REVISTA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA
Volumen 42, pp 287-294
© 1996 EDITORIAL GARSI
Osteocondritis disecante de la rodilla: Cambios artrósicos a largo plazo y factores pronósticos
J. A. HERNÁNDEZ HERMOSO, A. PÉREZ FERNÁNDEZ, F. JIMENO URBAN, J. CABOT DALMAU y J. GARCÍA GARCÍA
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. (Dr. A. Fernández Sabaté.) Unidad de Rodilla. Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge. L''Hospitalet d''Llobregat. Barcelona.
RESUMEN: El objetivo del estudio es analizar el efecto del pinzamiento articular en los resultados clínicos obtenidos a largo plazo tras diferentes métodos de tratamiento quirúrgico de la osteocondritis disecante de rodilla; asimismo se valora qué influencia tiene en su aparición factores como la edad del paciente, localización, estabilidad, extensión, tratamiento y tiempo de evolución de la lesión. Se realizó una revisión retrospectiva de 30 pacientes (22 hombres y ocho mujeres), cinco pacientes con afectación bilateral. La edad media fue de 26 años. El tratamiento quirúrgico fue: reinserción del fragmento osteocondral en su lecho en 11 rodillas (siete con agujas de Smillie y cuatro con tornillos), exéresis del fragmento osteocondral en 24 (aislada en nueve, asociada a perforaciones del lecho en nueve e injerto osteocartilaginoso autólogo obtenido de la cara externa de la tróclea femoral en seis). Se realizó una valoración clínica y radiográfica postoperatoria. El tiempo de evolución medio fue de 14 años. Los resultados clínicos obtenidos con las diferentes técnicas de tratamiento fueron similares, a excepción de los obtenidos con el injerto osteocartilaginoso autólogo, que fueron peores. Referían ausencia o dolor leve un 66 a 77% de los pacientes y sólo un 50% de los tratados con injerto osteocartilaginoso autólogo. El dolor y el balance articular se relacionaron con el pinzamiento articular; así, cuanto menor es la distancia entre las superficies articulares mayor es el dolor y peor el balance articular (p < 0,05). Aquellos pacientes que tenían mayor edad en el momento del tratamiento presentaron un mayor pinzamiento articular (p < 0,05). Aquellos pacientes que tenían mayor edad en el momento del tratamiento presentaron un mayor pinzamiento articular (p < 0,05), localización de la lesión en zonas de carga (inferocentral medial y lateral), tiempo de evolución superior a 16 años y los tratados mediante injerto osteocartilaginoso autólogo. No existieron diferencias estadísticamente significativas en el pinzamiento articular según la extensión y estabilidad del fragmento osteocondral.
PALABRAS CLAVE: Rodilla. Osteocondritis disecante. Artrosis.
OSTEOCHONDRITIS DISSECANS OF THE KNEE: LONG-TERM ARTHROTIC CHANGES AND PROGNOSTIC FACTORS
ABSTRACT: A study was made of the effect of articular narrowing on the long-term clinical results of different methods of surgical treatment for osteochondritis dissecans of the knee. The influence on the technique of factors such as patient age, location, stability, extension, treatment, and time of evolution of the lesion was assessed. A retrospective review was made of 30 patients (22 men and 8 women, mean age 26 years), 5 with bilateral involvement. Surgical treatment was reinsertion of the osteochondral fragment in its bed in 11 knees (7 with Smillie pins and 4 with screws), exeresis of the osteochondral fragment in 24 (alone in 9, associated with bed perforation in 9, and with osteocartilaginous autograft from the outer face of the femoral trochlea in 6). A postoperative clinical and radiographic evaluation was made. Mean follow-up was 14 years. The clinical results obtained with different techniques were similar, although the osteocartilaginous autograft yielded less satisfactory results. Pain was absent or mild in 66-77% of the overall group of patients, but in only 50% of patients treated with osteocartilaginous autograft. Pain and articular balance were related with articular narrowing, so pain was more intense and articular balance was worse with narrower articular spaces (p < 0.05). Articular narrowing was more frequent in patients who were older at the time of treatment (p < 0.05), in lesions located in weight-bearing areas (lower middle center and lateral), with evolution over 16 years, and in cases treated by ostocartilaginous autograft. No statistically significant differences were found in articular narrowing in relation to extension and the stability of the osteochondral fragment.
KEY WORDS: Knee. Osteochondritis dissecans. Arthrosis.
