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Vol. 34. Núm. 1.
Páginas 25-33 (enero 1998)
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Estado de salud y calidad de vida de un colectivo de ancianos institucionalizados
Health status and quality of life in a group of institutionalized elderly patients
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R.. Farré Rovira, I.. Frasquet Pons, R.. Romá Sánchez
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Estado de salud y calidad de vida de un colectivo de ancianos institucionalizados

Farré Rovira, R.; Frasquet Pons, I. y Romá Sánchez, R.

Area de Nutrición y Bromatología. Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Bromatología, Toxicología y Medicina Legal. Facultat de Farmàcia. Universitat de València. Estudi General. Burjassot (Valencia).

Correspondencia: Dra. R. Farré Rovira. Dpto. de Medicina Preventiva. Facultat de Farmàcia. Avgda. Vicent Andrés Estellés, s/n. 46100 Burjassot (Valencia). E-mail: rosaura.farre@uv.es.

Recibido el 29-1-98; aceptado el 9-9-98.


RESUMEN

INTRODUCCION: El incremento de la esperanza de vida puede afectar a la calidad de vida, sobre la que también puede influir la necesidad de recurrir, en edades avanzadas, a una residencia geriátrica.

OBJETO: Valoración del estado de salud y de la calidad de vida, tal como la perciben los propios usuarios, de un colectivo de ancianos válidos institucionalizados.

MATERIAL Y MÉTODOS: Estudio descriptivo basado en la información obtenida de las historias clínicas individuales, los datos analíticos y una entrevista personal.

RESULTADOS: Los valores analíticos de más del 50% de la población se encuentran incluidos en los intervalos de referencia, aunque el 96% padece alguna enfermedad crónica y el 79% presenta comorbilidad. Las enfermedades más usuales en ambos sexos son las cardiovasculares, seguidas de las osteoarticulares, digestivas y neurológicas. Los grupos terapéuticos relacionados con estas patologías son los fármacos más utilizados. El 76% califica de «regular» su estado de salud, tanto los que están más sanos (60%) como los que realmente padecen graves dolores o discapacidades (15%) y, aunque el 83% mantiene una buena capacidad física, aparte de ver televisión y conversar, se limita a pasear.

CONCLUSIONES: En opinión de los residentes, la atención sanitaria, las instalaciones y los servicios del centro son satisfactorios, aunque no están conformes con los aspectos relativos a su alimentación y el 81% considera que, globalmente, goza de una buena calidad de vida.

Palabras clave

Ancianos. Institucionalización. Indicadores de estado de salud. Indicadores de calidad de vida.

Health status and quality of life in a group of institutionalized elderly patients

SUMMARY

INTRODUCTION: The increase that life expectancy had undergone can affect the people quality of life, that can also be influenced by the need at an advanced age to go to a geriatric home.

OBJECT: The purpose of this study is to evaluate the health status and quality of life of a group of non disabled elderly people from a geriatric home.

MATERIAL AND METHODS: Descriptive study based on the data obtained from the individual clinical histories, analytical values and personal interviews.

RESULTS: The analytical values of more than 50% of the people are in the reference ranges, although 96% of them are suffering from a chronic disease and 79% showed comorbility. In both sexes the most usual diseases are cardiovascular, followed by osteoarticular, digestive and neurological ones. The most widely used drugs belong to therapeutic groups related to these pathologies. The health status was qualified as average by 76% of the group, including both healthy individuals (60%) and those suffering severe pains and disabilities (15%), and although 83% maintained a good physical capacity, their activity apart from watching television and talking was limited to walking.

CONCLUSIONS: According to the residents'' opinion the health care, facilities and social services at the home were stisfactory, although they did not agree with some aspects of the catering, and 81% of the group considered that, on the whole, they enjoyed of a good quality of life.

Key words

Old people. Institutionalization. Indicators of health status. Indicators of quality of life.


INTRODUCCION

La calidad de vida es un concepto subjetivo, relativo, difícil de definir y que se podría considerar tanto la ausencia de enfermedad como un estado de bienestar personal y social (1). El incremento de la esperanza de vida podría reducir su calidad, se considera que cada década de vida determina una reducción de las capacidades y que, en los más ancianos, se acumulan una serie de factores que pueden afectarla negativamente (1).

Las residencias son necesarias, pues constituyen una respuesta adecuada a los problemas de las personas de edad avanzada que viven solas o que se ven abandonadas por la familia, pero, para diversos autores (2-4), la institucionalización debería ser el último recurso, ya que una de sus consecuencias es la pérdida de la calidad de vida. El anciano se ve obligado a compartir su vida con personas desconocidas, a adaptarse a horarios, hábitos y dietas extrañas (2, 5) y tienen más posibilidades de enfermar (6). Su vida se caracteriza por una gran pasividad, una convivencia conflictiva y una fuerte tendencia al aislamiento (7), además, en el momento de su ingreso, su estado de salud suele ser ya precario. Los principales factores de riesgo de institucionalización son: edad superior a los 70 años, soledad, demencia, inmovilización, viudedad, ausencia de apoyo de parientes, problemas médicos, depresión, aislamiento social y el alta reciente del hospital (8).

