Analizar las características epidemiológicas, clínicas y funcionales de los pacientes ingresados en el Hospital Universitario de Navarra por infección por SARS-CoV-2, así como los factores predictores de mortalidad, durante la primera ola de la pandemia provocada por este virus.
MetodologíaEstudio observacional y retrospectivo de todos los pacientes hospitalizados mayores de 75 años entre marzo y noviembre de 2020. Se ha obtenido información sobre múltiples variables, entre las que cabe destacar los síndromes geriátricos previos y que han aparecido durante la hospitalización, o los antecedentes médicos considerados relevantes en la infección por SARS-CoV-2. Se ha realizado un análisis descriptivo de los datos, comparaciones según diversos factores de interés y análisis multivariable para analizar los factores asociados a la mortalidad.
ResultadosSe obtuvieron datos de un total de 426 pacientes cuya edad media fue de 83,2 años (52,6% varones). El 34,7% fallecieron en el hospital y el 4,5% antes de un mes tras el alta hospitalaria. Los factores relacionados con la mortalidad fueron: peor situación funcional basal, enfermedad renal crónica y fiebre o disnea como formas de presentación. Los síntomas típicos más frecuentes fueron: fiebre, disnea, tos, astenia e hiporexia. Hasta el 42,1% presentaron delirium como síntoma de inicio atípico. Se objetivó un deterioro funcional que no se recuperó al mes de seguimiento (índice de Barthel basal 81,12; 70,08 al alta; 75,55 al mes).
ConclusionesLa infección por SARS-CoV-2 ha provocado elevadas tasas de mortalidad en las personas mayores. En este grupo etario, es frecuente la forma de presentación atípica de esta enfermedad y el deterioro funcional durante la hospitalización. En el presente estudio se ha identificado un peor estado funcional previo como predictor de mortalidad. Son necesarios más estudios que evalúen el impacto que la enfermedad y la hospitalización tienen en el paciente mayor, con el objetivo de implementar medidas preventivas, diagnósticas y terapéuticas para evitar el deterioro funcional y los eventos adversos de salud relacionadas con el mismo.
The objective of the present study is to analyze the epidemiological, clinical and functional characteristics of patients admitted to the University Hospital of Navarra due to SARS-CoV-2 infection, as well as the predictors of mortality, during the first wave of the pandemic caused by this virus.
MethodologyAn observational, retrospective study was performed, including all hospitalized patients older than 75 years. Information has been obtained on multiple variables, among which it is worth mentioning previous geriatric syndromes or those that have appeared during hospitalization, or past medical history considered relevant in SARS-CoV-2 infection. A descriptive analysis of the data, comparisons according to various factors of interest and multivariate analysis to analyze factors associated with mortality were carried out.
ResultsData have been obtained from a total of 426 patients with a mean age of 83.2 years (52.6% men). 34.7% died in hospital and 4.5% within 1 month after hospital discharge. The factors related to mortality were: worse baseline functional status, chronic kidney disease, and fever or dyspnea as forms of presentation. The most frequent typical symptoms were: fever, dyspnea, cough, asthenia and hyporexia. Up to 42.1% presented delirium as a symptom of atypical onset. We observed a functional deterioration that was not recover after a month of follow-up (baseline Barthel index 81.12; 70.08 at discharge; 75.55 after a month).
ConclusionsSARS-CoV-2 infection has caused high mortality rates in older adults. In this age group, the atypical presentation of this disease and functional deterioration during hospitalization are frequent. In the present study, a worse previous functional status has been identified as a predictor of mortality. More studies are needed to evaluate the impact that the disease and hospitalization have on the older patient, with the aim of implementing preventive, diagnostic and therapeutic measures that are necessary to avoid functional deterioration and adverse health events related to it.
