REVISTA DE ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA
Volumen 42, pp 374-382
Prótesis acetabular RM recubierta de hidroxiapatita:
Valoración a más de 8 años de evolución
J. L. IMIZCOZ, J. BARBADILLO, J. J. USOZ y E. PERNAUT
Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica. Hospital de Navarra. Pamplona. Navarra.
RESUMEN: Se han valorado 51 prótesis acetabulares RM recubiertas de hidroxiapatita con un seguimiento medio de 102 meses intervenidos entre Enero 1986 y Abril de 1987. Para la valoración clínica se ha seguido el protocolo de la Clínica Mayo y para la valoración radiológica los criterios recomendados por la comisión de documentación y evaluación de la SICOT. El análisis estadístico ha sido según Serie Staz multivariable. Ninguna prótesis ha sido retirada y la valoración clínica fue excelente y buena en el 86%. Radiográficamente la migración y cambios del ángulo de inclinación no fueron significativos, lo que asociado a la rotura de un solo tornillo de los 101 colocados indica su estabilidad. No se observaron osteolisis periprotésicas alrededor de los tornillos, siendo la reacción de esclerosis mayor en las zonas I, II y de forma lineal en el 88%, con una intensidad moderada en el 69%. La presencia radiográfica de la hidroxiapatita ha sido evidente en una o dos proyecciones en el 74,5%. El desgaste del polietileno y la presencia de osificaciones heterotópicas no ha sido superior a las referidas para otras prótesis. Existió una relación significativa (p = 0,025) entre la cobertura del cótilo y la no existencia de osificación.
PALABRAS CLAVE: Cadera. Prótesis de cadera. Hidroxiapatita.
HIDROXYAPATITE-COATED ACETABULAR RM PROSTHESES: EVALUATION AFTER MORE THAN EIGHT YEARS OF FOLLOW-UP
ABSTRACT: An evaluation was made of 51 patients who underwent implantation of a hydroxyapatite-coated acetabular prosthesis between January 1986 and April 1987, with a mean follow-up of 102 months. The clinical assessment was made following the Mayo Clinic protocol and the radiological evaluation was made with the criteria recommended by the Commission of Documentation and Evaluation of the SICOT. The statistical analysis was made according to the multivariant Staz Series. No prosthesis was removed and the clinical evaluation was excellent or good in 86%. Radiographically, migration and changes in the angle of inclination were not significant. This, considered with the breakage of only one screw out of 101 placed, confirms its stability. No periprosthetic osteolysis was observed around the screws. The most intense sclerotic reaction was observed in zones I and II; lineal sclerosis was present in 88% and was of moderate intensity in 69%. The radiographic presence of hydroxyapatite was evident in one or two projections in 74.5%. The frequency of polyethylene wear and heterotopic ossification were not superior to those reported for other prostheses. There was a significant relation (p = 0.025) between cup coverage and the absence of ossification.
KEY WORDS: Hip. Hip prosthesis. Hydroxyapatite.
En los últimos años se han publicado numerosos trabajos sobre el recubrimiento de hidroxiapatita (HA) de los componentes protésicos tanto a nivel
experimental11,13,18,42,54,56,61 como histopatológicos3,6,8,22,27,55 y clínicos.2,14,15,23,25 A pesar que los seguimientos no superan los 10 años, parece actualmente poco discutible la biocompatibilidad27,53 de la HA, así como la propiedad osteoconductiva4,19 de esta sustancia bioactiva que favorece una mejor fijación12,30 inicial de la prótesis, con ello se aumenta el contacto con el hueso receptor, siendo esta fijación más resistente a las pruebas mecánicas,24,49,51 incluso estimula al hueso no sólo con osificación centrípeta, sino también centrífuga27 y cierra hendiduras de pocos milímetros;21,56,57 sin embargo, su utilización como recubrimiento ha determinado algunas preguntas sobre posibles complicaciones o dudas razonables acerca de los beneficios que pueden aportar su uso. Estas consideraciones incluirían un posible desprendimiento por pérdida de las propiedades mecánicas34 ante las cargas cíclicas a que está sometida la interfaz HA-material protésico con el consiguiente aflojamiento y la posibilidad de producir osteolisis7 como reacción a las partículas sueltas de HA, el tiempo de permanencia3del recubrimiento al poder sufrir un proceso de reabsorción o de desnaturalización, la posible influencia de la HA sobre la incidencia de las osificaciones heterotópicas27 o si su desprendimiento determina un mayor desgaste del polietileno46 al
aumentar las microfisuras por roce.