A pesar del tiempo transcurrido desde que König (1887) acuñara el término de osteocondritis disecante de rodilla (ODR) para designar el proceso por el cual se produce la separación progresiva de un fragmento de cartílago articular y hueso subcondral de su lecho, aún no se conoce su causa.6,12 Incluso se duda de que en todas sus diferentes formas de presentación se trate siempre del mismo proceso.21
Se han utilizado múltiples tratamientos: restricción de la actividad,1,11,15,17 inmovilización,22 perforaciones,2,3 reposición del fragmento osteocondral,1,5,6,11,36 exéresis aislada22 o asociada a perforación5,11,35,36 o abrasión18 del lecho subcondral, auto28,31,38 o aloinjertos9,14,24 osteocondrales, fibras de carbono,27 injerto de periostio30 y recientemente el injerto de condrocitos,4 aunque sus resultados no son siempre satisfactorios y en la mayor parte de las series publicadas el número de casos es pequeño y el tiempo de seguimiento corto. Por esta razón se desconoce si el resultado obtenido se mantendrá.
Parece aceptado que la evolución natural8,23 de la lesión tras el tratamiento quirúrgico22,35 conduce a la aparición de cambios artrósicos articulares a largo plazo. La evolución hacia la artrosis probablemente sea debida a un proceso multifactorial, y aunque algunos de estos factores asociados son conocidos todavía no está bien establecida su verdadera importancia. Así, se cree que las lesiones de mayor tamaño, las que presentan el fragmento osteocondral fuera de su lecho y las que se localizan en el cóndilo femoral lateral, suelen provocar cambios degenerativos rápidamente progresivos.1,35 Por otro lado, las lesiones que aparecen antes de la madurez esquelética pueden presentar curación espontánea y no suelen acompañarse de cambios degenerativos a largo plazo,17,22 aunque otros autores no corroboran esta observación.35
En este estudio se pretende estudiar el efecto que tiene el pinzamiento articular en el resultado clínico obtenido a largo plazo con diferentes métodos de tratamiento y a su vez valorar qué factores pueden influir en la aparición de este cambio degenerativo.
Material y Método
De un total de 50 pacientes con ODR intervenidos quirúrgicamente entre 1970 y 1990 se ha realizado un estudio retrospectivo en 30 de ellos con 35 rodillas intervenidas; de éstos, 18 pacientes no acudieron al control y dos habían fallecido. La edad media fue de 26 años (mínimo: 13 y máximo: 50 años). Se trataba de 22 hombres y ocho mujeres con afectación de la rodilla derecha en 18 casos y de la izquierda en 17. La localización de la lesión fue la zona clásica en 11 rodillas, clásica extendida en seis, infero-central medial en nueve, inferocentral lateral en cinco y anterior en cuatro. En 13 rodillas la lesión osteocondral era estable; en 14, a pesar de permanecer en su lecho, la lesión era inestable, y en ocho se había desprendido originando un cuerpo libre.
En las Rx AP y lateral preoperatorias se calculó el porcentaje de extensión de la lesión respecto al cóndilo femoral como la razón entre el área de la lesión y el área del cóndilo en donde se localizaba. En 15 rodillas el porcentaje de extensión era del 5 al 10%, en 18 del 11 al 20%, en uno del 21 al 30% y en uno superior al 31%. Se indicó tratamiento quirúrgico en los casos sintomáticos. El tratamiento consistió en curetaje del lecho, reinserción y fijación del fragmento osteocondral, estable o inestable, mediante agujas de Smillie o tornillos, cuando éste era un fragmento único y presentaba una base ósea subcondral de 2 mm de espesor o más. En caso contrario se realizó su exéresis asociada o no a perforaciones o injerto cartilaginoso autólogo según criterio y predilección del cirujano. Así se realizó reinserción del fragmento osteocondral en su lecho y fijación mediante agujas de Smillie en siete rodillas, mediante tornillos en cuatro, exéresis del fragmento osteocondral sin otro gesto asociado en nueve, asociado a perforaciones del lecho subcondral en nueve e injerto osteocartilaginoso autólogo en seis. Este injerto se obtuvo de la tróclea femoral lateral en la zona que no está en contacto con la rótula ni con el menisco al realizar extensión de la rodilla y se encastró en el lecho de la lesión a presión. En los casos en que fue necesario se suplementó la fijación del autoinjerto con uno o dos tornillos. El tiempo de evolución medio fue de 14 años (mínimo: 6 y máximo: 26 años).