El estado de salud de los residentes es muy heterogéneo (9). Diversos estudios señalan, en ancianos institucionalizados, una mayor prevalencia de muchas patologías (5). A medida que el nivel de incapacidad, de dolor o de ansiedad aumentan, la calidad de vida se reduce, aunque también influyen otros factores (1, 10-13) como la capacidad intelectual, las relaciones personales, la situación económica, el estado emocional, la sensación de utilidad, el grado de control de la propia vida, la capacidad de elección y la satisfacción de la vida en general. Todos estos aspectos son muy relativos y pueden variar considerablemente de unos ancianos a otros, desconociéndose cuál de ellos tiene mayor relevancia (12), por ello, la evaluación de la calidad de vida de los ancianos no resulta sencilla (8) aunque diversos autores (1, 8, 10-13) coinciden en considerar la función física, el bienestar somático, la función psicológica, la actividad social y la suficiente disponibilidad económica, entre los principales criterios que la determinan.

El objeto del presente trabajo es la valoración del estado de salud y calidad de vida, tal y como la perciben los propios usuarios, de un colectivo de ancianos válidos institucionalizados.

PACIENTES Y MÉTODOS

El período de recogida de datos abarca desde octubre de 1993 a julio de 1994. En este tiempo, de los 200 residentes válidos de la Residencia Geriátrica Mixta Asistida de Carlet (Valencia), dependiente de la Generalitat Valenciana y la mayor de esta Comunidad Autónoma, se entrevista a 163 (81,5%), 59 hombres y 104 mujeres con edades comprendidas entre los 52 y los 94 años. El resto no realiza la entrevista por no querer contestar (6,5%), haber sido trasladados al pabellón de asistidos o al hospital (9,5%) o haber fallecido (2,5%).

Para determinar la validez de un anciano concreto, el Centro utiliza un cuestionario con el que se determina el índice de dependencia de la enfermería. Se aplica a los nuevos ingresos y, periódicamente, a todos los residentes de cada planta por los enfermeros adscritos a cada una de ellas. Para ingresar y permanecer en el pabellón de válidos, las patologías que presenten los ancianos no deben determinar su confinamiento en cama o silla de ruedas y permitir el desempeño de todas las tareas básicas de aseo personal, autoalimentación, deambulación, automedicación y convivencia.

Tras solicitar y obtener los permisos pertinentes por parte de la Dirección del Centro y estudiar cada historia clínica se cita, por parte de un único encuestador y con un día de antelación, a cada residente para una entrevista individual (45 a 60 minutos) en un despacho del propio Centro y en horario compatible con sus actividades habituales. Después de explicarles el propósito del trabajo y la confidencialidad de los datos aportados, se les pide su participación en la encuesta que recoge información y su opinión sobre algunos aspectos que pueden influir sobre su estado de salud y calidad de vida. En la misma sesión se toma la presión arterial y se solicita la analítica pertinente. En la mayoría de las entrevistas se alcanza un notable grado de confianza y libertad de comunicación. El residente suele hablar de todo tipo de temas y, frecuentemente, relaciona las respuestas con su situación social y familiar, tanto anterior como actual. Son habituales las referencias a su trabajo anterior, cónyuge, hijos, tipo de relaciones, visitas, regalos, llamadas telefónicas, salidas a comer en días festivos o vacaciones, etc.

El protocolo de encuesta consta de tres grandes apartados:

a) Datos sociodemográficos: nombre, edad, estado civil, número de hijos, profesión desempeñada durante su vida activa, nivel de estudios, fecha y motivo de su ingreso en el Centro. En parte, se obtienen de la historia clínica y en parte del propio residente.

b) Datos sobre el estado de salud: se obtienen de distintas fuentes (historia clínica, entrevista, medidas directas y observación personal) e incluyen:

­ Una valoración global de su estado de salud, como elemento determinante de su calidad de vida, observada desde el punto de vista del entrevistado, mediante la matriz de Rosser y Kind (14), indicador multiatributos estructurado en dos niveles: uno de capacidad física y social, con cinco grados que varían, ya que se trata únicamente de ancianos válidos, desde «ausencia de incapacidad» (I), «ligera incapacidad social» (II), «ligera incapacidad social y/o deterioro del desempeño de sus actividades habituales» (III), «severas limitaciones para desempeñar las actividades habituales» (IV), hasta «ancianos confinados excepto para salidas acompañados y breves paseos y sólo capaces de realizar unas pocas tareas» (V) y otro de sufrimiento (ansiedad y/o dolor) con cuatro gradaciones: «ninguno» (A), «ligero» (B), «moderado» (C) y «grave» (D). Esta prueba permite valorar el grado de incapacidad y el sufrimiento que éste representa, desde el punto de vista del paciente. De acuerdo con los resultados obtenidos al aplicar este test a población residente en la Comunidad Valenciana (10) se considera que el estado de salud es «bueno» si el resultado es IA, 2A o IB; «regular» si es IIIA, IIB, IC, IIIB, IVA, IIC o IIIC; «deficiente» si es IVB, ID, VA, IVC y «malo» si se obtiene alguna de las otras puntuaciones posibles.

