Objetivos: Implantación de reuniones conjuntas entre el farmacéutico y el geriatra para realizar una adecuación del tratamiento farmacológico basándose en un modelo de atención centrada en la persona.
Método: Se realizaron dos cortes transversales espaciados en el tiempo en una unidad de psicogeriatría de 36 pacientes. Se incluyeron los pacientes con ≥7 fármacos, no se definieron criterios de exclusión. En reuniones conjuntas, el farmacéutico y el geriatra establecieron un plan terapéutico individualizado y realizaron una revisión sistemática de los tratamientos. Se procedió según un modelo centrado en la persona, teniendo en cuenta los objetivos terapéuticos del paciente (prevención, alargar supervivencia o control de síntomas), la adecuación del tratamiento a los diagnósticos y las características de los fármacos (duplicidades, interacciones, efectos secundarios).
Resultados: Se seleccionó un total de 20 pacientes, en los cuales se había realizado al ingreso una primera valoración con revisión de la polifarmacia por parte de geriatría.
Los pacientes seleccionados presentaron una edad media de 83,6 años, con dependencia moderada-grave para ABVDS (Barthel previo medio de 42,5/100), comorbilidad significativa (Charlson medio 3,1) y deterioro cognitivo con frecuente trastorno de conducta (GDS 4,7, Pfeiffer al ingreso 7,44, NPI 27,15). El tratamiento en domicilio de estos pacientes incluía un promedio de 11,35 fármacos.
En los tratamientos de estos 20 pacientes se detectaron 49 fármacos inapropiados según criterios de Beers y 37 según criterios STOPP/START. Se realizaron 40 intervenciones efectivas para optimizar los tratamientos. La valoración geriátrica y la posterior colaboración entre farmacia y medicina dieron lugar a una retirada total de 4,76 fármacos por paciente, de los cuales 1,9 (el 39,91%) se retiraron tras la intervención conjunta entre farmacéutico y geriatra, siendo los grupos terapéuticos más frecuentemente implicados los psicofármacos (57,5%) y los tratamientos cardiovasculares (17,5%); el resto (25%) correspondería principalmente a IBP y antiagregantes.
Conclusiones: La colaboración entre medicina y farmacia para la realización de valoraciones centradas en la persona con un triple enfoque, y la revisión de los tratamientos farmacológicos, ha permitido disminuir la carga de polifarmacia de los pacientes incluidos respeto a una valoración geriátrica clásica.