Valorar los resultados clínicos y radiológicos de un cotilo monobloque de tantalio con un seguimiento medio de 12 años.
Material y métodoSe siguieron prospectivamente 23 prótesis de cadera en 23 pacientes. Los diagnósticos más frecuentes fueron coxartrosis primaria (9 casos) y necrosis avascular (7 casos). Los resultados clínicos fueron valorados con la escala de Merle D¿Aubigne-Postel. Se midieron la orientación de los componentes, la integración de los cotilos y la presencia de hiatos postoperatorios o aparición de líneas radiolúcidas. El desgaste del polietileno fue medido con el método de Kim.
ResultadosEl seguimiento medio de la serie fue de 12 años. Todos los implantes se encontraban osteointegrados al final del seguimiento. Los valores medios de dolor, capacidad de deambulación y movilidad en la escala de Merle D¿Aubigne-Postel fueron 5,4, 5,2 y 4,4 respectivamente al final del seguimiento. En un cotilo un hiato postoperatorio no se había rellenado y 4 implantes tenían líneas radiolúcidas no progresivas en la parte de la zona 1 de DeLee.
ConclusionesLos cotilos monobloque de tantalio presentan una excelente supervivencia con seguimientos superiores a diez años en cirugía primaria de cadera.
To evaluate the clinical and radiological results of a tantalum acetabular monoblock with a mean follow up of 12 years.
Material methodA prospective follow up was performed on 23 hip replacements in 23 patients. The most frequent diagnosis was primary coxarthrosis (9 cases) and avascular necrosis (7 cases). The clinical results were assessed using the Merle D¿Aubigne-Postel scale. The orientation of the components, the integration of the acetabula, and the presence of post-operative hiatus, or the appearance of radiolucent lines were evaluated. The polyethylene wear was measured using the Kim method.
ResultsThe mean follow-up of the series was 12 years. All the implants were osseointegrated at the end of follow-up. The mean values of, pain, ability in walking, and mobility on the Merle D¿Aubigne-Postel scale were 5.4, 5.2 and 4.4, respectively, at the end of follow-up. A postoperative hiatus had not been filled in one acetabulum, and 4 implants had non-progressive radiolucent lines in the area of the DeLee zone 1.
ConclusionsTantalum acetabular monoblocks have an excellent survival with follow-ups longer than ten years in primary hip surgery.
En el momento actual, la fijación no cementada del componente acetabular es la más utilizada en la artroplastia primaria de cadera. La supervivencia de estos implantes depende de una serie de factores, incluyendo el material, el diseño, el proceso de fabricación y método de esterilización, las propiedades osteoinductivas y osteconductivas del implante y de la estabilidad de la fijación inicial del cotilo1–4. Una buena estabilidad primaria favorecerá la osteointegración del cotilo5.
Se han desarrollado nuevos materiales y diseños para tratar de mejorar la supervivencia de los implantes. En 1997 comenzó a emplearse el tantalio en cirugía primaria de cadera. Este material presenta unas características que lo hacen atractivo para el desarrollo de implantes para la cirugía ortopédica. Presenta un elevado coeficiente de fricción con el hueso, lo que ofrece una fijación primaria excelente. En segundo lugar, se trata de un material con una porosidad cercana a un 80% y un tamaño de poro de 550μm, lo que favorece la osteointegración6–9. En tercer lugar, su módulo de elasticidad de 3 GPa es similar al del hueso subcondral (2 GPa), lo que además de facilitar el crecimiento óseo sobre el implante hace que la distribución de cargas sea más fisiológica disminuyendo la resorción ósea8–10.
Los componentes monobloque se asocian con una menor tasa de desgaste entre el polietileno y el implante. Las partículas de desgaste no tienen acceso al fondo del implante al no haber agujeros para la inserción de tornillos. Al no precisar sistema de fijación del inserto, el componente acetabular puede ser más fino y permite implantar polietilenos más gruesos10–12. La hipótesis de este trabajo sería comprobar si la mayor capacidad de integración del tantalio mejoraría la tasa de supervivencia de estos cotilos no cementados.
Material y métodoEntre marzo de 1998 y marzo de 1999 uno de los autores (EGG) implantó 23 componentes acetabulares monobloque Hedrocel (Implex Corp., Allendale, NJ) en nuestro centro dentro de un estudio prospectivo. Se trataba de un cotilo elíptico de tantalio, cuyo diámetro ecuatorial era 2mm mayor que el diámetro polar. El inserto de polietileno convencional, estaba moldeado a compresión sobre la copa de tantalio, penetrando una profundidad entre 1 y 2mm dejando 2-3mm de tantalio para la osteointegración del implante13. Los cotilos habían sido esterilizados en nitrógeno mediante 30 kGy de radiación de cobalto gamma (tabla 1).