­ Una valoración subjetiva de su estado general de salud, capacidad física, vista, oído, apetito, masticación y habilidad manual para realizar tareas como vestirse, asearse, etc., calificadas como de «buena», «regular» o «deficiente/mala». Al tiempo, el propio residente, según su propia impresión, y el encuestador, a partir de los datos que figuran en la historia clínica y por observación directa, valoran si la salud psíquica de cada entrevistado, en principio buena, ya que se trata de residentes válidos, es adecuada o si existen problemas especiales como pérdida de memoria (referenciada siempre por el propio encuestado), alteraciones conductuales (indicadas en la historia y/o percibidas por el entrevistado o por el encuestador), estados depresivos o de ansiedad (indicados en la historia, manifestados por el residente y/o percibidos por el encuestador). Cada uno de estos parámetros se califica como de «bueno o adecuado», «regular» o «deficiente-malo».

­ La medida de la presión arterial durante la entrevista, en sedentación y procurando que el paciente se encuentre relajado y cómodo, por el método auscultatorio, con un esfingomanómetro de mercurio con ajuste a 0 (ICO-Medical) y expresando el resultado en mm de Hg. Este parámetro permite diferenciar, según sus valores de presión sistólica (>160 mm Hg) y diastólica (>95 mm Hg), a los residentes hipertensos del resto, según los criterios epidemiológicos adoptados en el Documento Consenso para el control de la hipertensión arterial en España (15).

­ Las patologías crónicas que figuran en la historia clínica. Los residentes se clasifican según sufran ninguna, una, dos, tres o más de tres enfermedades crónicas y se estudia la frecuencia relativa de las distintas patologías en la muestra poblacional.

­ El número de fármacos y/o suplementos minero-vitamínicos distintos que consumen de manera habitual y el tipo al que pertenecen, según la clasificación anatómica de Grupos Terapéuticos en España (16). Los residentes se clasifican según no utilicen ninguno o consuman de uno a dos, de tres a cuatro o más de cuatro fármacos o suplementos distintos. Asimismo se establece una clasificación de los fármacos según su frecuencia de utilización por parte del colectivo estudiado.

­ Los valores, obtenidos en los últimos tres meses o en el siguiente a la entrevista: de recuento de hematíes, leucocitos y linfocitos totales, concentración de hemoglobina y valor hematocrito, seroalbúmina y hierro sérico. Todos los análisis se realizan en el Laboratorio de Análisis Clínicos del Centro de Especialidades de Alzira (Valencia). La hematología mediante un autoanalizador automático Coulter, el hierro sérico por el método sin desproteinización con Ferrozine y la albúmina, por el método del verde de bromocresol. Los valores de referencia, suministrados por el propio laboratorio, se muestran en la tabla I.

Tabla I. Valores de referencia (VR) de la presión arterial y de algunos índices hematobioquímicos, valores medios (X ± DS) y distribución en percentiles (P), según los valores de la población estudiada.


X ±DS VR (P)5 (P)10 (P)25 (P)50 (P)75 (P)90 (P)95

Mujeres (n= 102)
P. A. sistólica (mm Hg)144 ±17 •160 120,0 120,0 130,0 140,0 160,0 170,0 170,0
P. A. diastólica (mm Hg)79,4 ±11,5 •95 65,7 70,0 70,0 80,0 90,0 90,0 98,5
Hematíes (x 10(6)/mL)4,5 ±0,4 4,3-5,5 3,7 3,9 4,3 4,5 4,8 4,9 5,1
Hematocrito (%)39,7 ±5,6 36-47 34,1 36,8 38,8 40,9 42,5 43,6 43,9
Hemoglobina (g/dL)13,5 ±3,3 12-16 11,3 11,9 12,6 13,5 14,1 14,4 14,7
Leucocitos (x 10(3)/mL)6,7 ±1,7 4-11 4,1 4,4 5,5 6,8 7,9 9,2 9,9
Linfocitos (x10(3)/mL)3,1 ±0,8 >=1,5 0,8 0,9 1,4 2,1 2,9 3,7 4,2
Albúmina (g/dL)4,6 ±0,3 >=3,5 4,0 4,2 4,4 4,6 4,8 5,0 5,1
Hierro (µg/dL)78,3 ±50,8 37-158 21,4 32,8 57,0 73,0 93,0 112,6 131,4
Hombres (n= 56)
P. A. sistólica (mm Hg)140 ±16 160 120,0 120,0 130,0 140,0 150,0 160,0 170,0
P. A. diastólica (mm Hg)79,0 ±11,5 •95 60,0 70,0 70,0 80,0 85,0 90,0 100,0
Hematíes (x 10(6)/mL)4,8 ±0,5 4,5-6,0 3,9 4,3 4,6 4,9 5,2 5,5 5,5
Hematocrito (%)44,4 ±4,5 39-54 36,9 37,7 42,0 45,1 47,6 49,5 50,4
Hemoglobina (g/dL)14,6 ±1,5 14-18 12,0 12,6 13,8 14,6 15,6 16,4 16,7
Leucocitos (x 10(3)/mL7,5 ±1,5 4-11 4,9 5,3 6,6 7,8 8,7 9,7 9,9
Linfocitos (x10(3)/mL)2,9 ±0,7 >=1,5 0,9 1,1 1,6 2,2 2,9 3,6 3,9
Albúmina (g/dL)4,5 ±0,7 >=3,5 4,1 4,2 4,3 4,6 4,8 4,9 5,0
Hierro (µg/dL93,7 ±34,2 37-158 41,8 44,9 68,5 90,0 120,0 143,3 150,1