Todos los pacientes fueron valorados clínica y radiográficamente en el momento de la revisión. Para la valoración clínica se utilizó el protocolo de Hughston y cols. (1984),17 el cual se modificó para poder estudiar por separado cada uno de los parámetros evaluados (dolor, atrofia, balance articular y artrosis). Asimismo, para permitir una más fácil clasificación del resultado de los pacientes, las cinco categorías de resultado clínico existentes (excelente, bueno, regular, pobre, malo) se redujeron a tres (excelente-bueno, pobre, regular-malo), lo que eliminó diferencias sutiles entre una y otra categoría (Tabla 1). Se realizaron Rx PA en carga a 45° de flexión33 para valorar los espacios femorotibial externo e interno. Se determinó el espacio femorotibial externo e interno como la distancia en mm entre dos líneas paralelas trazadas una a nivel del punto más distal de la superficie articular femoral y la otra a nivel del más proximal de la superficie articular tibial.
Tabla 1. Valoración clínica y radiográfica basada en el protocolo de Hugston y cols.16 (1984). | |||
Excelente-bueno | Regular | Pobre-malo | |
Dolor | Ausente o leve | Leve con derrame tras actividad intensa | Tras actividad ligera o siempre |
Balance articular | Normal | Pérdida menor 10° | Pérdida mayor 11° |
Atrofia muscular | No | Menor 1,5 cm | Mayor 1,5 cm |
Rx | Normal | Aplanamiento no pinzamiento | Pinzamiento |
Se analizó el efecto de la disminución del espacio articular en el resultado clínico obtenido. Asimismo se analizaron la influencia de una serie de factores: edad, localización, extensión, tipo de lesión (estable, inestable, cuerpo libre), tratamiento realizado y tiempo de evolución del pinzamiento articular. En todos los casos la rodilla contralateral sana se utilizó como control. El análisis de los datos se realizó mediante el paquete estadístico SPSS. Se utilizó la prueba «t» de Student y la del análisis de varianza por el método Tukey para el contraste de hipótesis entre variables cuantitativas y entre variables cuantitativas y cualitativas, respectivamente. El nivel de riesgo aceptado para todos los contrastes de hipótesis fue del 0,05 y los contrastes se plantearon a nivel bilateral.
Resultados
Después de un tiempo de evolución medio de 14 años los diferentes métodos utilizados para el tratamiento de la ODR obtuvieron un porcentaje similar (66 al 77%) de pacientes sin dolor o con dolor leve tras actividad importante, con la excepción de los pacientes tratados mediante injerto osteocartilaginoso autólogo en los que el dolor no estaba presente o era leve en el 50% de casos y estaba presente siempre o al realizar actividades ligeras en un 33% de casos (Tabla 2). Independientemente del tipo de tratamiento, un porcentaje elevado de pacientes presentaba atrofia (49%) y artrosis (60%). El balance articular se conservaba normal en el 71% de los casos, existía una pérdida de menos de 10° en el 11% y de más de 11° en el 17% (Tabla 3).
Tabla 2. Resultados clínicos según el tipo de tratamiento. | |||||
Reinserción agujas | Reinserción tornillos | Exéresis | Perfora- ciones | Injerto autólogo | |
Dolor | 71 | 75 | 78 | 67 | 50 |
29 | -- | 11 | 33 | 17 | |
-- | 25 | 11 | -- | 33 | |
Balance articular | 86 | 50 | 78 | 78 | 50 |
14 | -- | 11 | 22 | -- | |
-- | 50 | 11 | -- | 50 | |
Atrofia | 57 | 75 | 45 | 45 | 50 |
29 | -- | 33 | 33 | 17 | |
14 | 25 | 22 | 22 | 33 | |
Artrosis | 72 | 50 | 33 | 45 | -- |
14 | 25 | 22 | 22 | 33 | |
14 | 25 | 45 | 33 | 67 | |
Dentro de cada celda, de arriba a abajo, se encuentran los porcentajes de resultado excelente-bueno, regular y malo. |
Tabla 3. Resultados clínicos globales (%) independiente del tipo de tratamiento. | |||
Excelente-bueno | Regular | Pobre-malo | |
Dolor | 69 | 20 | 11 |
Balance articular | 71 | 11 | 17 |
Atrofia | 51 | 26 | 23 |
Artrosis | 40 | 23 | 37 |
Aquellos pacientes que presentaban en la rodilla operada una menor distancia entre sus superficies articulares femorotibial interna (FTi) o externa (FTe) fueron los que tenían más dolor (FTi = 1,50 ± 0,86 mm; FTe = 3,00 ± 1,22 mm) y una mayor limitación de su balance articular (FTi = 2,33 ± 0,91 mm; FTe = 3,16 ± 0,79 mm). En estos pacientes la disminución del espacio articular fue estadísticamente significativa respecto a los que presentaban dolor leve o nulo (FTi = 5,41 ± 0,29 mm; FTe = 6,66 ± 0,45 mm) y balance articular conservado (FTi = 5,20 ± 0,26 mm; FTe = 6,52 ± 0,44 mm) con un espacio articular más amplio (Fig. 1).
