clavo, fijador..., etc., tiene unas indicaciones idóneas y unos criterios de aplicación que, con límites más o menos permisivos, si no se siguen, pueden dar lugar a fracasos.