(n)= Número de casos; (X ±DS)= Valor medio y desviación estándar.

c) Datos sobre su calidad de vida: entre los factores que más la afectan destacan (10): las enfermedades crónicas y, en su caso, su adecuado control; la capacidad física; la salud psíquica; las actividades diarias, como pasear, charlar con sus compañeros, leer, escuchar la radio, etc., y mantener unas relaciones agradables, tanto familiares como de convivencia con otros residentes y la calidad del propio Centro (instalaciones, servicios, atención sanitaria, alimentación, etc.) subjetivamente valorada por cada residente.

RESULTADOS

Como puede observarse en la tabla II, la edad promedio de los entrevistados (78 años) es mayor en las mujeres, de las que más de la mitad superan los 80 años, que en los hombres. La máxima corresponde a una mujer de 94 años y la mínima a un hombre de 52. Las mujeres predominan sobre los hombres y más de la mitad de ellas (tabla I) no tienen hijos y son viudas. La mayor parte de los hombres tampoco tiene hijos, pero es mayor el número de solteros que de viudos o de casados.

Tabla II. Datos sociodemográficos, causas de ingreso y tiempo de permanencia en la Residencia de la población estudiada.


Total (n= 163)Mujeres (n= 104)Hombres (n= 59)

Edad (años)
<=69 11,7% 5,8% 22%
70-79 41,1% 41,3% 40,7%
>=80 47,2%52, 9% 37,3%
Edad promedio
(X ±DS)78,4 ±7,179,7 ±6,276,1 ±8
Estado civil
Casado 20,8% 16,3% 28,8%
Viudo 46% 55,8% 28,8%
Soltero 30,1% 6,9% 35,6%
Separado 3,1% 1% 6,8%
Hijos
No 68,1% 66,3% 71,2%
31,9% 33,7% 28,8%
Estancia en la residencia
< 1 año 16% 18,2% 11,9%
1-5 años 54% 51% 59,3%
> 5 años 30% 30,8% 28,8%
Causa de ingreso
Incap. vivir solo 46,6% 52,9% 35,6%
Miedo soledad 12,3% 88,6% 18,6%
Buscar compañía 21,5% 23,1% 18,6%
Enf. cónyuge 11,6% 7,7,% 18,6%
Otros motivos 8% 7,7% 8,6%

(n)= Número de casos. (X ±DS)= Valor medio ±desviación estándar.e

Más de la mitad (tabla II) de la población estudiada lleva ingresada entre 1 y 5 años y, en todos los casos, las principales causas de ingreso son la incapacidad para vivir solos y la búsqueda de compañía.

El nivel cultural de los entrevistados (tabla III), sin diferencia entre sexos, es muy bajo, sólo 18 personas poseen un certificado de estudios primarios y sólo un hombre tiene formación superior. Las profesiones desempeñadas antes de la jubilación (tabla III) varían en función del sexo y muestran una clara relación con su nivel cultural. Así, predominan las mujeres dedicadas a las tareas domésticas y la mayor parte de los hombres son obreros o agricultores.

TABLA III. Nivel de instrucción y profesión desempeñada durante la vida activa de la población estudiada.

Total (n=163)Mujeres (n= 104)Hombres (n= 59)

Nivel de instrucción
Analfabetos 10,4% 10,6% 10,2%
Sin titulación 78% 78,8% 76,3%
Estudios primarios 11% 10,6% 11,8%
Grado medio — – –
Grado superior 0,6% – 1,7%
Profesión anterior
Tareas domésticas 34,3% 53,8% –
Agricultor 11,7% 4,8% 23,7%
Modista 11% 17,3% –
Servicio doméstico 8% 12,5% –
Obrero no cualificado 8% 3,8% 15,3%
Obrero cualificado 16,6% 2,8% 40,7%
Empleado 8,6% 3,8% 16,9%
Artista 1,2% 1% 1,7%
Industrial 0,6% – 1,7%

(n)= Número de casos.