Figura 1. Relación entre el resultado clínico y el espacio articular femorotibial externo (F-T externo) e interno (F-T interno) (distancia expresada en mm ± error estándar). Grupos de resultado clínico: E-B: Excelente-bueno. R: Regular. P-M: Pobre-malo. Las barras horizontales indican aquellos grupos entre los cuales existía una diferencia estadísticamente significativa p < 0,05.
La distancia del espacio femorotibial interno fue menor de forma estadísticamente significativa en los pacientes en los que se realizó el tratamiento de su ODR después de cumplir los 25 años de edad (4 ± 2 mm) respecto a los que se realizó antes (5,52 ± 1,41 mm). Lo mismo ocurrió con los pacientes en los que el tiempo de evolución fue superior a 16 años (4,09 ± 0,70 mm) respecto a los que era inferior, entre 5-10 años (4,27 ± 0,44 mm) o entre 11-15 años (6,08 ± 0,31 mm) (Fig. 2).
Figura 2. Relación entre factores pronóstico y el espacio articular femorotibial medial (distancia expresada en mm ± error estándar). Edad (años). Localización: C: Clásica. CE: Clásica extendida. ICL: Inferocentral lateral. ICM: Inferocentral medial. AL: Anterolateral. AM: Anteromedial. Tiempo de evolución (años). Tratamiento: RA: Reinserción con agujas.
R-T: Reinserción con tornillos. E: Exéresis. P: Perforaciones. I-A: Injerto autólogo. Tipo de lesión: E: Estable. I: Inestable. CL: Cuerpo libre. Extensión (porcentaje). Las barras horizontales indican aquellos grupos entre los cuales existía una diferencia estadísticamente significativa p < 0,05. Los datos referentes al espacio articular femorotibial lateral no se muestran, ya que no existían diferencias significativas estadísticas.
Las rodillas en las que la ODR se localizó a nivel inferocentral medial o lateral presentaban el espacio articular femorotibial interno o externo, respectivamente, más pinzado que cuando la lesión se hallaba en otras localizaciones (Fig. 2). Este mayor pinzamiento articular del espacio femorotibial interno de la lesiones de localización inferocentral medial (3,11 ± 0,80 mm) fue estadísticamente significativo respecto a las de localización clásica (5,60 ± 0,52 mm).
El tratamiento mediante autoinjerto osteocartilaginoso de la lesión de ODR se asoció a un mayor pinzamiento de los espacios articulares femorotibial interno y externo que los otros tratamientos (Figs. 3 y 4). La diferencia entre las distancias de los espacios articulares fue estadísticamente significativa cuando se comparó el espacio femorotibial interno de los pacientes tratados mediante injerto osteocartilaginoso (3,16 ± 1,01 mm) con los tratados mediante reinserción del fragmento con agujas (6,42 ± 0,36 mm) (Fig. 2).
Figura 3. Osteocondritis disecante de rodilla izquierda localizada en la zona clásica extendida en la que se reinsertó el fragmento osteocondral, fijado mediante agujas de Smillie, cuando el paciente tenía 29 años. Después de 18 años de evolución se aprecia en la Rx AP y PA a 45° de flexión ambas en carga, la curación de la lesión y la ausencia de pinzamiento articular.
