El pseudoaneurisma de la arteria poplítea o una de las arterias geniculadas es una complicación infrecuente en la cirugía de rodilla. La publicación de este tipo de lesiones vasculares es escasa y están asociadas a intervenciones por exéresis de osteocondromas1, traumatismos por estallido2,3, meniscectomía artroscópica4-7 y artroplastia total de rodilla (ATR)8-11. La mayoría de las lesiones corresponden a la arteria poplítea o la arteria geniculada inferomedial. Nuestra nota clínica recoge un caso de falso aneurisma de la arteria geniculada inferolateral asociada a prótesis total de rodilla, de la que tan sólo hemos recogido una publicación previa8.
CASO CLÍNICO
Se trata de un varón de 50 años con diagnóstico de gonartrosis derecha. Se realizó la sustitución protésica, sin ninguna incidencia, con un implante modelo CKS sin cementar en noviembre de 1999. En el segundo día del postoperatorio presenta tumefacción en la rodilla difusa con discreta actitud de flexo, sin fiebre. Se practica una artrocentesis obteniéndose 4 cc de hemartros. Se toma una muestra para cultivo que es negativa. A la semana presenta un episodio de dolor intenso irradiado a la pantorrilla. Ante la sospecha de trombosis venosa profunda (TVP) se practica una ECO-doppler y flebografía que se informan como normales. Se realizan dos nuevas artrocentesis por episodios de tumefacción obteniéndose hemartros en pequeña cantidad. Tras una mejoría parcial es dado de alta al décimo día del postoperatorio remitiéndose a rehabilitación. Al mes de la intervención el paciente ingresa de urgencia por un nuevo episodio de dolor y tumefacción en la rodilla derecha sin fiebre ni leucocitosis. Se solicita nueva ECO-doppler que se informa como pseudoaneurisma de la arteria geniculada inferolateral. Conjuntamente con el servicio de Cirugía Vascular se procede a la intervención quirúrgica con abordaje medial de la rodilla, evacuación de un gran hematoma organizado, exéresis del pseudoaneurisma y ligadura de la arteria geniculada inferoexterna (fig. 1). El paciente presenta una mejoría inmediata, logrando en febrero de 2000 un balance articular de 0°-90°. En marzo de 2000, tres meses después de la segunda intervención, se practica una ECO-doppler que se informa como normal.
Figura 1. Véase el pseudoaneurisma señalado por la punta del aspirador.
DISCUSIÓN
En la revisión realizada, la presencia de un pseudoaneurisma de la arteria geniculada inferoexterna o de una de las ramas de la arteria poplítea es una complicación infrecuente de la cirugía de rodilla, tanto en la sustitución protésica como en artroscopia u otros procedimientos. La arteria geniculada inferolateral nace de la arteria poplítea, debajo de la inserción del gemelo externo, y en su trayecto se dispone próxima al menisco externo. Es posible dañarla durante la meniscectomía externa de forma parcial, dando lugar a un hematoma que diseca la adventicia y, tras su organización, se crea una cavidad encapsulada y comunicada con la arteria dañada que forma el pseudoanerisma. La prevención se basa por tanto en ser cuidadoso en la meniscectomía y liberar la isquemia a la que se somete el miembro antes del cierre definitivo, realizando hemostasia de los vasos que se hayan lesionado.
La clínica con que se presenta es como tumefacción y dolor en la rodilla en el postoperatorio inmediato, asociada a una masa pulsátil8,11-13. Si la masa no está presente inicialmente puede retrasar el diagnóstico sospechando una TVP u otra patología venosa como sucedió en nuestro caso, hecho ya recogido en la literatura4. Los hemartros extraídos variarán su cuantía en función del grado de lesión y organización del hematoma.
En toda la bibliografía consultada es la arteriografía la prueba complementaria para la confirmación diagnóstica, aunque se recogen otros procedimientos como la DIVA12 o la ECO-doppler4,8. Dado que la ecografía es un método incruento puede ser la primera prueba complementaria a realizar si tenemos la sospecha de un pseudoaneurisma, orientando al radiólogo ante esta posibilidad.
Se recomienda una vez hecho el diagnóstico la consulta a un cirujano vascular que asesore en el tratamiento13. Aunque hay buenos resultados con la embolización9-10, la mayoría de publicaciones recomienda tratamiento quirúrgico, con exéresis del psedoaneurisma y reconstrucción de la pared de la arteria poplítea4,13 o en el caso de que se trate de una arteria geniculada la ligadura de la misma 8,11,12. Como otros autores8, consideramos la ECO-doppler como una opción incruenta y buena para el seguimiento y confirmación de la resolución del pseudoaneurisma tras el tratamiento.