Según los valores obtenidos a partir de la matriz de Rosser y Kind (tabla IV), el estado de salud del 60% de los participantes en el estudio se califica como «bueno», sin embargo, la mayoría de los residentes de ambos sexos y de todas las edades, opinan que su estado de salud es «regular» (tabla IV), incluso los que han obtenido calificaciones de «deficiente» o de «mala» en el test de Rosser y Kind.

TABLA IV. Distribución de la población según los valores obtenidos a partir del Test de Rosser y Kind (RK), de la valoración subjetiva (VS) del estado de salud, de la salud psíquica (SP) y de la capacidad física (CF).


Total (n= 163)Mujeres (n= 104)Hombres (n= 59)

RK
Buena 60,1% 54,8% 69,5%
Regular 22,1% 30,8% 15,3%
Deficiente 2,5% 2,9% 1,7%
Mala 12,3% 11,5% 13,5%
VS
Buena 22,7% 23% 22%
Regular 76,7% 76% 76%
Mala 0,6% 0% 1,7%
SP
Buena 95,1% 96,2% 93,2%
Regular 4,3% 3,8% 5,1%
Mala 0,6% 0% 0,6%
CF
Buena 83,4% 89,4% 72,9%
Regular 15,3% 9,6% 25,4%
Mala 1,2% 1,0% 1,7%

(n)= Número de casos.

La tabla I muestra que los valores medios de todos los índices hematológicos y bioquímicos, al igual que los de presión arterial sistólica y diastólica, se encuentran dentro de los intervalos de referencia y que el 25 y 10% de la población femenina y masculina, respectivamente, tiene elevada la presión sistólica y un 5%, en ambos sexos, la diastólica.

La distribución en percentiles de los parámetros analíticos muestra que para el recuento de hematíes, el 25% de los residentes de ambos sexos no alcanza el límite inferior de normalidad; los valores del hematocrito son inferiores al contenido de referencia en el 10% de las mujeres y en casi el 25% de los hombres; la concentración de hemoglobina es baja en el 10% y en el 50% de la población femenina y masculina, respectivamente; prácticamente el 50% de los hombres y el 25% de las mujeres presenta un contenido de linfocitos inferior a 1,5 x 103/mL, aunque el recuento total de leucocitos se mantiene normal; las concentraciones de seroalbúmina superan, en todos los casos, los 3,5 g/dL y que sólo el 10% de las mujeres muestran un contenido de hierro sérico inferior al valor de referencia.

El 96% de los residentes padece alguna enfermedad crónica que, con frecuencia, difiere en función del sexo, aunque en ambos corresponde a la patología cardiovascular la mayor incidencia (Fig. 1). Todas las mujeres padecen algún proceso crónico y el 83% dos o más. Los más comunes son (Fig. 1) las alteraciones cardiovasculares (63%), las osteoarticulares crónicas (61%), digestivas (41%) y neurológicas (37%). El 90% de los hombres sufre alguna patología crónica y el 73% presenta comorbilidad. Las más frecuentes son las cardiovasculares (49%), las broncopatías obstructivas (34%) y las alteraciones digestivas y neurológicas (31%). Excepto las enfermedades respiratorias obstructivas crónicas y las patologías genitourinarias, más frecuentes en los hombres, el resto de trastornos considerados son más comunes entre las mujeres.

Figura 1.Histograma de frecuencias de patologías crónicas en la población residente. CV= Cardiovasculares. HTA= Hipertensión.

OA= Osteoarticulares. MET= Metabólicas. DIG= Digestivas. NEURO= Neurológicas. RESP= Respiratorias. REN= Genitourinarias.

NEO= Neoplasias.

El consumo de medicamentos es mayor en las mujeres que en los hombres, sólo cuatro mujeres frente a 11 hombres, no utilizan ninguno de manera habitual y el 66% de la población femenina toma tres o más productos distintos. En ambos sexos, aunque con predominio femenino (Fig. 2), los productos farmacéuticos de mayor consumo pertenecen a los grupos terapéuticos A (laxantes, protectores gástricos, antidiabéticos, minerales, vitaminas, etc.), C (hipotensores, cardiotónicos, vasodilatadores, diuréticos, etc.) y N (ansiolíticos, antidepresivos, somníferos, etc.). Los hombres registran, tal y como puede deducirse del tipo de patologías que padecen, un consumo mayor al de las mujeres en los grupos R (broncodilatadores, mucolíticos, etc.) y E (patología prostática).

Figura 2.Histograma de frecuencias de la utilización habitual de medicamentos, por grupos terapéuticos, en la población estudiada. A= Aparato digestivo y metabolismo. B= Sangre y órganos hematopoyéticos. C= Aparato cardiovascular. D= Terapia dermatológica. L= Terapia antineoplásica. M= Aparato locomotor. N= Sistema nervioso. R= Aparato respiratorio.