Resumen de valores más significativos de la serie estudiada. Con diferencias entre tamaño fresado y diámetro del implante utilizado, y asociación de hiatos postoperatorios y líneas radiolúcidas
Caso | Edad | Lado | Vástago | Fresado | Cotilo | Injerto | Diagnóstico | Abd-0 | Alt-0 | Med-0 | Hiato | Abd-fin | Alt-f | Med-f | Líneas | Osteólisis | |
1 | 54 | I | Meridian | 52 | 52 | Sí | Necrosis avascular | 60 | 15 | 34 | 60 | 18 | 38 | 0 | 0 | ||
2 | 52 | D | Elite | 50 | 50 | Sí | Artritis reumatoide | 46 | 32 | 26 | 46 | 31 | 28 | 0 | 0 | ||
3 | 49 | D | Elite | 60 | 60 | Sí | Artritis reumatoide | 40 | 26 | 35 | 40 | 24 | 34 | 0 | 0 | Luxación | |
4 | 75 | D | Meridian | 52 | 52 | 0 | Coxartrosis | 50 | 32 | 28 | 50 | 32 | 28 | 0 | 0 | ||
5 | 80 | I | Elite | 52 | 52 | 0 | Coxartrosis | 50 | 25 | 35 | 48 | 24 | 32 | Zonas 1,2 | 0 | ||
6 | 67 | D | Meridian | 49 | 50 | Sí | Coxartrosis | Perdido | |||||||||
7 | 75 | D | Elite | 49 | 50 | 0 | Coxartrosis | 40 | 25 | 26 | 39 | 26 | 30 | 0 | 0 | ||
8 | 31 | D | Meridian | 48 | 48 | Sí | Necrosis avascular | 54 | 25 | 25 | 54 | 25 | 25 | 0 | 0 | ||
9 | 31 | I | Meridian | 48 | 48 | Sí | Necrosis avascular | 54 | 32 | 32 | 54 | 32 | 32 | 0 | 0 | ||
10 | 53 | D | Meridian | 54 | 54 | 0 | Necrosis avascular | 45 | 31 | 35 | 44 | 27 | 37 | 0 | 0 | ||
11 | 66 | I | Meridian | 49 | 50 | 0 | Coxartrosis | 52 | 28 | 28 | Zona 2 | 50 | 27 | 31 | 0 | 0 | |
12 | 70 | D | Meridian | 49 | 50 | 0 | Necrosis avascular | Éxitus | |||||||||
13 | 64 | I | Meridian | 56 | 56 | 0 | Coxartrosis | 41 | 26 | 37 | Zona 2 | 42 | 30 | 38 | Mantiene hiato | 0 | |
14 | 47 | D | Meridian | 50 | 50 | 0 | Coxartrosis postraumática | 41 | 25 | 38 | 44 | 25 | 35 | 0 | 0 | ||
15 | 55 | I | Meridian | 49 | 50 | Sí | Necrosis avascular | 55 | 25 | 30 | Zona 2 | 56 | 25 | 30 | Zona 1 | 0 | |
16 | 74 | I | Meridian | 52 | 52 | 0 | Coxartrosis | 46 | 22 | 34 | 48 | 24 | 36 | 0 | 0 | ||
17 | 66 | I | Meridian | 52 | 52 | 0 | Coxartrosis | 38 | 10 | 36 | 37 | 8 | 35 | 0 | 0 | ||
18 | 67 | D | Meridian | 50 | 52 | 0 | Fx subcapital | 48 | 22 | 26 | 47 | 28 | 28 | 0 | 0 | Fractura | |
19 | 68 | I | Meridian | 58 | 60 | 0 | Necrosis avascular | 45 | 25 | 28 | 45 | 28 | 32 | 0 | 0 | ||
20 | 61 | D | Meridian | 52 | 52 | 0 | Fx subcapital | 42 | 16 | 30 | 40 | 16 | 33 | 0 | 0 | ||
21 | 68 | I | Elite | 51 | 52 | Sí | Coxartrosis | 46 | 20 | 29 | 45 | 18 | 25 | Zona 1 | 0 | ||
22 | 73 | I | Elite | 56 | 56 | 0 | Espondilitis anquilosante | 50 | 12 | 40 | 55 | 10 | 42 | Zona 1 | 0 | ||
23 | 32 | I | Meridian | 50 | 50 | 0 | Displasia bilateral | 50 | 22 | 30 | 48 | 21 | 37 | 0 | 0 |
La serie incluía 23 pacientes (10 hombres y 13 mujeres). Se trataba de 12 caderas izquierdas y 11 derechas. La edad media en el momento de la cirugía era de 63 años (rango: 50-70 años) para hombres y de 57 (rango: 31-80) para las mujeres. Cuatro pacientes eran menores de 40 años, 19 se encontraban entre 50-70 años de edad y 4 pacientes eran mayores de 70 años de edad. Los diagnósticos incluían 9 artrosis primarias, 7 necrosis avasculares, dos pseudoartrosis tras fracturas subcapitales sintetizadas con tornillos canulados, una artrosis postraumática, una espondilitis anquilosante, y una displasia de cadera.
