In Memoriam de Francisco Vaquero González
Cuando parecía que había superado el trance doloroso de la pérdida de su mujer, cuando empezaba a vivir de nuevo con intensidad los problemas de nuestra Sociedad, prestándose a asesorarnos y a colaborar en todo aquello que de él hubiéramos solicitado en base a su gran experiencia, cuando tenía grandes esperanzas y proyectos, cuando le veíamos inmensamente feliz con la labor de coordinación y dirección de la historia de la SECOT que estaba ya en marcha, cuando se mostraba extraordinariamente animado e ilusionado con la asistencia al próximo Congeso Hispano-Argentino, en donde tenía que pronunciar la conferencia de clausura, y cuando le habíamos visto pocos días antes no sólo presente, sino partícipe y activo en el Congreso de Valencia, en donde recibió un justísimo homenaje como uno de los directores de nuestra Revista, se nos ha ido Francisco Vaquero.
Con su muerte, podemos decir en principio que desaparece una persona que ha sido una auténtica institución, no sólo para la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, sino también para nuestra especialidad, por la que supo luchar sin tregua, colaborando con ello a su mejor conocimiento y al reconocimiento del que era merecedora.
Hacer la biografía del profesor Vaquero ocuparía mucho espacio, pues sus méritos son prolijos en cantidad y calidad y aquí sólo referiremos algunos de ellos.
Francisco Vaquero se licenció en la Facultad de Medicina de Madrid en 1948 con un magnífico expediente. Hace el doctorado en la Universidad de Bologna (Italia) y allí, tutelado por Delitalia, defiende su tesis doctoral sobre «Le fratture sovracondiloidee recenti del gomito nel bambino», la cual es calificada con la máxima nota. Continúa su carrera universitaria en Italia (cuando este país era todavía un importante foco de saberes ortopédicos), en donde se le habilita para la libero docenza en Clínica Ortopédica con destino a la Universidad de Bologna y la posibilidad de usar el título de profesor. A partir de entonces las relaciones con Italia se hacen más intensas, llegando a ser nombrado Cavallere de la Ordine al Mérito della Republica en 1964 y Commendatore de la misma Orden en 1976. Tales llegaron a ser estas relaciones que incluso se entroncó familiarmente con ese hermoso país. En este sentido fuimos testigos de la consideración que de él se tenía en Italia, cuando en el acto inaugural del último Congreso de la SIOT, celebrado recientemente en Roma, el profesor Gianni Randelli, presidente de la Sociedad, hizo un emocionado y entrañable recuerdo de Francisco Vaquero, destacando de él su personalidad científica y sus relaciones estrechas con la Ortopedia italiana.
En España hilvana un brillante currículum y tras diferentes oposiciones y destinos logra alcanzar dos metas que él deseaba y sin duda merecía con creces: ser primero profesor-jefe del Servicio de Traumatología, Ortopedia y Rehabilitación en el Hospital Provincial (actualmente Hospital Gregorio Marañón) y después profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Con la primera realiza el sueño de suceder en ese puesto a su querido maestro Vicente Sanchís Olmos y con la segunda la ilusión que siempre tuvo de poder ser profesor numerario de la universidad española.
Desde 1964 y hasta la institución del sistema MIR organiza y dirige con gran eficacia los cursos de especialización en el Hospital Provincial, cursos que alcanzan un reconocido prestigio dentro del mundo de nuestra especialidad no solamente en España, sino también en Iberoamérica, desde donde llegan también jóvenes médicos para formarse en ellos y que ahora son magníficos cirujanos ortopédicos en sus países.
A todos estos méritos, que estoy seguro que el profesor Vaquera era sin duda los que más valoraba, hay que añadir otros muchos que para nosotros no son menos importantes y entre los que destacan los siguientes: presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología de 1974 a 1976, presidente de la Sociedad Española de la Rodilla en 1981 y director de la Revista de Ortopedia y Traumatología durante 16 largos y fructíferos años (1970-1986), durante los cuales fue alma y vida de la misma desarrollando un trabajo encomiable. También era miembro del Editorial Board del International Orthopedics, miembro correspondiente para España de la Revue de Chirurgie Orthopedique y editor-corresponsal del Journal of the Western Pacific Orthopaedic Association. Fue además miembro de honor de varias sociedades extranjeras: Italiana, Francesa, Portuguesa, Argentina y Chilena, y en nuestro país de la Andaluza y de la Sociedad Matritense (SOMACOT). En el próximo Congreso de la SECOT (Madrid 2000) iba a ser el Presidente de Honor, y así figurará a título póstumo. Poseía la Gran Cruz al Mérito Civil concedida en 1974. Cabe destacar también su paso por la Comisión Nacional de la Especialidad, de la que fue presidente. Actualmente era miembro del Senado de la SECOT, en donde venía mostrando una gran actividad, prestándose a colaborar en todos los trabajos que se le solicitaban.
Difícilmente vamos a acostumbrarnos a no ver a Paco Vaquero en nuestros congresos y reuniones; en los cursos en donde era constantemente invitado; en las convocatorias al Senado, y en todos aquellos actos en los que la Cirugía Ortopédica sea el reclamo. Ahora reposa muy cerca de su maestro, a quien siempre quiso entrañablemente y supo mostrarle el difícil don de la lealtad. No obstante, su espíritu seguirá acompañándonos y siempre nos servirá de ejemplo su personalidad científica, su trabajo y su entrega docente, así como su ilimitado amor a nuestra especialidad.
Quiero por último desde aquí y en nombre de todos los socios dar el más sentido pésame a sus hijos, y de manera especial a Javier, a quien animo para que siga la obra de su padre, empresa que no dudo quiere, debe y además puede emprender.
Luis Ferrández Portal
Presidente de la SECOT