El propósito de este trabajo ha sido determinar en un seguimiento a más de ocho años de evolución los resultados clínicos y radiográficos del recubrimiento de HA en el componente acetabular en cuanto a su estabilidad, el tipo de reacción ósea ante el contacto con HA, su persistencia en el tiempo y su posible influencia sobre la frecuencia de osificaciones y sobre el desgaste del polietileno.
Material y Método
Entre Enero de 1986 y Abril de 1987 fueron implantadas de forma continuada, no seleccionados y por el mismo cirujano 65 prótesis primarias acetabulares no cementadas de polietileno de alta densidad recubiertas de hidroxiapatita (RM «ceros») fijadas a presión y con tornillos en número variable; uno en cuatro casos, dos en 44 y tres en tres casos colocados en posición posterosuperior y posteroinferior. En
61 casos el tipo de vástago sin cementar empleado fue el CLS y en cuatro autobloqueante. En todos los casos la cabeza protésica fue de cerámica de 32 mm. La vía de abordaje fue la transglútea, siendo extremadamente cuidadoso en preservar el hueso subcondral y lavar de forma continuada y abundante el campo quirúrgico.
Durante el tiempo transcurrido desde la intervención hasta la realización del estudio, siete pacientes habían fallecido por etiología no relacionada con la cadera protésica, tres no fueron localizados por cambio de domicilio y en cuatro no se pudo realizar el estudio radiográfico por dificultad para su traslado, por lo cual el estudio clinicorradiográfico se ha realizado sobre 51 pacientes. La muestra de pacientes fue de 30 hombres y 21 mujeres, con una edad media de 59 años (mínimo: 26 y máximo: 76 años). El diagnóstico preoperatorio fue en 44 casos de coxartrosis (86%), seis de necrosis avascular y uno de fractura subcapital. Los pacientes fueron revisados periódi-camente hasta los 4 años, realizándose la última revisión entre los 8 y 10 años, con una media de seguimiento de 102 meses ± 0,73 (mínimo: 96 y máximo: 125).
La valoración clínica se realizó según el protocolo de la Clínica Mayo37 sobre un máximo de 80 puntos y el estudio radiográfico en dos proyecciones. En la radiografía AP comparativa (Fig. 1) se midieron el ángulo de inclinación acetabular y los diámetros longitudinal y transverso del anillo metálico que rodea la copa RM. Asimismo se valoró el grado de cobertura ósea de la copa en total o parcial según la proporción del anillo contenido dentro del hueso acetabular. La migración medial o craneal se realizó siguiendo los parámetros descritos por Sutherland y cols.59 y el desgaste del polietileno midiendo la distancia entre la superficie de la cabeza protésica y el anillo metalico tanto en su porción lateral (a) como medial (b), así como en la zona craneal desde la superficie cefálica a la línea de esclerosis (c). Dada la dificultad de comparar medidas se eligieron radiografías similares en cuanto a la proyección y rotación, disminuyendo el error de magnificación por el uso de plantilla cup position RM reduciendo todas las mediciones al 100%. Dichas mediciones fueron realizadas por dos observadores diferentes, empleándose medio de ampliación óptica y calibrador pie de rey.
Se analizaron las reacciones del hueso al implante recubierto; grado de intensidad, tipo y zona de aparición de la esclerosis63 y la existencia o no de radiolucencia alrededor del implante o de los tornillos de fijación. Las osificaciones heterotópicas fueron evaluadas según Brooker y cols.10 La visualización radiológica de la hidroxiapatita, líneas hiperdensas, se valoró en tres grados: evidente cuando era visible en las dos proyecciones, poco evidente sólo cuando era visualizada en la proyección lateral e inexistente cuando no se visualizaba en ninguna de las proyecciones. La valoración del posible aflojamiento del implante se realizó según los criterios recomendados por la Comisión de Documentación y Evaluación de la SICOT.35
Los resultados obtenidos fueron registrados en un programa estadístico «serie Staz» multivariable y analizado mediante pruebas de significación descriptivas e inferenciales (Chi cuadrado, «t» de Student y análisis de la varianza, test de igualdad de media Scheffé). La significación se calculó con valores de p < 0,05.
Resultados
La puntuación media preoperatoria fue de 21 ± 1,9 sobre un máximo de 80 puntos, siendo en el último control de 72,5 ± 1,1, obteniéndose una mejoría entre ambas valoraciones de 51 ± 2.08 (Tabla 1). En los primeros 4 años postoperatorios la incidencia del dolor fue baja en intensidad e incidencia (3,9%). Entre los 8 y 9 años se presentaron dos casos de
dolor moderado con una cotación clínica menor de 50 puntos.