La enfermedad por coronavirus de 2019, más conocida por COVID-19, ha afectado a personas de todas las edades, pero el grupo más vulnerable ha sido, sin duda, el de aquellos de mayor edad. Esta enfermedad está causada por el coronavirus de tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave (del inglés, SARS-CoV-2), se transmite principalmente por gotículas respiratorias e induce una respuesta inflamatoria sistémica que se manifiesta con una gran variedad de síntomas1. Las formas sintomáticas más frecuentes incluyen fiebre, tos, disnea, mialgias y astenia2, pero también se han reportado síntomas gastrointestinales, neurológicos o cutáneos. La presentación atípica de diferentes afecciones en forma de síndromes geriátricos en los pacientes mayores es ampliamente reconocida3, y cada vez existe más evidencia de que lo mismo ocurre con la COVID-19 en varios entornos clínicos4–6. Teniendo en cuenta que la edad se ha postulado como uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de enfermedad severa por SARS-CoV-2, y que su presentación atípica en las personas mayores puede contribuir a su infradiagnóstico e infratratamiento y, por lo tanto, también a una mayor transmisión de la enfermedad, su detección temprana se vuelve indispensable. El objetivo del actual estudio es describir las características clínicas (presentación clínica, comorbilidades y consecuencias asociadas) de pacientes mayores (≥75 años) hospitalizados en el Hospital Universitario de Navarra con infección confirmada por SARS-CoV-2, con especial atención a presentación atípica de enfermedad (delirium, caídas, incontinencia, etc.), y su efecto sobre el estado funcional posterior.
Material y métodosSe llevó a cabo un estudio observacional y retrospectivo de todos los pacientes hospitalizados en el Hospital Universitario de Navarra cuyo diagnóstico principal era el de enfermedad por SARS-CoV-2 entre el 1 de marzo de 2020 y el 30 de noviembre de 2020.
Los criterios de inclusión fueron: edad ≥ 75 años, diagnóstico de COVID-19 (a través de PCR, test de antígenos o test serológico de infección aguda). Se excluyeron todos aquellos pacientes hospitalizados en régimen ambulatorio. Si algún paciente fue hospitalizado en 2 ocasiones, tan solo se tuvo en cuenta la información relacionada con el primer ingreso hospitalario en el análisis estadístico.
En el estudio actual, se recogieron las siguientes variables: datos demográficos (edad, sexo, situación social); síndromes geriátricos previos, durante la hospitalización y posteriores al alta hospitalaria; índice de Barthel7 al ingreso, al alta y a los 30 días del alta (puntuación desde 0 [dependencia severa] a 100 [independencia total para las actividades de la vida diaria]; considerando deterioro funcional cuando el cambio era mayor a 10 puntos); índice de comorbilidad de Charlson (0-1 puntos: ausencia de comorbilidad, 2 puntos: baja comorbilidad, 3 o más puntos: alta comorbilidad)8; mortalidad durante la hospitalización o hasta los los 30 días del alta; y factores de mal pronóstico de COVID-19 (diabetes mellitus [DM], enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], hipertensión arterial [HTA], enfermedad renal crónica [ERC], cardiomiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, asma, obesidad, síndrome de apnea-hipopnea del sueño [SAHS], cáncer). Se tuvieron en cuenta los siguientes síndromes geriátricos: deterioro cognitivo, delirium, incontinencia urinaria, caídas, inmovilidad, polifarmacia y úlceras por presión. La sintomatología asociada a la infección se clasificó en sintomatología típica (fiebre, disnea, tos, dolor torácico, síntomas gastrointestinales, pérdida de olfato o gusto, hiporexia, mialgias y fatiga) y atípica (delirium, incontinencia urinaria, caídas, inmovilidad).
Con el objetivo previamente descrito, se realizó una llamada telefónica para la obtención del consentimiento informado, para la confirmación de la información recogida a través de la historia médica informatizada de los pacientes y para completar el seguimiento. Toda la información se recogió y registró en una base de datos de manera seudoanonimizada. Se obtuvo consentimiento verbal de la mayoría de los participantes tras la explicación de los objetivos y métodos del presente estudio. Sin embargo, también se recogieron datos de pacientes cuyo consentimiento no pudo ser obtenido directamente (por fallecimiento, no localización de familiares, deterioro cognitivo, y/o escaso soporte social), a través de la obtención del consentimiento de su equipo médico responsable. La aceptación en la participación, así como el responsable en darla, se registró en la historia clínica informatizada de cada paciente.
