EDITORIAL
Rev Esp Geriatr Gerontol 1998;33(6):327-329
Necesidad y perspectivas de la Gerontagogía
F. Jiménez Herrero
Profesor de Geriatría en Cursos de Doctorado de Medicina y Masters de Gerontología.
Se ha iniciado oficialmente el pasado mes de octubre el «Año Internacional del Anciano» que promueve la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dedicado a dar a conocer más y mejor los problemas de la vejez, buscar formas de aliviarlos y tratar que gobiernos y organismos sociales o sanitarios actúen más activa y responsablemente en la atención de los mismos.
Quienes por vocación y actividad profesional vemos de cerca dolorosamente las demandas de los mayores, sentimos la necesidad de actuar en este Año Internacional del Anciano: 1999 con mas obligación de ser activos e innovadores en todos los campos en que es posible mejorar la salud y calidad de vida de los viejos, objetivos finales de la Geriatría y de la Gerontología psicosocial asistencial.
Todos estamos de acuerdo en que nuestras actuaciones para ser eficaces y rentables en todos los sentidos deben realizarse interdisciplinariamente (1), por lo que necesitamos ser mutuamente colaboradores, bien coordinados: médicos, enfermeras, gerocultoras/es, cuidadores familiares, fisioterapeutas, rehabilitadores, trabajadores sociales, psicólogos y terapeutas ocupacionales (2), etc.
Pera todavía no se da la merecida importancia a la Gerontagogía o rama de la Gerontología que se ocupa de la educación de los mayores, la cual precisa de una Pedagogía adaptada a quienes suman muchos años, pero desean continuar adquiriendo conocimientos, que sean útiles para ellos y para los demás (3). Por eso pedimos mas atención a ella en este Año Internacional de 1999.
Dada la vinculación de la palabra pedagogo a los educadores de niños o jóvenes, era necesario introducir en el lenguaje gerontológico un término que le fuese más propio y diferenciado, puesto que como ha demostrado la evolución demográfica y social de los últimos treinta años, la demanda educadores gerontólogos va en aumento.
Fue el portugués Almerindo Lessa, profesor de la Universidad de Évora entonces, quien en 1978 utilizó por primera vez la palabra gerontagogía (4) casi al mismo tiempo que la escribía C. R. Bolton, en Estados Unidos, en su «Introduction to Educational Gerontology» (5).
Ya unos años antes diversos educadores y gerontólogos psicosociales utilizaban la palabra geragogía, de la misma raíz etimológica, como rama común de la gerontología y de las ciencias de la educación, cuando ésta se dirige a los mayores, cuya necesidad era discutida entonces.
El afán de aprender o de adquirir cultura es propio de todo hombre racional, de cualquier persona, aunque sea su edad avanzada, que ya sabe que hoy tiene un expectativa de vida que no se acaba con la jubilación, pues vivir veinte años después de ella no es excepcional. No es de sorprender que al aumentar la demanda de los envejecidos, con deseos de recibir nuevas formaciones en diversas ramas de las ciencias y las artes, útiles para ellos y para la Sociedad, la incipiente y discutida gerontagogía se desarrollase desde los pasados «80», siendo John Tyler uno de los que primero escribieron específicamente sobre ella como rama común de la Gerontología psico-social y de la Educación (6).
Ya en 1991 el porvenir de la Gerontagogía era evidente, como dice Ricardo Moragas Moragas en su «Gerontología Social» (7): «En el futuro la demanda de actividades educacionales y culturales cambiará profundamente, pues las cohortes de jubilados tendrán mayores niveles de educación formal». Por ello la gerontagogía al desarrollarse en la última década se ha hecho más innovadora, superando los modelos iniciales de formación de adultos, siguiendo los progresos que han ido aportando los psicólogos, como J. L. Vega Vega y otros, en el conocimiento de las posibilidades del desarrollo y aprendizaje de las nuevas generaciones actuales de adultos mayores (8).
EVOLUCION DE PROPOSITOS, MÉTODOS Y CONTENIDOS
La primera novedad fueron las «Universidades de la Tercera Edad», creadas por el Profesor Pierre Vellas de la Universidad de Ciencias Sociales de Toulouse (Francia) en 1973 (9). Sus objetivos fueron: a) Promocionar el protagonismo de las personas mayores en la toma de decisiones sobre sus problemas colectivos y personales, así como ofrecerles alternativas que mejoren su calidad de vida. b) Poner infraestructuras y ambientes universitarios al servicio del colectivo que era y aún es llamado «tercera edad», para disminuir su marginación, dándoles más participación en la vida social, sin discriminación por los muchos años. c) Profundizar en las investigaciones gerontológicas, en tareas interdisciplinarias, en las que participasen los mayores como investigados y como investigadores.
Su éxito fue rápido y universal, hasta existir hoy una «Asociation International Universités Troisième Age» (AIUTA), reconocida como organismo colaborador de la UNESCO, ONU, Consejo de Europa, etc., que agrupa a 1.730 de ellas, bien es verdad que con muy desiguales medios y programas. Su aportación a la investigación gerontológica también ha sido importante en algunas que han contado con más medios y estímulos para realizarla (10).