En cuanto a las diferencias radiológicas (Tabla 2) de la posición del componente acetabular, en 45 casos (88%) el ángulo acetabular no sufrió variación o fue menor de 2° y en seis casos (12%) la variación fue entre 2 y 4°. Las mediciones postoperatorias inmediatas fueron de media 36 ± 0,9° (mínimo: 23 y máximo: 56°) y a las últimas revisiones 35 ± 0,8° (mínimo: 27 y máximo: 52°). Las mediciones correspondientes al diámetro longitudinal (d) obtenidas en el postoperatorio y en el control más evolucionado fueron, respectivamente, de 53 ± 0,2° y 53 ± 0,2° (p < 0,021); los valores para el diámetro transversal (t) de 18 ± 0,6° y 21 ± 0,7° (p < 0,002). La media del número de cótilo colocado fue de 52 ± 2,3, 21 casos del número 50, 17 del 52, nueve del 54, dos del 46 y uno de los números 58 y 60.
Tabla 2. Mediciones radiológicas medias (x). | ||
Postoperatorio | Último control | |
Ángulo acetabular (Â) | 36 ± 0,9 | 34 ± 0,8 n.s. |
Diámetro longitudinal (d) | 53 ± 0,2 | 53 ± 0,2 p < 0,021 |
Diámetro transversal (t) | 18 ± 0,6 | 21 ± 0,7 p < 0,002 |
Distancia horizontal (X) | 29 ± 0,7 | 28 ± 0,6 n.s. |
Distancia vertical (Y) | 23 ± 0,6 | 22 ± 0,6 n.s. |
Grosor polietileno (a) | 9,5 ± 0,1 | 8,78 ± 0,1 p = 0 |
Grosor polietileno (b) | 10 ± 0,1 | 11 ± 0,1 p < 0,001 |
Grosor polietileno (c) | 8,7 ± 0,1 | 8,2 ± 0,1 p < 0,01 |
No se encontraron diferencias significativas entre las medidas X e Y postoperatorias y las obtenidas en el último control con cifras medias de 29 ± 0,7 postoperatorio, 28 ± 0,6 en la más evolucionada para la X y 23 ± 0,6, 22 ± 0,6, respectivamente, para la distancia Y, con unas diferencias de 0,82 ± 0,2 para la distancia horizontal X y de 0,41 ± 0,27 para la distancia vertical Y. Se encontró significación estadística para las medidas del grosor de polietileno (a) (b) y (c) con mediciones medias postoperatorias de 9,5 ± 0,1, 10,1 ± 0,1 y 8,7 ± 0,1, respectivamente, y unas mediciones del último control de 8,7 ± 0,1, 11 ± 0,1 y 8,2 ± 0,1, con unas diferencias, respectivamente, de 0,75 ± 0,90, 0,72 ± 0,92 y 0,34 ± 0,89. Realizando estudio de análisis de la varianza se encontró diferencia significativa entre la diferencia de mediciones X y el diámetro transverso (p < 0,01), así como con el longitudinal (p = 0) también hubo diferencia significativa entre la diferencia de mediciones Y con el diámetro transverso (p < 0,03) y con el diámetro longitudinal (p = 0). El estudio de la varianza entre la diferencia de mediciones (a), (b) y (c) y el resto de las variables no reveló diferencias significativas.
En ningún caso se visualizaron líneas de radiolucencia ni alrededor del implante acetabular ni alrededor de los tornillos. En todos los casos se encontraron líneas de esclerosis periprotésica (Tabla 3) de intensidad moderada en 35 casos; su localización según las zonas de DeLee fue en 45 casos (88%) en las zonas I y II, dos en las tres zonas y cuatro en la zona I; la forma de la esclerosis era lineal en 45 casos y de forma nodular en seis. La condensación de la zona I presentó significación estadística con las variables del diámetro longitudinal (p = 0) y la diferencia de la medida X (p = 0) y la diferencia de la medida Y (p < 0,03). No se encontró significación estadística entre la condensación en las zonas II y III con el resto de las variables (Figs. 2 a 5).