Todas las cirugías fueron realizadas en decúbito lateral a través de un abordaje lateral directo (según Hardinge)14. El acetábulo fue preparado utilizando fresas hemisféricas. El componente implantado era mayor en 1mm al diámetro de la última fresa en 6 casos, y mayor en 2mm en dos casos. En los 15 casos restantes se fresó el mismo número que el del implante, ya que éste ya tenía un diámetro periférico sobredimensionado. Este diseño no permitía realizar fijación suplementaria con tornillos al ser un implante monobloque. En 8 casos se añadió autoinjerto triturado (procedente de los últimos fresados) al fondo del cotilo.
En el lado femoral la decisión para la elección del tipo de implante dependía de la edad del paciente, de la reserva ósea femoral y de la morfología del fémur proximal. En 17 casos se utilizó un vástago no cementado Meridian (Howmedica, Rutherford, NJ, EE.UU.). En los 6 casos restantes se utilizó un vástago Charnley Elite cementado (Depuy, Warsaw, IN, EE.UU.). Se utilizó una cabeza de cromo-cobalto de 28mm de diámetro en todos los casos.
Todos los pacientes recibieron profilaxis antibiótica intravenosa con 1 g de cefazolina cada 8 horas durante 48 horas y profilaxis antitrombótica con enoxaparina 40mg subcutánea diaria durante 4 semanas. Los drenajes fueron retirados a las 48 horas. A las 48 horas se comenzó la rehabilitación de la marcha con dos bastones y carga parcial. La carga comenzó a realizarse de forma completa a las seis semanas.
Todos los pacientes fueron valorados prospectivamente con evaluaciones clínico-radiológicas postoperatorias a los 3, 6, 12 meses y, después anualmente. La evaluación clínica incluyó la valoración del dolor, función y grado de movilidad articular según la escala de Merle D¿Aubigne-Postel que varía desde el grado 1 (dolor incapacitante y continuo en cualquier posición, el paciente no puede caminar y la movilidad total es menor de 30°) hasta el grado 6 (el paciente no presenta dolor, camina normalmente y su grado de movilidad articular es mayor de 211°). Los grados 5 y 6 se consideraban como buen resultado clínico y los grados 4 y menores se consideraron como un resultado pobre15.
La valoración radiológica incluyó una radiografía anteroposterior de pelvis y una proyección lateral de Lauenstein. Todas las radiografías fueron analizadas por un observador independiente (RFF), que no había estado involucrado en ninguna de las cirugías y no conocía el resultado clínico de los pacientes. Se midió el ángulo de abducción de los cotilos tomando como referencia la línea entre la base de ambas lágrimas de Köhler. También se midió la distancia vertical desde el centro de rotación de la cadera hasta esa línea para valorar posibles migraciones verticales de los cotilos y la distancia horizontal entre el centro de rotación de la cadera y la línea de Köhler para valorar la migración medial.
Se identificaron en las tres zonas descritas por DeLee y Charnley los hiatos postoperatorios, las líneas radiolucentes y las osteólisis16. Las regiones en las que la superficie del implante no estaba en contacto con hueso nativo en la radiografía postoperatoria inmediata se clasificaron como hiato postoperatorio17. Las regiones donde aparecían líneas donde previamente no había hiatos postoperatorios, se definieron como radiolucencias. Estas líneas fueron controladas anualmente para valorar si progresaban o no.
Un componente acetabular se consideró que estaba radiográficamente aflojado cuando se observó una migración lineal mayor de 3mm, un cambio en el ángulo de abducción mayor de 5° o una línea radiolucente completa mayor o igual a 2mm de espesor18. El desgaste del polietileno fue medido utilizando el método descrito por Kim et al, considerando la posición cero como la medición realizada a partir de la radiografía del tercer mes postoperatorio19. Se utilizó el diámetro conocido de la cabeza femoral (28mm) para estandarizar las mediciones. Los análisis estadísticos fueron realizados mediante el SPSS 11.0 para Windows, y el nivel de significación estadística se consideran con una p<0,05.