En España recibieron la denominación de «Aulas de la Tercera Edad», siendo de las primeras de nuestro país las de Galicia, creadas en 1978 por el Padre Gómez (11), colaboradoras como otras con la SEGG y con diversas sociedades autonómicas de Geriatría y Gerontología.
Universidades de la Tercera Edad y/o Aulas de la Tercera Edad han evolucionado en sus ya más de 20 años de existencia, interesándose mas por el diálogo y convivencia intergeneracional que en su comienzo, también por tener un mayor compromiso social, aportando servicios muy variados a la comunidad, teniendo actualmente el reto de evolucionar en sus técnicas gerontagógicas por la oferta de nuevas formas y objetivos al margen de ellas, quitándoles protagonismo si no se adaptan a las nuevas orientaciones en la formación de mayores que ofrecen diversas universidades como el «Aula Permanente de Formación Abierta» de la Universidad de Granada, la «Universidad de la Experiencia» de Salamanca, «Aulas de Extensión Universitaria» de otras, etc.
Algunas como la Universidad bilbaína de Deusto se han limitado por ahora a «Programas de Ocio Cultural Universitario», pero en general muchos de los mayores que desean saber más no se limitan sólo a buscar actividades de «ocio para tiempo libre», sino actividades que aporten conocimientos útiles para sí mismos y para los demás.
Dichas ofertas que abren nuevos horizontes a los mayores con inquietudes intelectuales y a la vez a los que se interesan por la Gerontagogía como docentes o investigadores en ella se han puesto de manifiesto, por lo que respecta a España, en el «Primer Encuentro Nacional sobre Programas Universitarios para Mayores», celebrado en la Universidad de Granada en noviembre de 1996, de cuyo libro de actas se dan varias referencias en la bibliografía final y hay reseña en la sección de «Bibliografía Geriátrica» de esta revista.
De las comunicaciones presentadas merece comentario la realizada por el Profesor J. M. Mayán Santos (12): un «Cuarto Ciclo Universitario» en Santiago de Compostela, para mayores de 55 años, cuya primera realización se anuncia para el curso 1988-89, que ofrece un diploma universitario a los que realicen 27 créditos y un titulo de «licenciado senior» a los que superen 45.
FUTURO DE LA GERONTAGOGIA
Que la Gerontagogía interesa cada vez mas a educadores y gerontólogos lo prueba el que en 1997 un segundo encuentro de sus seguidores se realizó en Alcalá de Henares y ya se prepara para 1999 un Congreso Internacional sobre Geontagogia.
El futuro de la naciente rama de la Gerontología: la Gerontagogía, enriquece a ésta, favorecerá el bienestar y desarrollo de «una mejor tercera edad» en el siglo XXI, una jubilación en que además de ocio y tiempo libre habrá tiempo para mejorarse en forma y saberes.
André Lemieux , Director del Instituto Universitario de la Tercera Edad en Montreal (3) sugiere algunos de los nuevos modelos de formación, perfeccionamiento y reciclaje de los mayores, así como también los principios éticos y epistemiológicos que debe tener la Gerontagogía, que debemos tener en cuenta.
La SEGG llama a sus filas a quienes se sientan atraídos por el saber gerontagógico, agrupándose en ella en un Grupo de Trabajo de indudable interés y porvenir, que sin duda requiere apoyo interdisciplinario de todos sus miembros, pues de su progreso dependerá un envejecimiento mas humano, menos discriminado por la edad y con una vivencia de la jubilación mas saludable y útil para todos.
BIBLIOGRAFIA
1. Conclusiones del Simposio «La interdisciplinaridad en Gerontología». Rev Esp Ger Gerontol 1997;32(1):45-8.
2. Jiménez Herrero F. Geriatría punto de encuentro interdisciplinario. Rev Esp Ger Geron 1988;23(1):45-50.
3. Lemieux A. La Gerontagogie oú l''éducation des personnes ägées à l''Université de l´an 2000. En: Guirao M, Sánchez Martínez M. La oferta de la Gerontagogía. Granada: Grupo Editorial Universitario. 1998: 199-234.
4. Lessa A. Introduction au forum: «Ecologie et vieillissment» Edit Centre International de Gérontologie Sociale. Paris 1978:29-30.
5. Bolton CR. Introduction to educational Gerontology. Washington: Hemisphere Publ Corp 1978:105-27.
6. Tyler JM. Geragogy. New York: Haworth Press 1988:156.
7. Moragas Moragas R. Gerontología Social. Barcelona: Herder 1991:250.
8. Vega Vega JL, Bueno MB. Desarrollo adulto y envejecimiento. Madrid: Síntesi; 1995.
9. Vellas P. Le troisième souffle. Toulouse: Grasset; 1978.
10. Vellas P. La recherche et les Universités du Troisième Age. Gérontologie et Societé. Paris: Cahiers de la Fondation Nationale de Gérontologie 1990:55.
11. Gómez Fernández F. Presente y futuro de las Universidades de la Tercera Edad en el Mundo. En: Guirao M, Sánchez Martinez M. La oferta de la Gerontagogía. Granada: Grupo Editorial Universitario 1998:109-16.
12. Mayán Santos JM. Cuarto Ciclo en la Universidad de Santiago de Compostela. En: Guirao M, Sánchez Martinez M. La oferta de la Gerontagogía. Granada: Grupo Editorial Universitario 1998:139-46.