Tabla 3. Esclerosis periacetabular (n = 51). |
-- Grado: |
* Alto: 5. |
* Medio: 35 (69%). |
* Bajo: 11 (22%). |
-- Tipo: |
* Lineal: 45 (90%). |
* Nodular: 6. |
-- Zonas: |
* I, II y III: 2. |
* I y II: 45 (88%). |
* I: 4. |
Figura 2. A: Rx AP. B: Rx lateral tras 125 meses de evolución. No se observa radiolucencia periprotésica alrededor de los tornillos. Persistencia de líneas hiperdensas del recubrimiento HA.
Calcificaciones heterotópicas se encontraron en 14 casos (27%), nueve casos de Grado I de Brooker, tres Grado II, un caso Grado III y otro Grado IV. Hubo diferencia significativa entre la no aparición de calcificaciones, 37 casos (73%), con la cobertura acetabular total del implante (p = 0,025). De las 51 copas, 45 estaban cubiertas totalmente y seis parcialmente. Sólo en ocho casos de las recubiertas totalmente hubo algún grado de calcificación.
La presencia de HA en las radiografías del último control fue evidente en 14 casos (27%), poco evidente en 24 (47%) e inexistente en 13 (25%). Hubo una diferencia significativa por análisis de la varianza entre la presencia de HA y el diagnóstico de necrosis avascular (p < 0,035), siendo evidente en cuatro de los seis casos; también fue evidente en nueve casos de coxartrosis, mientras que en 35 fue poco evidente o inexistente (p < 0,007). Asimismo existió significación (p < 0,02) con la puntuación clínica evolutiva, siendo la media de 68,5 puntos en los casos de no existencia de imagen radiográfica de HA, de 71 para los casos de poca evidencia y de 72 para los casos de existencia evidente. También existió significación estadística (p < 0,04) con la cobertura acetabular, siendo ésta completa en todos los casos de HA evidente (14c).
De los 101 tornillos colocados como fijación suplementaria sólo un tornillo se rompió antes del año de evolución, siendo su situación posteroinferior en un cótilo fijado por dos tornillos.
Figura 3. Rx a los 96 meses, apreciándose una reacción lineal uniforme de esclerosis de grado moderado en zonas I, II y III.
Discusión
Los alentadores resultados clínicos y radiológicos de las prótesis isoelásticas RM sin cementar a los pocos años40,52,61 de su implantación fueron seguidas de importantes números de fracasos que según diferentes autores van desde el 14% de revisiones a los 8 años38,62 hasta resultados insatisfactorios del 34-37% a los 10 años.9,33,63 La mayoría de los fracasos han sido atribuidos al componente femoral, y aunque el componente acetabular para algunos autores ha dado mejores resultados,62 la realidad es que tras 8 años las migraciones y radiolucencias periacetabulares es la regla9,38,40 como sucede en todos los componentes de polietileno en contacto directo con el hueso.
Los resultados clínicos de este trabajo con la copa RM recubierta de HA a los 4 años de evolución eran buenos y excelentes en el 96% de los casos, existiendo a partir de los 8 y 9 años un descenso de estos resultados hasta el 86%, apareciendo dos casos con malos resultados; ambos casos eran mujeres con dolor localizado en muslo que limitaba su funcionalidad y que radiográficamente mostraba evidencia en la diafisis femoral de protección a la carga. La disminución de puntuación general en este espacio de tiempo ha sido debido más a la disminución de las funciones propias de una mayor edad que a la intensidad del dolor. Las cifras totales clínicas son similares a las dadas para otros tipos de prótesis recubiertas de HA2,25,44,48 y superiores a otras porosas28 como han evidenciado algunas series comparativas entre ambas.15,29,45
La cuantificación y valoración de los componentes protésicos es difícil dada la existencia de errores extrínsecos derivados de la posición de la pelvis o de la calidad radiográfica y de los errores intrínsecos de las mediciones intra o interobservador. Actualmente el único método que puede medir movimientos de menos de 1 mm es el análisis roengenestereofotogramétrico (RSA), pero en el momento que se inició esta serie entre los años 1986 y 1987 no estaba a nuestra disposición, por lo que las mediciones se realizaron con los métodos de lápiz y regla eligiendo un método en que el punto fijo estándar fuera el centro del eje longitudinal de la imagen elíptica del reparo metálico periférico de la copa59 y no el centro rotacional de la cabeza47 puesto que en los controles sucesivos a años de evolución el desgaste del polietileno hace variar las mediciones de migración y, por tanto, originaba un error. La sumación de errores para estos métodos han sido fijados entre los 3 y 5 mm, siendo considerado valores superiores a estas cifras como dato seguro de migración; estos valores utilizando el método de cálculo computerizado (EBRA)38 reduce la cifra de error a cifras menores de 0,1 mm (con una desviación estándar de 0,34 para la medición vertical y 0,09 para la horizontal), dando 0,67 mm para la migración vertical y de 0,18 para la migración vertical.