El actual estudio cuenta con la aceptación del Comité de Ética del Hospital Universitario de Navarra (PI_2020/88).
Análisis estadísticoLas variables continuas se describen con medias y desviaciones estándar y las categóricas con número total y porcentajes. Estratificada la población según el factor de interés (mortalidad, cambios en la funcionalidad, etc.), las comparaciones de variables continuas entre estratos (análisis bivariantes) se han realizado, si cumplen criterios de normalidad (test de Kolmogorov-Smirnov) con métodos paramétricos como el test de la t de Student o análisis de varianza o, de no cumplir normalidad, bien con una transformación previa de las variables o aplicando pruebas no paramétricas (prueba U de Mann-Whitney o Kruskal-Wallis). En el contraste bivariante con variables categóricas mediante el test de Chi-cuadrado o exacto de Ficher. Se emplearon análisis multivariable para examinar los factores asociados a la mortalidad y otros resultados (deterioro funcional, cambio en la puntuación Barthel); dependiendo de la naturaleza de la variable resultado, se emplearon técnicas como regresión logística o análisis de superviviencia mediante regresión de Cox, dando lugar a estimadores de la fuerza de la asociación de cada variable ajustada por el resto con intervalos de confianza del 95%. Se empleo el software R versión 4.2.2.
ResultadosSe obtuvieron datos de un total de 426 pacientes. La edad media fue de 83,2 años (DE: 14,8), siendo un 52,6% varones (224). La tabla 1 describe las características basales de los pacientes, siendo la hipertensión arterial, el tabaquismo, la enfermedad renal crónica y la obesidad las enfermedades crónicas más prevalentes. Asimismo, se ha registrado la frecuencia de presentación de síntomas típicos y atípicos de COVID-19 en estos pacientes, y la aparición de nuevos síndromes geriátricos durante o tras dicha enfermedad. Los síntomas típicos más frecuentes fueron: fiebre (74,5%), disnea (62%), tos (55,3%), astenia (28,4%) e hiporexia (36,2%), siendo raras (<15%) las mialgias, el dolor torácico o las alteraciones del gusto o el olfato. Tal y como muestra la figura 1, la presencia de síndromes geriátricos era más frecuente en aquellos pacientes que fallecieron durante el periodo de seguimiento. Hasta el 42,1% de los pacientes fallecidos durante el seguimiento (F), presentaron el delirium como síntoma de inicio de presentación de la enfermedad y este síndrome geriátrico se encontraba en el 63,2% de los pacientes en el momento del alta, sin embargo, este porcentaje disminuía hasta el 28,8 y 28,9%, respectivamente, en aquellos que estaban vivos al mes del alta hospitalaria (V). Además, al alta hospitalaria, aumentó la presencia de síndromes geriátricos en comparación con la situación basal, con aumentos en inmovilidad (F 40,4% y V 19,1%); en incontinencia urinaria (F 14,6% y V 9,5%); en úlceras por presión (F 10,5% y V 6,3%) y en polifarmacia (sin cambios en F y V 4%). Por otro lado, también se detectaron diferencias entre estos pacientes en el deterioro funcional medido por el índice de Barthel. En aquellos pacientes fallecidos durante el seguimiento, se encontraron peores situaciones funcionales, con Índice de Barthel basal de 56,76 (DE: 39,05), sin poder analizar los cambios en el momento del alta por ausencia de información. Sin embargo, aquellos pacientes vivos al mes de seguimiento, presentaban una mejor situación funcional basal, con puntuaciones medias de 81,12 (DE: 28,89) al ingreso, y con deterioro funcional asociado al ingreso con puntuaciones medias al alta de 70,08 (DE: 32,41) y de 75,55 (DE: 31,66) al mes de seguimiento. De manera similar, y como también se puede observar en la figura 1, el análisis de la situación social también muestra discrepancias. Aquellos pacientes que fallecen durante el seguimiento, es más frecuente que se encuentren institucionalizados y que cuenten con apoyos en domicilio, precisando también más ayudas en el momento del alta, en comparación con aquellos que están vivos al mes de seguimiento. La estancia hospitalaria media fue de 15,6 días. De los 426 pacientes analizados, 148 (34,7%) fallecieron en el hospital y 19 (4,5%) antes del mes tras el alta hospitalaria.