ResultadosEl seguimiento medio de la serie fue de 12 años (rango: 2 a 13). Un paciente falleció al año y medio de la cirugía por motivos no relacionados con la misma. Otro paciente fue perdido durante el seguimiento a los tres años de la cirugía. Ambos implantes se encontraban bien clínica y radiográficamente en la última revisión. Estos implantes fueron excluidos del estudio. La supervivencia de este cotilo para aflojamiento aséptico fue de un 100% a 12 años.
Las 23 caderas de esta serie tuvieron un valor medio preoperatorio para el dolor en la escala de Merle D¿Aubigne-Postel de 3; éste valor mejoró a 5,4 al final del primer año y se mantuvo hasta el final del seguimiento. La capacidad de deambulación preoperatoria fue del 2,7 y mejoró a 5,3 al año de la intervención y fue de 5,2 al final del seguimiento. El grado de movilidad articular previo a la intervención fue de 3,0 (61-100°) y mejoró hasta el rango entre 4,0 y 5,0 (101-160° y 161-210°) postoperatoriamente, siendo en la última revisión del 4,4. Todos los pacientes presentaban un buen resultado clínico. Ningún paciente refirió dolor en la región glútea o en la ingle cuando se les preguntaba de forma específica al final del seguimiento.
El valor medio del ángulo de abducción de los componentes acetabulares fue de 47,29° (rango: 38-60°). La altura media del centro de rotación de la cadera fue de 23,62mm (rango: 10-32). La distancia horizontal media fue de 31,52mm (rango: 25-40).
En la radiografía postoperatoria inicial se identificaron hiatos postoperatorios en tres casos, (dos con una diferencia entre el tamaño fresado y el diámetro del implante de 2mm y un tercero con 3mm de diferencia). En dos casos éstos hiatos se rellenaron, y solamente en uno persistía el hiato en zona 2 a los 12 años de seguimiento. En 4 componentes han aparecido líneas radiolúcidas menores de 2mm y no progresivas en la zona 1 de DeLee y Charnley (fig. 1). No se han encontrado osteólisis en ninguno de los componentes acetabulares. Todos los componentes se consideran osteointegrados en el momento actual. El desgaste lineal medio fue de 0,158mm/año. Actualmente el desgaste medio es de 1,9mm (rango: 0,6 a 3,1). No se han encontrado asociaciones estadísticamente significativas entre la edad del paciente o el ángulo de abducción del componente acetabular y la tasa de desgaste del polietileno (p=0,99; p=0,68, respectivamente).
Como complicaciones hemos tenido una fractura femoral incompleta intraoperatoria al introducir un vástago no cementado, tratada intraoperatoriamente mediante dos cerclajes. Esto no afectó a la integración posterior del vástago. Hemos tenido un episodio de luxación posterior traumática de cadera a los 4 años de evolución, tratado con éxito de forma conservadora. Otro paciente presentó una trombosis venosa profunda en el postoperatorio inmediato.
DiscusiónLos cotilos de tantalio presentan una excelente supervivencia con 10 años de seguimiento20. Estudios de componentes clásicos no cementados muestran una osteointegración en torno a un 30%21. El tantalio presenta una porosidad de cercana al 80% lo que favorece una mayor integración. La integración es buena incluso en casos en los que el hueso sobre el que se implanta está comprometido como en la displasia alta. Macheras presenta una osteointegración del 100% en 27 caderas con displasia alta22. La transferencia de cargas de los cotilos de tantalio es más parecida a la de los cotilos cementados de polietileno. La carga se transmite de una forma fisiológica a la zona superomedial del acetábulo ya que el módulo de elasticidad del tantalio es más parecido al del hueso huésped. Esto se refleja en unos buenos resultados clínicos, ya que ningún paciente refería dolor inguinal.
Los cotilos monobloque presentan unas ciertas dificultades técnicas adicionales. No permiten la fijación adicional con tornillos cuando la fijación inicial no es satisfactoria. La visualización del cotilo del paciente a través del implante metálico viene dificultada por el hecho de que el polietileno ya se encuentre presente. Por otro lado, este diseño tiene un alto coeficiente de fricción y se adhiere a las partes blandas si no hemos sido cuidadosos al separarlas. Además, si no centramos bien el implante en el anillo acetabular, al impactarlo, el cotilo se puede desplazar a craneal al chocar con el borde del acetábulo12. En esta serie, la orientación de los componentes ha sido satisfactoria. Estudios con sistemas digitales de valoración radiográfica como el EBRA (Ein-Bild-Rontgen-Analyse method) muestran como los cotilos de tantalio no presentan una migración significativa10,20,23. Nosotros tampoco hemos podido detectar migraciones significativas.