La validez de las mediciones realizadas en este trabajo se pone de manifiesto al comprobar la similitud entre el diámetro real de la copa, siendo la media de todos los colocados de 52 ± 2,3 mm y la medida radiológica del diámetro longitudinal del reparo metálico que fue de 53 ± 0,2 mm, es decir, una diferencia de medias de 1,01 mm. La existencia de diferencia estadística de las mediciones del diámetro transversal de reparo metálico de 3,1 mm indica la diferencia de proyección pelviana en cuanto a su rotación y la influencia de estos cambios sobre las mediciones tanto horizontal como vertical y cuya cifra se encuentra dentro de los límites máximos de error de tolerancia. La no existencia de diferencias significativas entre las mediciones de la posición de la copa en cuanto a su inclinación ni en las mediciones de la distancia horizontal o vertical indica la no existencia de migración valorable.
El aumento de la estabilidad de los componentes protésicos recubiertos con HA se ha comprobado tanto experimental como clínicamente, pero sobre todo para el componente femoral y que es aceptado en general, aunque este efecto beneficioso es menos fácil de demostrar en el componente acetabular. En la experiencia de los autores que han publicado resultados sobre la copa RM sin recubrir dan cifras de migración9,38,62 a más de 7 años de 2,7 mm ± 2,1 con valores porcentuales hasta el 48% para la migración medial y de 9,3% para la lateral. Un estudio comparativo entre las copas RM no recubiertas y las recubiertas con HA40 evidencia que en estos últimos hay menos migración vertical, casi la mitad (0,24/0,51 mm), así como menos cambios en la inclinación acetabular (0,3/2,3°). Esta mejor estabilidad de la copa RM recubierta con HA corrobora lo encontrado en otros tipos de cúpulas en la que también la migración de los recubiertos porosos con HA es significativamente menor que los porosos sin recubrir, independientemente de su forma o del tipo de fijación.15,29,36,39,43,45
La existencia de un estudio sobre tres casos de RM recubiertos de HA retirados antes del año53 por mala posición de la copa y que presentaban tejido conjuntivo interpuesto sin formación ósea creemos que fue debida a la inestabilidad secundaria a la falta de fijación primaria favorecida por la verticalización de la copa y por tanto independiente de la presencia o no del recubrimiento con HA
La ausencia de radiolucencia periprotésica ni al rededor de los tornillos de fijación complementaria, así como la rotura aislada de un tornillo evidencia la no existencia de movimiento o aflojamiento. La frecuencia de aflojamientos de las copas RM sin recubrir que podía llegar al 40% en seguimientos de más de 7 años incluso con rotura de las clavijas de anclaje63 podría ser debido a la fijación inadecuada de la copa por lo que aconseja la colocación de hasta seis o siete tornillos y de mayor grosor,9 aunque esto parece innecesario.32 La predicción del futuro aflojamiento podría valorarse antes del segundo año según la esclerosis alrededor de la prótesis; su ausencia debe hacer pensar en la existencia de inestabilidad. En todos los casos de esta serie existió esclerosis alrededor de la copa de forma uniforme en las zonas de carga, con un grado de intensidad medio muy superior a las encontradas en las copas no recubiertas63 tanto en su intensidad como en su localización como en su forma lineal. El aumento gradual a partir del primer año de la densidad del hueso en contacto con la HA está en relación de forma uniforme con la estabilidad de la copa, siendo mayor en intensidad en las zonas de carga y con poca respuesta de aposición ósea en la zona de baja transmisión de carga.
Figura 4. Rx a los 105 meses con reacción esclerosa tipo nodular grado alto en zona I y II.