Características basales de la muestra
Edad, media (DE) | 82,3 (5,4) |
Sexo, n (%) | |
Varones | 224 (52,6) |
Mujeres | 202 (47,4) |
Enfermedades crónicas, n (%) | |
Hipertensión | 304 (71,7) |
Fumadores/exfumadores | 141 (33,6) |
Enfermedad renal crónica | 138 (32,5) |
Obesidad | 132 (32,4) |
Diabetes mellitus | 123 (28,9) |
Cáncer | 90 (21,2) |
Enfermedad cardiovascular | 74 (17,5) |
Cardiopatía isquémica | 69 (16,3) |
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica | 48 (11,3) |
Síndrome de apnea-hipopnea del sueño | 25 (5,9) |
Asma | 26 (6,1) |
Situación basal, media (DE) | |
Índice de Barthel | 75,2 (33,0) |
Índice de comorbilidad de Charlson | 6 (2,2) |
Situación social al ingreso, n (%) | |
Domicilio sin ayuda formal | 243 (57,9) |
Medio residencial | 147 (35,0) |
Domicilio con ayuda formal | 29 (6,9) |
DE: desviación estándar.
Con relación a la mortalidad y a las características basales de los pacientes (tabla 2), se objetivó que los pacientes fallecidos eran más mayores (p=0,01) y tenían un menor índice de Barthel (p<0,001). También era más frecuente en este grupo la presencia de incontinencia urinaria (p<0,001), trastorno neurocognitivo mayor (p<0,001) e inmovilidad (p<0,001). Asimismo, era más frecuente que los fallecidos, en comparación con los no fallecidos, tuvieran disnea (p<0,001), delirium (p<0,001), incontinencia urinaria (p<0,001) e inmovilidad (p<0,001) como síntoma de presentación de enfermedad. Dentro de las comorbilidades previas, tan solo la enfermedad renal crónica era significativamente más frecuente en los fallecidos (p=0,004). Por otro lado, la presencia de síntomas gastrointestinales (p=0,002) y de astenia (p=0,004) eran más frecuentes en los pacientes que no fallecieron. En el análisis de supervivencia (tabla 3), se encontró que un menor índice de Barthel (p=0,001), la presentación en forma de fiebre (p=0,039) y disnea (p=0,002), y el padecer enfermedad renal crónica (p≤0,001) eran factores predictores de mortalidad. Por otra parte, tal y como muestra la tabla 4, la presentación de enfermedad con incontinencia urinaria (p<0,004) o úlceras por presión (p=0,02) o la aparición de caídas durante el ingreso (p=0,049) se encontraron como predictores de deterioro funcional (pérdida en el índice de Barthel de más de 5 puntos) en el momento del seguimiento de los supervivientes.
