Es mi deseo con esta carta trasladar al conjunto de lectores de la revista una experiencia innovadora a nivel formativo que se viene desarrollando desde el año 2011 en las Residencias para Personas Mayores en situación de exclusión social1 de la Junta de Andalucía. Los 2 objetivos fundamentales que se pretenden alcanzar son: a) promover entre los mayores que ingresan en los centros la adquisición de hábitos saludables (de los que carecen) que permitan mejorar sus niveles de salud y calidad de vida; y b) desarrollar un conjunto de estrategias de atención e intervención que favorezcan la incorporación de estas personas. El aumento en número y en complejidad de los perfiles que ingresan en este tipo de centros ha obligado a la Dirección General de Personas Mayores a desarrollar un plan de formación que permita incorporar nuevas estrategias de atención e intervención acordes con esta realidad cambiante y compleja (cada vez es más frecuente el ingreso de perfiles del tipo drogodependientes, personas sin hogar, malos tratos, síndrome de Diógenes, enfermedades mentales, etc.). Las problemáticas asociadas a estos perfiles y el modo de intervenir son conocidas y abordadas desde hace tiempo con acierto desde programas y recursos del ámbito de la exclusión social, sin embargo, en los centros residenciales se desconocen. En el año 2011 se puso en marcha una experiencia piloto a nivel andaluz en la que participaron 3 profesionales en representación de cada uno de los 8 centros de titularidad pública. Ante la buena acogida de la iniciativa, la Dirección General para el 2012 la está desarrollando en todos los centros de titularidad pública con una media de participación por centro de 30 profesionales. Los contenidos desarrollados giran en torno a conceptos claves en la exclusión social como: «Incorporación social»2, «Incorporación a mínimos»3 y «Reducción del daño»4, a procesos como el de «Acompañamiento»5 y a instrumentos de trabajo como los «Itinerarios personalizados de incorporación». La metodología empleada se centra en la dinámica de trabajo «Juego de conceptos». Esta permite identificar «Situaciones-problema, perfiles asociados, retos de intervención y conceptos claves a desarrollar en la intervención». Los resultados que arrojan las evaluaciones que se vienen realizando destacan la novedad que supone para los/as profesionales los conceptos, procesos e instrumentos trabajados. La figura del «Acompañante»6 junto con los «Itinerarios personalizados de incorporación» se valoran muy positivamente por los beneficios que podría acarrear al conjunto de los/as residentes en sus procesos particulares de incorporación y al clima general de convivencia en el centro residencial. Estos manifiestan estar tomando conciencia de que otra forma de intervenir es posible y, de que el grado de aplicabilidad será mayor o menor en la medida que sigan formándose y estén dispuestos a «desaprender» para «aprender» estos nuevos planteamientos de trabajo. Las 2 principales conclusiones hasta el momento son: a) necesidad de establecer programas permanentes de formación y reciclaje que permitan comprender y abordar con mayor acierto problemáticas sociales altamente complejas; y b) establecer puentes de colaboración y cooperación con entidades y profesionales de diversos ámbitos de la exclusión social facilitaría el trasvase de conceptos y estrategias de atención e intervención muy desarrolladas en exclusión social.
Al equipo técnico de la Dirección General de Personas Mayores de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social responsable del Programa Formativo desarrollado.