La salud psíquica (tabla IV) en general es buena, ya que se trata de residentes válidos, muestra algunas alteraciones en ocho residentes, de los que cinco mujeres y un hombre, tienen más de 80 años. La capacidad física (tabla IV) de casi todos los entrevistados puede calificarse de «buena», aún así, las actividades diarias preferidas por los residentes (tabla V) son muy pasivas, ver la televisión y conversar. El único ejercicio físico que realiza la mayoría es pasear con frecuencia por el jardín de la residencia.

TABLA V. Distribución de la población estudiada según el tipo de actividades diarias que realizan.

Actividades diarias


Diaria FrecuenteAlguna vez Nunca

Leer 32,5% 11,6% 12,3% 43,5%
Escribir 1,8% 3,1% 4,3% 90,8%
Radio 38,6% 4,3% 20,8% 36,2%
Televisión 69,3% 8,6% 12,3% 9,8%
Trabajo manual 27,6% 4,3% 5,5% 62,6%
Pasear 58,9% 13,5% 8,6% 19,0%
Ejercicio físico 14,1% 3,1% 2,5% 80,4%
Conversar 65,0% 12,3% 14,7% 8,0%

Mayoritariamente (tabla VI) los entrevistados consideran que, globalmente, su calidad de vida es buena. Sin embargo, se observan claras diferencias cuando se evalúan algunos aspectos concretos que la determinan; así, casi todos se muestran satisfechos con las instalaciones y los servicios que ofrece la residencia y con la atención sanitaria que se les dispensa, mientras que consideran inadecuados los servicios de cocina y comedor.

TABLA VI. Evaluación subjetiva de la calidad de los servicios de instalaciones del Centro y de su propia vida.

BuenaRegularMala

Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Alimentación en general23,1%22,0%22,1%27,1%54,8%50,8%
Preparación y presentación de los platos
3,1%22,0%17,3%25,4%59,6%52,5%
Atención sanitaria100%91,5%—8,5%——
Instalaciones y servicios91,3%83,1%4,8%15,3%3,8%1,7%
Calidad de vida residentes84,6%74,5%12,5%22,0%2,9%3,4%

DISCUSION

Este trabajo se refiere al 80% de los ancianos que ocupan el pabellón de válidos de una gran residencia geriátrica dependiente de la Generalitat Valenciana. Todos ellos muestran algún grado de incapacitación (funcional, mental y/o afectiva) que justificó su ingreso, aun así, tal y como se indica en el apartado de material y métodos, es el equipo sanitario del Centro quien valora la «validez» de un anciano concreto, según éste sea o no capaz, a pesar de sus deficiencias psico-físicas, de valerse por sí mismo en el ámbito de la residencia.

La edad media de la población encuestada no difiere de la del resto de ancianos institucionalizados en España (17-20) y, al igual que en otros estudios (19, 21), las mujeres predominan sobre los hombres. Su nivel cultural es muy bajo, similar al registrado por Lucena et al, en Málaga (22) y muy inferior al señalado en el estudio de Granada (19) y las causas de ingreso indicadas por los residentes se incluyen entre los principales factores de riesgo de institucionalización (8).

Independientemente de cuál sea su estado de salud, la mayoría de los residentes considera, al igual que ocurre en Bilbao (1992) (23) y en la Encuesta Nacional de Salud de 1993 (24), que ésta no es buena.

Al comparar la prevalencia de hipertensión en nuestro medio, 35% de las mujeres y 30% de los hombres, con los de la revisión bibliográfica se encuentra que es inferior a la mencionada por Pérez Barba (25), Jiménez (26) y Gómez (27), y similar a la detectada por Gámez (19), Abellán (24) y por la Encuesta Nacional de Salud de 1993 (28). Los valores de la presión arterial, sistólica y diastólica, determinados en el momento de la encuesta, indican que el tratamiento antihipertensivo es eficaz en la mayor parte de los ancianos diagnosticados como hipertensos (tabla I) y que la hipertensión sistólica aislada que, según señala Pons (1994) (25), constituye un importante factor de riesgo cardiovascular y es muy frecuente en los ancianos, por ser menos sensible que la diastólica al tratamiento, se encuentra, respectivamente, en el 75 y 47% de las mujeres y hombres que muestran valores excesivos de presión arterial.