Diferencias en características entre los pacientes vivos y los fallecidos
Vivos (n=257) | Fallecidos (n=167) | Valor de p | |
---|---|---|---|
Características basales | |||
Edad (mediana [IQR]) | 82 [78-86] | 84 [80-88] | 0,01 |
Género femenino | 135 (52,2) | 67 (40,1) | 0,016 |
Índice de Barthel (mediana [IQR]) | 97,5 [75-100] | 75 [30-100] | <0,001 |
Índice de comorbilidad de Charlson (mediana [IQR]) | 6 [4-7] | 6 [5-8] | <0,001 |
Factores de riesgo relacionados | |||
Hipertensión arterial | 179 (69,9) | 124 (74,7) | 0,340 |
Diabetes mellitus | 72 (28,0) | 50 (30,1) | 0,721 |
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica | 24 (9,4) | 23 (13,9) | 0,204 |
Obesidad | 74 (29,7) | 57 (36,3) | 0,203 |
Enfermedad renal crónica | 69 (27,0) | 68 (40,7) | 0,004 |
Síndromes geriátricos previos | |||
Inmovilidad | 18 (7,3) | 31 (19,5) | <0,000 |
Incontinencia urinaria | 77 (31,3) | 81 (50,3) | <0,001 |
Deterioro cognitivo mayor | 43 (16,9) | 56 (34,4) | <0,001 |
Caídas | 43 (18,1) | 27 (21,3) | 0,550 |
Polifarmacia | 201 (78,8) | 145 (87,3) | 0,035 |
Síntomas y signos de presentación | |||
Disnea | 124 (48,2) | 111 (66,9) | <0,001 |
Tos | 165 (64,2) | 98 (59,4) | 0,373 |
Fiebre | 185 (72,3) | 128 (77,6) | 0,270 |
Síntomas gastrointestinales | 115 (44,7) | 47 (28,8) | 0,002 |
Astenia | 114 (44,4) | 49 (29,7) | 0,004 |
Delirium | 48 (18,8) | 60 (36,1) | <0,001 |
Caídas | 23 (9,1) | 15 (9,1) | 1,000 |
Incontinencia urinaria | 104 (40,8) | 113 (69,3) | <0,001 |
Inmovilidad | 67 (26,4) | 108 (66,3) | <0,001 |
IQR: rango intercuartílico.
Si no se indica de otra manera, los datos están presentados como número de pacientes (%). Las diferencias significativas se consideran con valores de p<0,05.
Factores relacionados con la mortalidad
Predictores | Coeficiente de regresión (IC) | Valor de p |
---|---|---|
Características basales | ||
Edad | 1,04 (0,99-1,08) | 0,122 |
Género femenino | 0,81 (0,49-1,34) | 0,417 |
Índice de Barthel | 0,99 (0,98-1,00) | 0,001 |
Factores de riesgo relacionados | ||
Hipertensión arterial | 1,04 (0,61-1,75) | 0,892 |
Cardiopatía isquémica | 1,44 (0,83-2,50) | 0,200 |
Enfermedad cerebrovascular | 0,99 (0,56-1,75) | 0,967 |
Diabetes mellitus | 0,83 (0,51-1,35) | 0,451 |
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica | 0,66 (0,35-1,25) | 0,199 |
Asma | 1,28 (0,58-2,81) | 0,541 |
Obesidad | 1,42 (0,87-2,29) | 0,157 |
Síndrome de apnea-hipopnea del sueño | 1,28 (0,48-3,41) | 0,622 |
Enfermedad renal crónica | 2,71 (1,69-4,32) | <0,001 |
Cáncer | 0,23 (0,04-1,16) | 0,074 |
Tabaquismo | ||
Exfumador | 0,93 (0,54-1,62) | 0,806 |
Fumador activo | 0,82 (1,33-3,15) | 0,771 |
Sintomatología típica de presentación | ||
Fiebre | 1,85 (1,03-3,33) | 0,039 |
Disnea | 2,11 (1,32-3,37) | 0,002 |
Tos | 0,74 (0,46-1,19) | 0,214 |
Dolor torácico | 1,51 (0,71-3,24) | 0,289 |
Síndromes gastrointestinales | 0,77 (0,49-1,23) | 0,277 |
Alteraciones del olfato | 0,24 (0,04-1,29) | 0,096 |
Alteraciones del gusto | 0,70 (0,21-2,34) | 0,565 |
Hiporexia | 0,74 (0,43-1,28) | 0,286 |
Mialgias | 0,90 (0,47-1,72) | 0,753 |
Astenia | 0,96 (0,58-1,60) | 0,871 |
IC: intervalo de confianza.