Por otro lado, el diseño elíptico y el mayor diámetro periférico hace que al adherirse al hueso periférico con fuerza le impida asentarse en el fondo del cotilo, esto condiciona que en las radiografías postoperatorias encontremos hiatos polares. La capacidad osteoconductiva del tantalio hace que los hiatos entre implante y hueso sean rellenados por crecimiento óseo del fondo del cotilo, haciendo que hiatos de hasta 5mm se rellenen en un período de 24 semanas. La incidencia llega hasta un 29% en algunas series, según los autores ganaban experiencia con el implante, los hiatos postoperatorios eran menos frecuentes20. El tamaño de los hiatos se relaciona generalmente con la diferencia entre el fresado y el tamaño del implante. McKenzie24 encontraba hiatos inferiores a 1mm cuando era un fresado igual, y 1,4 o 3,9 cuando la diferencia de fresado era de 2 o 4mm respectivamente. Gruen25 encuentra más hiatos con los diseños de tantalio que en los de titanio, pero éstos se rellenan completamente; en una serie de 574 cotilos de tantalio encuentra hiatos en 80 caderas (19%), pero el 84% de éstos se rellenaban. En nuestra serie encontramos hiatos postoperatorios en tres implantes, dos de ellos se rellenaron. El empleo de injerto en el fondo del acetábulo en 8 casos y el hecho de que los implantes no se hubieran sobredimensionado mucho pueden haber influido en que la tasa haya sido más baja que en las series de estos otros autores que no empleaban injerto10.
La incidencia de líneas radiolúcidas con implantes de tantalio es muy baja. Algunas series no presentan ninguna línea radiolúcidas10,20. En la serie de Gruen la incidencia es de un 9%, 30 de 334 caderas, todas de menos de 1mm, no progresivas y en una sola zona25. Hemos encontrado líneas radiolúcidas en cuatro implantes, no siendo en ningún caso progresivas. La incidencia de líneas radiolúcidas en implantes de tantalio es inferior a la de los implantes de titanio. En éstos hay una mayor frecuencia de cotilos con fijación fibrosa estable25. Nuestra serie muestra cómo la integración de los cotilos de tantalio es buena y se mantiene con seguimientos a largo plazo.
El diseño monobloque evita el desgaste entre el inserto de polietileno y la copa, esto reduce el número de partículas de desgaste generadas. Además al ser buena la integración periférica y al no tener agujeros para tornillos, las partículas no tienen acceso a la interfaz hueso-implante, no apareciendo cavidades osteolíticas. En distintas series revisadas empleando este diseño, no hemos encontrado referencias a osteólisis periimplante10,20,25. En nuestra serie ningún implante presentaba áreas de osteólisis.
Aunque en series como la de Macheras20, con 8-10 años de seguimiento refieren que no encuentran desgastes del polietileno, nosotros sí lo hemos encontrado. La tasa de desgaste en nuestra serie ha sido de 0,158mm/año, es una tasa semejante a la de otros diseños contemporáneos, pero también con polietileno clásico sin alta densidad de enlaces cruzados26. No sabemos si el desgaste del polietileno puede comprometer la supervivencia de estos implantes a más largo plazo.
La limitación de esta serie es el reducido número de pacientes, aunque al ser una serie prospectiva ha mejorado la calidad del seguimiento. Por otro lado, el grupo de pacientes presenta edades y diagnósticos heterogéneos, componiendo una serie no uniforme y no se dispone de un grupo control. Por otro lado, los cotilos fueron empleados con dos diseños de vástagos diferentes, lo cual puede afectar a la evolución de los cotilos.
Podemos concluir, que la utilización de componentes acetabulares de metal trabecular en la cirugía primaria de reemplazo articular ofrece unos resultados clínicos y radiográficos excelentes. Es necesario seguimientos más largos para valorar si el desgaste del polietileno en implantes monobloques puede condicionar la supervivencia de los cotilos a pesar de que estén bien integrados. También es motivo de preocupación la posibilidad de tener que revisar cotilos integrados por el desgaste del polietileno sin la posibilidad de sólo cambiar el inserto.
Nivel de evidenciaNivel de evidencia II.
Protección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.