A
B
Figura 4. A: Osteocondritis disecante de rodilla izquierda localizada en la zona clásica extendida, que se trató con autoinjerto osteocondral, fijado mediante un tornillo, cuando el paciente tenía 24 años. Después de 19 años de evolución en las Rx AP y PA a 45° de flexión en carga se aprecia pinzamiento del espacio articular femorotibial medial y lateral asociado a esclerosis subcondral y osteofitos marginales. B: La rodilla contralateral, que también presentaba una lesión de osteocondritis disecante de la zona clásica extendida que se dejó sin tratamiento, conservándose mejor el espacio articular.
No se apreciaron diferencias al comparar el espacio articular de aquellas lesiones que ocupaban un mayor porcentaje de extensión del cóndilo femoral con las que ocupaba una menor extensión ni al comparar las lesiones que se mantenían estables en su lecho con las inestables o las que se encontraban libres en el interior de la articulación (Fig. 2).
Las comparaciones anteriores también se realizaron en la rodilla contralateral sana que se utilizó co mo control, no encontrándose en ninguna situación diferencias estadísticamente significativas entre los espacios articulares de los diferentes grupos de pacientes.
Discusión
El pinzamiento articular y otros cambios degenerativos son frecuentes, a largo plazo,22,35 en el 60% de las rodillas con ODR. No se observan en la rodilla contralateral sana y suelen presentarse con una localización diferente y de forma más precoz que los debidos a artrosis primaria.22 Aunque no existe unarelación franca entre el tipo de cambios degenerativos y la intensidad del dolor, es frecuente la utilización de escalas descriptivas para valorar el grado de artrosis;1,22,35 probablemente la medición del espacio articular es un mejor índice del grado de artrosis, ya que es más objetivo y existe una buena correlación entre su disminución y el resultado clínico (dolor y balance articular).
La causa del dolor se desconoce, aunque probablemente se debe a fracturas subcondrales21 o a un incremento de la presión en la línea de separación entre el fragmento y la epífisis.3 Por esta razón técnicas quirúrgicas diferentes que asocian un gesto de descompresión (abrasión, perforaciones) son capaces de aliviar el dolor. Tampoco se sabe cuál es la causa del dolor a largo plazo después de un período asintomático, aunque la relación existente entre intensidad del dolor y disminución del espacio articular pueda justificarlo. El pinzamiento articular también se asocia con limitación del balance articular, seguramente por el dolor y la limitación mecánica al deslizamiento que provoca.
La evolución de la lesión osteocondral es diferente según su localización,1,7,35 independientemente de su extensión y estabilidad.7 Aunque en otros trabajos1,7,35 se considera que las lesiones de mayor tamaño tienen peor pronóstico, en ellos no se ha estudiado el tamaño relativo de la lesión respecto al cóndilo femoral, por lo que es difícil comparar sus resultados con los del presente estudio. Las diferentes presiones que soportan las lesiones localizadas en la zona de carga (inferocentral, medial o lateral) respecto a las de no carga (clásica) podrían explicar por qué las primeras presentaron una disminución mayor del espacio articular; quizá por esta misma razón la curación espontánea de las lesiones situadas en la zona clásica es menos probable.7 Además de este factor mecánico pueden existir otro/s factor/es biológicos que ayuden al proceso degenerativo, lo que explicaría por qué cualquier úlcera condral, independientemente de su extensión y localización, puede provocar degeneración articular.23
Las lesiones tratadas antes de la madurez esquelética tienen una menor tendencia al pinzamiento articular,1,22 aunque algún autor35 no comparte esta observación. Esto podría deberse simplemente a que en el momento de la revisión estos pacientes todavía no han alcanzado la edad en que los cambios degenerativos son más frecuentes o a que la realización de un tratamiento efectivo evita la acción continuada del o de los factores que favorecen la progresión de la degeneración articular.
Aunque con diferentes tratamientos se pueden obtener resultados clínicos similares, a corto plazo1-5,11,27,31,36,38 la reposición y fijación del fragmento osteocondral en su lecho es el que mejor conserva el espacio articular.12,16 La fijación con tornillos en vez de con agujas reduce la posibilidad de migración que tiene este material de osteosíntesis36 y proporciona compresión del fragmento osteocondral, pero tiene el inconveniente de la necesidad de realizar su ablación. La extracción del tornillo no está exenta de complicaciones11 y puede tener un efecto perjudicial, ya que deja el área que ocupó su cabeza sin cartílago y añade un trauma quirúrgico a la articulación; esto explicaría la tendencia a un mayor pinzamiento articular en este grupo. La utilización de material de osteosíntesis biodegradable (agujas, tornillos) obvia este problema, pero su uso no se ha extendido, ya que se trata de un material frágil y de elevado coste que carece de suficiente capacidad de compresión.21
La exéresis del fragmento osteocondral, asociada o no a perforaciones del lecho subcondral, ofrece resultados clínicos comparables a la reinserción; por el contrario, presenta una mayor tendencia a la disminución del espacio articular, lo que sugiere que los resultados pueden empeorar con el tiempo. En defectos cartilaginosos no superiores a 4 cm2 se ha comprobado que tras la perforación del lecho subcondral se produce neocartílago con un contenido en colágeno Tipo I y proteoglicanos inferior al cartílago hialino normal.13,26,32,34 Este hecho altera sus propiedades mecánicas y favorece su transformación posterior en tejido fibroso,26 ello explicaría la progresión lenta de los cambios degenerativos.