Factores relacionados con deterioro de Índice de Barthel en el seguimiento
Predictores | Coeficiente de regresión (IC) | Valor de p |
---|---|---|
Características basales | ||
Edad | 1,04 (1,00-1,09) | 0,062 |
Género femenino | 1,17 (0,67-2,05) | 0,582 |
Síndromes geriátricos previos | ||
Trastorno neurocognitivo menor | 0,67 (0,31-1,43) | 0,300 |
Trastorno neurocognitivo mayor | 1,38 (0,62-3,08) | 0,424 |
Incontinencia | 2,42 (1,32-4,41) | 0,004 |
Caídas | 1,08 (0,56-2,10) | 0,812 |
Inmovilidad | 0,69 (0,23-2,08) | 0,507 |
Polifarmacia | 1,41 (0,71-2,82) | 0,327 |
Úlceras por presión | 4,85 (1,76-13,42) | 0,002 |
Síndromes geriátricos de presentación | ||
Delirium | 1,25 (0,37-4,22) | 0,721 |
Inmovilidad | 0,60 (0,23-1,59) | 0,304 |
Caídas | 1,36 (0,60-3,04) | 0,459 |
Incontinencia | 0,98 (0,54-1,77) | 0,934 |
Síndromes geriátricos al alta | ||
Delirium | 0,83 (0,45-1,54) | 0,556 |
Caídas | 2,00 (1,00-3,98) | 0,049 |
Inmovilidad | 1,00 (0,53-1,89) | 0,989 |
Polifarmacia | 1,70 (0,61-4,73) | 0,307 |
Úlceras por presión | 0,72 (0,33-1,58) | 0,413 |
IC: intervalo de confianza.
En este estudio se ha observado que un 34,7% de los pacientes mayores de 75 años ingresados por infección por SARS-CoV-2 fallecieron durante la hospitalización, ascendiendo este porcentaje al 39,2% tras un mes del alta hospitalaria, cifras similares a las reportadas en otros estudios5,9. Este dato destaca la importancia de implementar medidas de prevención y tratamiento específicamente enfocadas en el paciente mayor que ingresa en el hospital por SARS-COV-2, a través de protocolos y estudios de investigación específicos.
A pesar de haber observado que los pacientes fallecidos eran más mayores, presentaban peor estado funcional, mayor comorbilidad y mayor prevalencia de trastorno neurocognitivo mayor, de estos factores, tan solo el peor estado funcional previo se identificó como un factor predictor de mortalidad por SARS-CoV-2. Por un lado, estos datos apoyan la evidencia científica existente sobre el mayor impacto que esta infección ha tenido en las personas mayores y en aquellas con mayor comorbilidad10, incluidas aquellas con deterioro cognitivo mayor11. Pero cabe resaltar el hecho de que la edad no se encontrara como predictor de mortalidad en el análisis de supervivencia, lo que coincide con los estudios llevados a cabo por los grupos de Gálvez-Barrón et al.12 y Covino et al.13. Sin embargo, Ho et al.14 y Ramos-Rincon et al.15 concluyeron que la edad es factor predictor de mortalidad independiente de otros factores de riesgo, aunque hasta en un tercio de los pacientes analizados en el primer estudio, una peor función pulmonar, la hipertensión, la debilidad muscular y múltiples afecciones crónicas mediaban este aumento de mortalidad. El estudio del grupo de Piers et al.16 realizado en pacientes mayores de 80 años, detectó la fragilidad y no la edad como predictor de mortalidad, independiente incluso del desarrollo de insuficiencia respiratoria. En este estudio, tampoco el sexo o el número de comorbilidades se relacionaron con mayor mortalidad hospitalaria. Estos datos pueden sugerir que un mayor grado de dependencia o peor estado funcional, son mejores predictores de mortalidad que la edad en este grupo de pacientes. Aunque la evidencia es escasa en cuanto a los estudios que han evaluado el impacto del estado funcional de los pacientes mayores hospitalizados en la mortalidad por SARS-CoV-2, algunos estudios han encontrado que una peor situación basal era un factor predictor de mortalidad. Wang et al.17, objetivaron que el índice de Barthel era una variable predictora de mortalidad tras corregir por mediciones de constantes vitales como la temperatura, la tensión arterial media, el pulso o la saturación de oxígeno. En cuanto al impacto que la enfermedad por SARS-CoV-2 y la hospitalización pueden tener en la situación funcional, vemos cómo, a pesar de presentar