Objetivo: Presentamos el caso de una mujer de 87 años con diagnóstico de fiebre Q aguda y evolución tórpida.
Método: La paciente es ingresada en el servicio de geriatría con diagnóstico de infección respiratoria. Entre sus antecedentes personales consta hipertensión arterial, asma y leucemia de célulasT. Es independiente para las ABVD y no presenta deterioro cognitivo. Vive en un área rural y cuida de ganado ovino. En la anamnesis refiere cuadro gripal de una semana de evolución y fiebre. En la exploración física destacan crepitantes basales derechos en la auscultación pulmonar y exantema maculopapuloso generalizado. La analítica de sangre evidencia aumento de reactantes de fase aguda e hipertransaminasemia leve. La radiografía de tórax resulta poco expresiva.
Resultados: Se inicia antibioterapia empírica con amoxicilina/clavulánico y tratamiento broncodilatador con buena respuesta inicial, pero posteriormente presenta cuadro de distrés respiratorio y edema agudo de pulmón, siendo preciso su ingreso en la unidad de reanimación, donde permanece hasta estabilidad clínica. Ante la sospecha de atipicidad de cuadro respiratorio, se solicita serología de neumonía atípica, que evidencia positividad para anticuerpos tipo IgM en faseII de Coxiella burnetti, compatible con fiebreQ aguda. Se inicia tratamiento con doxiciclina y diuréticos, con excelente evolución. La biopsia cutánea informa de lesiones compatibles con eritema nodoso, una de las presentaciones poco frecuentes de esta patología, con desaparición posterior. La serología también resulta positiva para IgM de Chlamydia y Mycoplasma, describiéndose en la literatura reacción cruzada.
Conclusiones: La fiebre Q es una zoonosis endémica en el área rural de nuestro país, causada por la bacteria Coxiella burnetti. En un alto porcentaje de casos cursa de forma asintomática, aunque en ocasiones puede ocasionar un cuadro clínico florido pero heterogéneo e inespecífico, tanto en su presentación aguda (cuadro pseudogripal, neumonía, hepatitis aguda) como crónica (endocarditis). El diagnóstico definitivo habitualmente se realiza con métodos indirectos (anticuerpos) y mediante seroconversión. Esta heterogeneidad en la presentación es la que dificulta su reconocimiento e implica un alto índice de sospecha, junto con una exposición ambiental clara.