A corto plazo se han informado resultados clínicos satisfactorios y una buena incorporación macroscópica de los autoinjertos osteocartilaginosos.27,30,36 No obstante, después de 14 años de seguimiento es-te tratamiento fue el que proporcionó los peores resultados clínicos y la mayor disminución del espacio articular. Esto último coincide con las observaciones experimentales que describen cambios artrósicos mínimos a los 318 y 12 meses24 del autoinjerto. Asimismo es a partir de los 16 años del tratamiento o incluso a partir de los 20 años22 cuando se manifiesta de forma significativa la disminución del espacio articular, por lo que estudios con un seguimiento inferior pueden tener un valor cuestionable.
Aunque probablemente los cambios artrósicos tras autoinjertos se acentúen con el tiempo independientemente de la zona dadora de injerto, existen factores relacionados con ella que los pueden favorecer. En primer lugar, la obtención del injerto altera desde el punto de vista mecánico y biológico la zona dadora; en este caso la articulación femoropatelar, fundamentalmente cuando se obtienen grandes injertos. En segundo lugar, el contorno, grosor y adaptabilidad del autoinjerto no es el mismo que el de la zona receptora. Los aloinjertos eliminarían algunos de estos problemas, aunque aportarían otros como son la reacción inmunológica, la posibilidad de transmisión de enfermedades, su menor resistencia mecánica y la viabilidad del cartílago trasplantado.9,10
Los injertos periósticos30 de células mesenquimales osteocondroprogenitoras37 y los alo o isoinjertos de condrocitos4,29 abren nuevas posibilidades terapéuticas que han demostrado resultados esperanzadores a corto plazo, aunque actualmente el número de casos es pequeño y el seguimiento corto. Se ha observado4,29,36 que se reproduce la estructura macro y microscópica del cartílago normal, pero no se sabe si se reproduce su estructura molecular ni su metabolismo. Esto, unido a que se trata de un cartílago menos rígido y con una mayor adaptabilidad,37 podría poner en entredicho su durabilidad.
Al igual que en otros estudios clínicos retrospectivos, en el presente trabajo existen varios factores que hacen que los resultados deban interpretarse con prudencia; la primera es que se carece de un grupo control en el que la lesión condral evolucione de forma espontánea; la segunda es la multitud de factores que pueden afectar el pronóstico de la lesión y, por tanto, sesgar los resultados obtenidos; por último, se trata de una serie corta debido a la infrecuencia propia de la lesión17 y a la pérdida de pacientes, que podría no ser representativa.
En conclusión, los cambios artrósicos son frecuentes a largo plazo tras el tratamiento quirúrgico de la ODR. A medida que aumenta el pinzamiento articular peor es el resultado clínico. El tratamiento en edad temprana de las lesiones sintomáticas es aconsejable. La reposición del fragmento osteocartilaginoso en su lecho es el tratamiento de elección, aunque la exéresis del fragmento osteocondral asociada o no a perforación del lecho subcondral proporciona resultados clínicos y radiográficos similares fundamentalmente en lesiones fuera de la zona de carga y probablemente independiente del porcentaje de extensión de la lesión. Los autoinjertos osteocartilaginos obtenidos de la porción lateral de la tróclea femoral favorecen el pinzamiento articular a largo plazo, lo que no los hace aconsejables.
Correspondencia:
Dr. J. A. HERNÁNDEZ HERMOSO.
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología.
Ciudad Sanitaria y Universitaria de Bellvitge.
Feixa Llarga, s/n. 08907 L''Hospitalet d''Llobregat (Barcelona).
En Redacción: Abril de 1997.
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