una recuperación al mes de seguimiento, esta no es total. Esto concuerda con los resultados de Andrew et al.18, quienes muestran el impacto de la hospitalización por virus influenza y otros virus respiratorios en la situación funcional de pacientes mayores de 65 años. Estos autores insisten en la importancia de la prevención del deterioro funcional asociado a la hospitalización, así como de las medidas preventivas de dichos virus (por ejemplo, la vacunación) o en las medidas que se pueden implementar para poder evitar la hospitalización de los pacientes mayores. En nuestro estudio, la ausencia de recuperación de situación funcional basal se ve reflejado en una mayor necesidad de ayudas en domicilio o mayores tasas de institucionalización. Esto concuerda con los resultados de Hill et al.19, que exponen el aumento de costes sociales y sanitarios asociados al deterioro funcional asociado a la hospitalización en las personas con enfermedad de Alzheimer. Hasta el momento, la intervención con mayor efectividad en la prevención y el tratamiento del deterioro funcional asociada a la hospitalización es el ejercicio físico multicomponente20, siendo este también capaz de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por último, el actual estudio muestra cómo síndromes geriátricos altamente prevalentes como lo son la incontinencia urinaria, las úlceras por presión y las caídas, se asocian al deterioro funcional de los pacientes hospitalizados con caídas en índice de Barthel de más de 5 puntos. De acuerdo con la literatura previa21, la existencia de medidas estandarizadas que valoren el riesgo y la existencia de dichos síndromes, puede ayudar en su manejo y prevención y, por lo tanto, disminuir su impacto en el deterioro funcional.
Dentro de las comorbilidades evaluadas, se incluyeron aquellas previamente relacionadas con peor pronóstico en la infección por SARS-CoV-2, como la hipertensión arterial, la diabetes, la enfermedad cardiovascular o la enfermedad renal crónica22,23. En el presente estudio, tan solo la presencia de enfermedad renal crónica se detectó como factor predictor de mortalidad. A pesar de la limitación de no haber evaluado parámetros analíticos indicativos de función renal, este hallazgo concuerda con otros estudios24.
Además de la conocida alta prevalencia de síntomas «típicos» de enfermedad, como son la fiebre o la disnea, las personas mayores con enfermedad por SARS-CoV-2 también tienen una alta prevalencia de presentación de enfermedad con síntomas «atípicos». De estos, el más frecuente en este estudio ha sido el delirium, con una prevalencia en el momento del diagnóstico del 25,7 y del 50,8% durante la hospitalización, y con una asociación estadísticamente significativa con una mayor mortalidad, datos similares a los publicados recientemente en la revisión sistemática llevada a cabo por Shao et al.25. Esta alta prevalencia puede ser explicada tanto por los factores de riesgo basales del paciente, como por la severidad de la enfermedad o el efecto directo de la infección en el sistema nervioso central26. Siendo el delirium una forma de presentación muy frecuente de enfermedad en el paciente mayor, y representando un mayor riesgo de mortalidad y otros efectos adversos, debemos investigar los factores predisponentes y precipitantes, así como abordar de manera precoz este síndrome con el objetivo de aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes27. Otras presentaciones atípicas en forma de síndromes geriátricos fueron la inmovilidad y la incontinencia urinaria, también relacionadas con mayor mortalidad. La presentación atípica de la enfermedad en los pacientes mayores está cada vez más reportada en la literatura28, destacando así la importancia de la identificación precoz de dichos síntomas mediante una adecuada valoración geriátrica integral (VGI) para un correcto plan de abordaje diagnóstico y terapéutico.
