Los quistes hepáticos simples son formaciones de contenido líquido-seroso, rodeadas de un parénquima hepático normal sin comunicación con la vía biliar intrahepática, que aparecen en el 2-7% de la población adulta. La mayoría son asintomáticos pero los quistes de gran tamaño pueden producir síntomas por compresión de estructuras adyacentes1. Presentamos un caso de quiste hepático gigante en un anciano con clínica digestiva compresiva tratado de forma exitosa con fenestración laparoscópica.
Se trata de un anciano de 85 años, sin antecedentes médico-quirúrgicos de interés ni tratamiento habitual, que en 2007 ingresa por cuadro de 3 meses de evolución de dolor epigástrico, distensión abdominal y adelgazamiento de 10kg sin náuseas ni vómitos, siendo diagnosticado de quiste hepático gigante de 18cm de diámetro máximo y rechazando el paciente la intervención quirúrgica. Un año después el paciente acude a urgencias por vómitos persistentes y aumento del dolor abdominal de 2 semanas de evolución. A la exploración física se aprecia un gran efecto masa que ocupa la práctica totalidad del abdomen.
La analítica con serología para hidatidosis no mostró alteraciones. Los marcadores tumorales CEA, CA19.9 y AFP eran normales. La tomografía computarizada abdominal demostró un quiste hepático gigante de 31 × 25 × 20cm de diámetro (fig. 1).
Se propone de nuevo al paciente la intervención quirúrgica, que ahora acepta. Se realiza la cirugía por vía laparoscópica con punción-evacuación de 1 l de contenido del quiste guiado por ecografía previa a la insuflación del neumoperitoneo y posterior drenaje de 8 l más de líquido achocolatado del interior del quiste. Finalmente, se realizó fenestración laparoscópica del quiste y colocación de drenaje abdominal. El paciente evoluciona favorablemente durante el post-operatorio, siendo dado de alta al cuarto día. El estudio histológico de la pared del quiste demostró que se trataba de un quiste hepático simple con signos de hemorragia antigua. Tras 2 años de seguimiento, el paciente no presenta recidiva del quiste.
La mayoría de los quistes hepáticos son asintomáticos y suelen ser un hallazgo casual. La mitad se presenta como un quiste único, pudiendo medir desde milímetros a varios centímetros, siendo muy infrecuente que alcancen tamaños gigantes de 20-30cm. Los síntomas se presentan en el 5-10% de los casos y son debidos a su gran tamaño o a la presencia de complicaciones, como la hemorragia, la rotura, la infección intraquística o la compresión de estructuras adyacentes2,3.
El tratamiento se reserva para los quistes sintomáticos, siendo la fenestración laparoscópica del quiste el tratamiento ampliamente adoptado en la actualidad debido a sus ventajas respecto a la cirugía abierta (menor dolor, menor estancia hospitalaria, recuperación más rápida) y similares tasas de recurrencia4,5.
El tratamiento mediante drenaje percutáneo guiado por ecografía está indicado como un tratamiento temporal o cuando existe contraindicación para un procedimiento mayor debido a la alta tasa de recidiva, pudiendo inyectarse alguna sustancia esclerosante para disminuir la recidiva, como alcohol fenol al 99% o tetraciclinas2,6.