NECROLOGICA
Rev Esp Geriatr Gerontol 1998;33(6):325-326
Ha fallecido nuestro Presidente de Honor Dr. Jesús Calvo Melendro
El más veterano de nuestros miembros y Presidente de Honor de la Sociedad Española de Geriatría (SEGG) desde 1975, Dr. Jesús Calvo Melendro, ha fallecido el pasado 8 de octubre.
Dedicarle una breve necrológica a quien fue una figura destacada no sólo de la Geriatría, sino también de la Medicina española durante muchos años sería injusto, y más teniendo en cuenta que una gran mayoría de nuestros lectores, por razones de su edad, ser ellos mucho más jóvenes, bastantes aún no habían nacido, no llegaron a oírle, ni a conocer sus escritos, un tanto olvidados pese a su originalidad y ameno estilo. En este espacio en su honor y recuerdo, tratamos de informarlos también, para que sepan de sus obras y su personalidad.
Poco después de ser designado Presidente de Honor de la SEGG, nuestra revista le dedicó un editorial que concluía con estos versos de Machado:
La calva prematura / brilla sobre la frente amplia y severa / bajo la piel de pálida tersura... Mientras la boca sonreír parece, / bajo los ojos perspicaces, / que un ceño pensativo empequeñecen, / miran y ven, profundos y tenaces...
Así era nuestro amigo Jesús Calvo Melendro hace medio siglo y cuando por última vez le vimos entre nosotros, en el pasado mes de junio, en el Congreso del L Aniversario de la SEGG, con más de 95 años, seguía siendo igual: lúcido, inquieto, observador, sonriente...
Ya en 1927 había ganado por oposición la plaza de médico Jefe del Servicio de Medicina General del Hospital Provincial de Soria, ciudad en la que vivió y ejerció como internista primero y geriatra después.
Su tesis doctoral (1932) sobre «Quiste hidatídico de pulmón», le dio a conocer como experto en hidatidosis, por lo que en 1954 preside la «Asociación Mundial de Hidatidología», siendo invitado al extranjero a dar conferencias sobre ella. Se perfeccionó como internista junto a Von Bergman en Berlín y Stepp en Munich, ampliando estudios también en París en los hospitales «Claude Bernard» y «La Salpetrière» en los años treinta.
Por su multifacético saber médico gana puestos directivos en la Lucha Antituberculosa, del Cáncer y en el Seguro de Enfermedad. Por su fácil oratoria sobre temas de interés es escuchado como conferenciante en el Instituto de Patología Médica del Profesor D. Gregorio Marañón de Madrid, una de las cunas de la Geriatría española, cuando aún faltaban años para su nacimiento, pues Calvo Melendro habló en él en 1935, antes de nuestra Guerra Civil, y en 1945, después de ella.
También fueron escuchadas con gran interés y curiosidad sus disertaciones en sesiones clínicas en París en la Sorbona, en las que habló de envenenamiento por setas, meningitis recurrente benigna a la que dieron su nombre, fiebre Mediterránea en Soria, etc.
En los pasados años treinta y cuarenta participa como ponente o comunicante en las más variadas asambleas médicas, en España y en el extranjero, sobre tuberculosis, neurología, psiquiatría, dietética, patologías endocrinas y digestivas, así como otras diversas ramas de la Medicina Interna.
Por sus relaciones con Marañón y Blanco Soler tiene noticia de la creación de la Sociedad Española de Gerontología, así denominada entonces nuestra SEGG actual, lo que le lleva a seguir los pasos que iniciaban Beltrán Báguena, Vega Díaz y Mariano Pañella.
A su lado va a tener su mejor compañera de viajes, de estudios, de publicaciones, etc., su última esposa, la Dra. Pilar Sánchez Malo, que le ayudó mucho en la segunda mitad de su vida.
Viajero infatigable, desde que se despierta en él su vocación geriátrica va a concurrir a varios congresos de la Asociación Internacional de Gerontología (IAG) desde los años sesenta y visitará múltiples instituciones geriátricas y gerontológicas de Europa y Estados Unidos, lo que le servirá para hacer amenas ponencias informativas en el III Congreso Español de Geriatría celebrado en Madrid en 1966 de las novedades asistenciales que ve en Inglaterra, Francia, Países Nórdicos y Rusia (entonces URSS).