Los datos analíticos obtenidos de esta población, respecto a los de otros estudios equivalentes, muestran que el recuento de hematíes promedio concuerda con el publicado por Benítez et al (1988) (20) y es ligeramente inferior a los mencionados por Ortega et al (1996) (29) y por Gámez (1996) (19); el valor hematocrito promedio, en ambos sexos, es similar al obtenido por Sahyoun et al en Boston (1988) (30) e inferior al del resto de estudios consultados (19, 31-33); la concentración de hemoglobina, que parece disminuir con la edad sobre todo en los hombres (27), es baja en la mitad de ellos y sólo en el 10% de las mujeres. En todos los estudios consultados (19, 20, 27, 29-34), excepto en el de Frisoni et al (35), los contenidos de hemoglobina de las mujeres se hallan incluidos en los intervalos de referencia, mientras que, en muchos casos, los hombres se encuentran próximos o por debajo del límite inferior de normalidad. Aunque el recuento total de leucocitos se mantiene normal, casi un tercio de la población encuestada presenta linfopenia. Benítez et al (1988) (20), Gómez (1995) (27) y Gámez (1996) (19) encuentran recuentos leucocitarios completamente fisiológicos en sus respectivas poblaciones de estudio y Fernández (1993) (36) detecta linfopenia en el 3% de su población; tanto en éste, como en el resto de estudios consultados (27, 30-33, 35), los ancianos de ambos sexos presentan valores normales de seroalbúmina, a excepción de un grupo de ancianos hospitalizados (34). El estudio de Gámez (1996) (19) indica valores de hierro sérico superiores, especialmente en las mujeres, a los encontrados en este estudio, en el que el 10% de las mujeres muestran valores infranormales. Gómez et al (1995) (27) detectan valores bajos de hierro en el 13,3% de su población, sin diferencias significativas en función de la de edad ni del sexo.

Casi todos los residentes encuestados padecen alguna enfermedad crónica, con frecuencia de tipo cardiovascular, patología más prevalente entre los ancianos según confirman numerosos estudios (19, 22, 24, 26, 37). La comorbilidad, alta entre los ancianos, es más frecuente en las mujeres y aumenta con la edad (6). La distribución de frecuencias de las distintas patologías crónicas detectadas coincide con la de la Encuesta Nacional de Salud de 1993 (24, 28). En promedio cada residente sufre tres enfermedades distintas, incidencia superior a la de los ancianos de Bilbao (23) y Granada (19) e inferior a la de otros estudios en los que se detecta una media de 4 (22), 5,5 (38) y 6,2 (35) patologías crónicas

El consumo medio de fármacos por residente es de 3, inferior al de otras publicaciones en las que se menciona la toma habitual de 3,95 (22), 4,9 (35) y 5,5 (38) medicamentos diferentes y la distribución de frecuencias en su consumo (Fig. 2), es similar a la obtenida por Jiménez et al (1990) (26) en Cataluña y por Lucena et al (1993) (22) en Málaga.

Moreiras et al (1995) (39), en un seguimiento de los ancianos no institucionalizados participantes en el proyecto Euronut-SENECA, indican que el 83,3% de ellos se encuentra satisfecho con su vida cotidiana, resultado similar al obtenido en este estudio, excepto en los aspectos relativos a la alimentación con la que se muestran insatisfechos la mitad de los residentes. Según Cifuentes (7) y Palacios (40), en las instituciones geriátricas se atienden fundamentalmente las necesidades de tipo material (alojamiento, comida y cuidados higiénico sanitarios) de los residentes, pero la asistencia sicológica y social suele ser deficiente, lo que repercute en su calidad de vida. Cortés Blanco (5) y la Sociedad Británica de Geriatría (41), proponen una serie de medidas para mejorar esta situación, entre ellas: potenciar las relaciones familiares y la integración en la vida de la residencia, prestar la atención sanitaria adecuada y controlar el consumo de fármacos, seleccionar al personal del centro y adaptar el entorno en el que se desenvuelven los ancianos a sus necesidades, recomendando disponer de habitaciones individuales, pasillos anchos y con pasamanos, áreas destinadas a actividades de ocio y culturales, etc.

En la muestra estudiada destaca que, excepto en los temas relativos a la alimentación, la mayor parte de los ancianos entrevistados juzga adecuada su calidad de vida. El 81% refiere que su ingreso en la residencia se produce porque no pueden o no quieren estar solos, lo que indica que sus relaciones familiares eran ya previamente muy escasas y no se han modificado significativamente tras la institucionalización. También puede considerarse que muchos de ellos se encuentran bien integrados en el centro, en el que encuentran compañía y comodidades, ya que, tal y como se indica en la tabla III, con mucha frecuencia, pasean, conversan, juegan (naipes, dominó, etc.) y/o ven la televisión juntos. Por otra parte, la residencia organiza distintas actividades, como talleres de manualidades, excursiones, fiestas, etc., aunque apenas un 30% de los residentes, en general muy mayores y de hábitos muy sedentarios, participa en ellas.

La atención sanitaria proporcionada por el Centro, aspecto determinante de la calidad de vida, en opinión de los residentes, puede considerarse muy completa y así lo hace más del 90% de los residentes, que disponen, a diario, de consulta médica y de enfermería, incluso para extracción de muestras analíticas; de algunas camas hospitalarias para estancias breves por procesos agudos, de un gimnasio para rehabilitación y de un servicio de farmacia que dispensa y controla la utilización de los fármacos prescritos.

Las instalaciones de que dispone el Centro, moderno y bien cuidado, en un entorno agradable, con amplios pasillos con pasamanos, ascensores, jardín, salas de reunión, servicio de cafetería permanente, peluquería, taller, etc., son apreciadas por casi el 90% de los residentes. Aunque muchos de ellos preferirían ocupar una habitación individual, escasas en el centro, todos disponen de habitaciones dobles, exteriores, bien iluminadas, con baño privado y espacio suficiente para crear una zona de estar propia con sus muebles y objetos personales.