El aumento significativo de calcificaciones29en las prótesis recubiertas en comparación con la misma prótesis sin recubrir causó alarma,46 aunque ésta fuera debido posiblemente al desprendimiento de la HA por la inestabilidad inherente al diseño de la prótesis. Otras series comparativas25,36 no evidenciaban diferencias significativas ni en la frecuencia ni en el grado, siendo comparable su incidencia a otro tipos de prótesis,1,50 incluso mejores. En la presente serie la incidencia de las osificaciones heterotópicas no llegó al 28%, siendo en más de la mitad de los casos de Grado I, lo que es comparable a la mayoría de las series tanto cementadas como no cementadas, bien porosas o recubiertas de HA. El dato más significativo fue que en los casos en que la copa estaba totalmente cubierta por el hueso acetabular sólo en un pequeño porcentaje apareció algún tipo de calci-ficación; este hecho estaría posiblemente en relación, que al no quedar la HA en contacto con los fluidos neoarticulares éstos no podrían modificar la estructura del recubrimiento y provocar su desprendimiento.34
Figura 5. A: Rx a los 3 meses. B: Rx a los 99 meses. Variación en la formación ósea de esclerosis periprotésica, disminución de la imagen hiperdensa del recubrimiento HA, desgaste del polietileno en zona superolateral y diferencia del diámetro transversal del anillo metálico por el cambio rotacional pélvico.
Es bien conocida la influencia que tiene el desgaste del polietileno en la supervivencia de los implantes protésicos,5 siendo de 0,04 mm/año a 0,21 para las de baja fricción20,26,31,64 aumentando con el tamaño de la cabeza41 y con el tiempo de evolución. Recientemente se han estudiado copas recuperadas post morten60 que funcionalmente eran buenas con un tiempo de evolución de unos 8 años de media y cuyo desgaste era menor (0,07 mm/año con un rango de 0,02-0,18 mm) a las cifras dadas para las copas fracasadas por aflojamiento. En la presente serie con cabeza de 32 mm de diámetro y par cerámica polietileno las cifras medias eran 0,75 mm con un desgaste de 0,09 mm/año, datos similares a los hallados en copas estables funcionalmente buenas. El desgaste en las copas RM sin recubrir38,63 eran superiores (0,15 mm/año), siendo más de 1 mm entre el 20 y el 30%, lo que evidencia que el recubrimiento de HA no aumenta el desgaste del polietileno.
En los componentes protésicos recubiertos con HA y que han podido ser estudiados en autopsias se ha podido valorar que el espesor del revestimiento no sufre mucho con el paso del tiempo, calculándose su desaparición del 15-20% a los 2 años,4,23 aunque debe valorarse el hecho que el daño del recubrimiento en los estudios de autopsia podrían ser secundarios a la manipulación durante su extracción y en los casos infectados a los efectos adversos que provoca la reducción del pH34. En esta serie fue evidente la disminución de la densidad radiológica del recubrimiento, pero persistía de forma clara en las tres cuartas partes de los casos. Esta permanencia en el tiempo de más de 8 años se atribuye al mayor grosor del recubrimiento sobre el polietileno, que en las copas RM se encuentra entre 125 y 250 micras, por lo que su biorreabsorción es mucho más lenta que las recubiertas más finas, aunque como inconveniente pueda presentar rotura por sobrecarga, hecho evidenciado en los recubrimientos de más de 100 micras pero sobre titanio poroso,16 siendo el límite superior alrededor de las 150 micras.51 El hecho observado de ver más claramente la densidad del recubrimiento en los casos de necrosis avascular que en los de artrosis sugiere que este hecho está relacionado con la mayor esclerosis subcondral que existe como reacción al propio proceso degenerativo, lo cual no sucede en la necrosis avascular sin artrosis secundaria y que enmascara la imagen hiperdensa del recubrimiento HA
Puede concluirse diciendo que el recubrimiento con HA de la copa RM ha mejorado sustancialmente los resultados clínicos y radiográficos de éstas al favorecer la unión entre el hueso y los implantes por una mejor y más rápida respuesta del hueso, siendo más importante el hecho de conservar el hueso subcondral que la estabilización suplementaria con más o menos tornillos. El recubrimiento de HA ha reducido significativamente la incidencia de la migración y aflojamiento de las copas RM. No se ha observado que el recubrimiento con HA haya determinado ni mayor incidencia de osificaciones heterotópicas ni un mayor desgaste del polietileno. No obstante, habrá que volver a valorar esta serie a más de 10 años para conocer su verdadero rendimiento; creemos que actualmente es una indicación buena para las prótesis híbridas de personas de más de 70 años o en casos de hueso osteoporótico, siendo una opción muy válida para prótesis primarias de personas de edad media.
Agradecimientos
Agradecemos a doctor M. Anderiz el estudio estadístico realizado.
Correspondencia:
Dr. J. L. IMIZCOZ.
Clínica Pakea.
P.° Arriola, 26.
20009 San Sebastián.
En Redacción: Julio de 1997.
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