Objetivos: Describir un caso clínico de epilepsia en el anciano, destacando el impacto funcional y potencial generador de síndromes geriátricos.
Métodos: Descripción retrospectiva. Se revisa la historia clínica del paciente incluyendo situación previa: médica y funcional, consulta que motivó el inicio del estudio y el seguimiento posterior. Se ha utilizado la información clínica registrada en el aplicativo del hospital y se ha consultado al neurólogo responsable del paciente.
Resultados: Mujer de 77 años con antecedentes a destacar: HTA, adenocarcinoma de colon intervenido quirúrgicamente y libre de enfermedad, BAV de primer grado y epilepsia de larga evolución tipo ausencia y difícil manejo. Estable con levetiracetam y eslicarbamazepina (efectos secundarios más frecuentes son depresión, hiponatremia y bloqueo auriculoventricular). Consultó a urgencias por inestabilidad cefálica con una caída que le provocó una fractura metadiafisaria radiocubital. La valoración geriátrica integral evidenciaba dependencia leve para ABVD (índice de Barthel 85/100), dependencia para AIVD; no deterioro cognitivo, depresión, vivía autónomamente; no déficit sensitivo, no alteraciones nutricionales; comorbilidad según Charlson: 2; síndromes geriátricos: depresión, insomnio, estreñimiento, incontinencia, polifarmacia. Concluyendo con un índice frágil: VIG: 0,24. Se guió la aproximación diagnóstica según algoritmo de síndrome de caídas. Se descartaron mediante semiología y exploraciones complementarias origen cardiogénico, infeccioso, neurológico. Se identifica como causa hiponatremia secundaria a SiADH, cuyo fármaco responsable era la eslicarbamazepina. Se redujo su dosis y se asoció a clobazam. Recidivó la crisis y se aumentó de nuevo. Re-consulta por inestabilidad de la marcha y se halla hiponatremia. Se retira eslicarbamacepina e inicio de lacosamida. Empezó con temblor distal y diplopía (efectos adversos frecuentes de lancosamida). Por recidiva repetida de crisis se aumentaron las dosis de FAE. Tras este proceso la VGI cambió: aumento de dependencia con índice de Barthel 40/100, demencia (GDS6c equivalente), institucionalizada, sensitivo (diplopía ocasional). El IF-VIG: 0,44.
Conclusiones: La epilepsia en el anciano supone una patología con potencial impacto negativo en la funcionalidad y calidad de vida, siendo generadora de síndromes geriátricos, riesgo de exclusión social, elevando el nivel de fragilidad. Se beneficia de un abordaje global que aplique la valoración geriátrica integral. La epilepsia es un factor de riesgo para las caídas, por la clínica y los efectos secundarios de los FAE. El perfil de efectos adversos de los FAE será determinante para su elección en la población anciana.