De todo lo expuesto, se puede concluir que, dadas las características de la población residente, su estado de salud y calidad de vida son razonablemente buenos, aunque habría que fomentar el ejercicio físico y la participación en la actividades sociales, cuya propuesta debería incrementarse y adaptarse a los intereses particulares de este colectivo, así como mejorar la preparación y presentación de los alimentos.


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INFORMACIONES DEL EXTRANJERO

Convocatorias francófonas de interés geriátrico en la próxima primavera en Francia

En Nancy el 27 y 28 de mayo. Reunión organizada por la Sociedad Francesa de Gerontología, sobre «Las patologías infecciosas en ancianos» y «Las relaciones intergeneracionales». Para obtener más informaciones dirigirse al Profesor Penin. Hôpitaux de Brabois. Service de Médecine B. 54500. Vendoeuvre les Nancy. France.

En la Rochelle, el 4 y 5 de junio. Jornadas de Gerontología sobre Patologías pleuropulmonares y del mediastino y «Acogida y cuidados a las personas de edad: organización hospitalaria e institucional.» Serán los temas a tratar en ellas. Para recibir más información dirigirse al Dr. R. Billon. C.S., P.A. Centre Hospitalier de La Rochelle. BP 519. 17022 La Rochelle, Cedex. Fax: 05 46 45 61 46, o también por e-mail: remy.billon''@wanadoo.fr

En Lourdes el 5 de junio. VI Jornada de Geriatría del Centro Hospitalario de Lourdes. Para más información dirigirse a Dr. J. M. Paulhe. Sécretariar Résidence Labastide, 65100 Lourdes. France. Teléfono: 05 62 42 43 32. Fax: 05 62 42 46 73.

En Saint Etienne, días 10 y 11 de junio. Congreso Francófono de los Derechos del Hombre de edad. Para más informaciones dirigirse al Centre Hospitalier Universitaire de Saint Etienne, Hôpital Charité. 42055 Saint Etienne, Cedex 2. Teléfono: 04 77 42 70 49 y fax: 04 77 42 71 57.

En Marsella, el 11 y 12 de junio. Sobre «Higiene, envejecimiento, infecciones y enfermedades sistémicas». Para más información dirigirse a Rens. Dr. G. Donnarel. Hôpital de Gériatrie de la Tour Blanche. BP. 58. 13376. Marseille. Cedex 2. France.

En Vittel del 14 al 18 de junio. VI Congreso Internacional sobre «Actividad física, envejecimiento y salud». Para más informaciones dirigirse a Faculté su Sport (Université Henri Poincaré, Nancy 1), 30 rue du Jardin Botanique 54600. Villers-les-Nanct. France. Teléfono: +33 3 83 90 56 00, fax: 33 3 83 90 28 42 y E-mail: Anne,Vuillermin@staps.u.nancy.fr. Página web: http:// www.mygale.org/01/apage.

XVIII Congreso Austriaco de Geriatría del 21 al 24 de marzo de 1999

En el nuevo Centro de Congresos de Bad Hofgastein, celebrará la Sociedad Austriaca de Geriatría su XVIII Congreso los días 21 a 24 de marzo de 1999, en el que habrá un temario interdisciplinario amplio tanto de clínica geriátrica, como de gerontología biológica y psicosocial, tratándose entre otras cuestiones de homeopatía en Geriatría, Gastroenterología en ancianos, caídas en la vejez, disneas, Rehabilitación, etc.

Para inscripciones y más informaciones dirigirse a: Frau Renate Uher, Krankenanstalt Rudoflstitung 4. Medizinische Abteilung. Juchgasse 25.A -1030. Wien. Osterreich. Austria.

Convocatorias de interés geriátrico para la próxima primavera en Inglaterra e Irlanda

Problemas éticos en el final de la vida. El 24 de marzo de 1999 se celebrará en Londres organizada por el Royal College of Physicians una «Conferencia sobre decisiones éticas al final de la vida». Para inscripciones dirigirse a Royal College of Physicians, Conference Administrator, 11 St. Andrew''s Pl, Regent''s Park, London NW1 4LE. Fax: 071 487 5218. E-mail: conference@rcplondon.ac.uk.

Reunión de primavera de la British Geriatrics Society. En la ciudad irlandesa de Cork tendrá lugar los días 8 a 10 de abril de 1999, el tradicional «Spring Meeting» de la Sociedad Británica de Geriatria. Para inscripciones y más informaciones dirigirse a Dr. C. Twomey, Cork University Hospital, Wilton, Cork, Ireland. Teléfono: 00353 21 546 400. Fax: 00353 21 922 829. E-mail: twomeyc@shb.ie.

Alternativas a los cuidados hospitalarios. El 13 de mayo de 1999 se realizará una Conferencia en el St. James''s University Hospital de Leeds. Para más información contactar con Amanda en el teléfono 0113 207 4397.

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