Elegido Vicepresidente de la Sociedad Española de Gerontología en 1966, lo fue hasta 1975, año en que fue designado Presidente de Honor, juntamente con el hace años fallecido Dr. Mariano Pañella.
Organizó una Reunión Nacional en Soria y fue ponente en todos los congresos y reuniones de los años 60 y 70, exponiendo sobre los temas clínicos y sociales mas variados con gran amenidad.
Los textos de sus ponencias están muchos en las páginas de los primeros años de Revista Española de Gerontología y en los libros de resúmenes de los congresos y reuniones de los años sesenta y setenta. En ellos trató de la enseñanza e investigación de la Geriatría en el Mundo, de la preparación a la jubilación, la etiopatogenia del cáncer en ancianos, la enfermedad de Paget, la prevención de la arteriosclerosis, el prostatismo, la hipertensión arterial, la velocidad de sedimentación en viejos, la vida activa como método de rehabilitación, etc.
Académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina y de la de Zaragoza, durante la década de los pasados ochenta, impartía en ellas casi todos los años alguna conferencia sobre cuestiones gerontológicas, algunas de las cuales llamaron la atención por su originalidad, como las que dedicó a «proxemia y vejez» y al «sunamitismo».
Ya mayor, con la colaboración de su esposa, la Dra. Pilar Sánchez Malo, también geriatra, realizó una meritoria labor asistencial en la Residencia «El Parque» de Soria y creó un Servicio Móvil de consultas geriátricas, que se desplazaba por los municipios, todos rurales de su provincia, una de las más envejecidas de España. Su experiencia de atención a los ancianos en los pueblos sorianos la narró en varias charlas y comunicaciones en reuniones y congresos.
Sus conocimientos y comentarios sobre la sexualidad en la vejez le dieron cierta popularidad, ya que dicho tema, como otros, los expresaba con amenidad, naturalidad y buen conocimiento de casos.
La noticia del fallecimiento del longevo y muy apreciado Dr. D. Jesús Calvo Melendro ha motivado que hayan llegado a nuestra Redacción numerosas referencias biográficas de su vida ejemplar, en las que se relatan múltiples facetas de su valer profesional, cultura y humanismo. De ellas resaltamos las que nos envía el Dr. Juan Sala de Pablo, prestigioso cirujano amigo y convecino suyo, que compartió con él más de 33 años de actividad profesional en el Hospital Provincial de Soria, que dirigió bastante tiempo el Dr. Calvo Melendro.
Nos recuerda el Dr. Sala de Pablo cómo le asombraba y tenía que enmudecer ante la exactitud de los juicios clínicos de su amigo D. Jesús, cuando luego de ver serena y pacientemente al enfermo aseguraba: «latirismo, un Hans Schuler Christian, tumor de Reklinhausen, etc.», en tiempos en que no había los medios técnicos exploratorios de hoy. El informe anatomopatológico daba siempre la razón al Dr. Calvo Melendro, el cual no contento con sus muchos cargos civiles ganados en oposiciones, también obtuvo plaza de médico militar y aún tenía tiempo para atender una numerosa clientela privada, llegando a sumar 80.000 historias clínicas, en tiempos en que no había ordenadores y para leer múltiples revistas alemanas, francesas e inglesas, además de las españolas, que seguía al día, robaba horas a las que debiera dedicar a ocio y descanso.
El Dr. Juan Sala de Pablo, que juntamente con el Dr. J. M. Ruiz Liso, han sido sus mejores biógrafos, nos recuerdan que Calvo Melendro publicó más de 200 trabajos originales, siendo tal su fama y la visión que tenían los médicos lectores de sus escritos, que profesores y doctores franceses y sudamericanos fueron a Soria, buscando su opinión o su consejo creyendo que era profesor de una Universidad existente en ella.
Los sorianos valoraron justamente su personalidad dando su nombre a una calle de la ciudad y nombrándole la Diputación «Profesor Emérito». El Ministerio de Cultura le concedió la Cruz de Alfonso X el Sabio.
Es de esperar que la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, haciéndose eco del sentir de sus miembros veteranos, que le conocieron, apreciando su valer pidan que aquélla cree alguna distinción, que al menos en nuestros congresos, recuerde su nombre a las nuevas generaciones de geriatras y gerontólogos.