Un hallazgo novedoso de este estudio es la presencia de síntomas gastrointestinales más frecuentemente en los pacientes que sobrevivieron (44,7%) frente a aquellos que fallecieron (28,8%) (p=0,002). Elmunzer et al.29 no encontraron asociación independiente significativa entre la presencia de síntomas gastrointestinales y mortalidad en una muestra de casi 2.000 pacientes. Livanos et al.30 explican que, siendo la mayoría de síntomas gastrointestinales identificados como leves, es posible que el aparato digestivo se presente como barrera para prevenir una mayor respuesta inflamatoria. En el presente estudio, y de manera similar, la astenia también era más frecuente en aquellos pacientes que sobrevivieron (44,4%) que en aquellos que fallecieron (29,7%) (p=0,004). En el momento actual, no existe evidencia sobre la posible implicación diagnóstica y pronóstica que este dato puede conllevar en la enfermedad por SARS-CoV-2, pero una de nuestras principales propuestas es que la presencia de astenia en los pacientes con enfermedad más grave pueda haber sido enmascarada por la presencia de otros síntomas y, por lo tanto, infradiagnosticada.
Una de las mayores fortalezas del presente estudio es la focalización en el paciente mayor (en este caso mayor de 75 años), el tamaño muestral y la evaluación de síndromes geriátricos durante el ingreso hospitalario. Además de ser un estudio realizado en un único centro, la principal limitación es su naturaleza retrospectiva, pudiendo haber perdido características menos relevantes o más difíciles de recordar. Para intentar minimizar dicho sesgo, se han llevado a cabo entrevistas estructuradas, con preguntas específicas por cada síntoma evaluado. Otra posible limitación radica en que los datos evolutivos a los cambios en el índice de Barthel han sido recogidos tan solo de aquellos pacientes vivos tras la hospitalización, por lo que este aspecto dificulta la interpretación y generalización de los resultados.
ConclusionesLa infección por SARS-CoV-2 ha provocado elevadas tasas de mortalidad en las personas mayores. En este estudio, la enfermedad renal crónica, un peor estado funcional previo, así como la presentación en forma de fiebre o disnea, fueron predictores de mortalidad. Además, la forma de presentación atípica de enfermedad (sobre todo en forma de síndromes geriátricos y, más específicamente, en forma de delirium) es frecuente, destacando la importancia de la realización de una VGI que permita establecer una sospecha diagnóstica y un correcto abordaje terapéutico los más precoz posible. Son necesarios más estudios que evalúen el impacto que la enfermedad por SARS-CoV-2 y la hospitalización tiene en el paciente mayor, con el objetivo de implementar las medidas preventivas, diagnósticas y terapéuticas necesarias, para evitar el deterioro funcional, los síndromes geriátricos y los eventos adversos en salud relacionadas con los mismos.
FinanciaciónEsta investigación ha sido financiada por: Resolución 856/2022 Gobierno de Navarra (España). Concesión de financiación para la intensificación de la actividad investigadora en los centros del Servicio Navarro de Salud Osasunbidea durante el año 2022. Expediente: 0011-4264-2022-000000.
AutoríasConceptualización: C.C., I.M-E., F.R.E., M.S.L. y A.C.-H.; Metodología: C.C., I.M-E. y A.C.-H.; Investigación y análisis formal; C.C., I.M-E., F.R.E., M.S.L., N.J.G.M., A.P.V. y J.L.-L.; Escritura del borrador original: C.C., I.M-E. y A.C.-H.; Revisión y edición del borrador definitivo: C.C. y A.C.-H. Todos los autores han leído y aceptado la publicación de esta versión del manuscrito.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Los autores agradecen a los pacientes, a las familias, a los cuidadores y al personal sanitario participante del Hospital Universitario de Navarra su desinteresada participación en este estudio. Asimismo, los autores agradecen la ayuda a la Unidad de Metodología de Navarrabiomed.