Sr. Editor:
La demanda asistencial creciente, conforme crece la población mundial, de servicios medicosanitarios hace que actualmente se acepte la realización de cirugía menor en forma ambulatoria e incluso extrahospitalaria1, así como su ejecución por médicos de atención primaria, tanto médicos generales como médicos de familia, lo que incrementa la resolutividad de dicho nivel asistencial2, mejorando además el cribado de la enfermedad dermatológica maligna3,4, debido al gran número de pacientes comúnmente atendidos en este ámbito. Además de mejorar la resolutividad y el cribado, la ejecución de procedimientos quirúrgicos menores en este ámbito permite reducir considerablemente los tiempos de espera en la atención, así como el grado de satisfacción de los pacientes5,6.
El Centro de Salud Hualpencillo, Talcahuano, Región del Bío-Bío, Chile, inició en 1993 la atención de pacientes con enfermedad quirúrgica menor en un policlínico, que desde junio de 1993 a diciembre de 2002 ha efectuado 3.040 intervenciones menores. Dado que existen muy pocas referencias e investigación sobre este tema en adultos mayores, nos ha parecido interesante dar a conocer nuestra experiencia de 10 años en este ámbito.
En un estudio descriptivo retrospectivo de todos estos procedimientos quirúrgicos menores realizados hemos obtenido una muestra de 169 personas mayores de 60 años, lo que representa un 5,6% del total de intervenciones menores realizadas en el período. La mediana de edad fue de 68 años, con un rango de 60-92 años, y el promedio de edad fue de de 70,4 años. Los pacientes operados eran mayoritariamente mujeres (68,7%). Los diagnósticos clínicos intraoperatorios más frecuentes se muestran en la tabla 1, y entre ellos destacan onicocriptosis, quiste sebáceo, papilomas, hiperqueratosis, onicomicosis y onicodistrofias, con porcentajes que van del 7 al 17%. Los procedimientos quirúrgicos efectuados para tratar estas condiciones clínicas fueron, en orden decreciente de frecuencia: ectomías (papilomectomías, quistectomías, onicectomías, fistulectomías, granulomectomías, extirpación de nevos, lipomectomías), fulguración con electrobisturí, artrocentesis, biopsias incisionales y drenajes, punciones-aspiraciones con aguja fina (PAAF) y, finalmente, plastias. En 18 (10,6%) pacientes no se realizó ningún procedimiento quirúrgico. La distribución de biopsias solicitadas por el médico-cirujano que efectuó el procedimiento alcanzó un 25,4% de la muestra en estudio.
Los diagnósticos histopatológicos observados presentaron una distribución amplia, con un discreto predominio de los papilomas (14%), los nevos (13,9%), los quistes queratinosos epidérmicos (11,6%), los lipomas (11,6%) y los granulomas (9,3%). La correlación entre los diagnósticos operatorio y anatomopatológico alcanzó un 74,4%.
Un aspecto previamente investigado es la correlación diagnóstica entre la clínica y la anatomía patológica, esto es, entre el diagnóstico prequirúrgico y su correlato con el diagnóstico histopatológico7. En un trabajo de Arribas Blanco et al8 se estableció un 84,1% de acuerdo entre el diagnóstico clínico y el de laboratorio, y se concluyó que la cirugía menor en atención primaria es posible en la medida que los médicos de familia reciban la formación apropiada y todas las muestras sean enviadas a biopsia. En algunos trabajos se ha cuestionado la utilidad y efectividad de las biopsias de piel efectuadas por médicos generales o de familia, particularmente en lo relativo al diagnóstico o sospecha oportuna de malignidad, especialmente respecto del melanoma maligno3,9, así como la calidad de la exéresis realizada9. Trabajos más recientes parecen confirmar que la calidad de dicha exéresis se relaciona con la ejecución técnica por especialistas10, aunque la correlación diagnóstica pre y posquirúrgica no varía categóricamente por este hecho. La eficiencia de la cirugía menor en términos de costes también se ha evaluado positivamente, estableciendo que su coste-efectividad es mejor cuando se realiza en el nivel primario de atención que en otros centros públicos o privados11. Un estudio observacional, retrospectivo, de un año, realizado en España, ha revelado que un programa regular de cirugía menor en el ámbito primario redujo el coste en comparación con el nivel privado especializado, y además redujo las listas de espera en especialidades como cirugía o dermatología12. Un estudio prospectivo francés fue menos concluyente, aunque sí estableció la dificultad de ahorrar dinero sin reducir la calidad de la atención quirúrgica13.