En los meses finales de 1966 aparecía el primer número de la Revista Española de Geriatría y Gerontología. Nacía con el nombre de «Revista Española de Gerontología». El año 2015 representa el de la celebración de sus bodas de oro. Se trata de un acontecimiento importante y poco frecuente en el mundo editorial. A lo largo de estos cincuenta años han aparecido y desaparecido, sólo en nuestro país, no menos de una docena de publicaciones con vocación de periodicidad que desde una perspectiva geriátrica o gerontológica no han logrado cumplir con su aspiración inicial de consolidación. Lo mismo ha ocurrido en otros muchos países de nuestro entorno. Probablemente, dado lo efímero del tema que tratamos, hablar de algo definitivo en el campo de las revistas científicas es arriesgado. Si consultamos Medline o cualquier otro índice comprobaremos que son muy pocas las publicaciones en el marco geronto-geriátrico que se mantengan activas habiendo sido fundadas en una fecha anterior a la nuestra. Por no salir de Europa recordemos que la de la Sociedad Británica de Geriatría, «Age and Ageing» quizás la más clásica en su género en el marco europeo y la que tiene un mayor factor de impacto, apareció varios años más tarde, ya en los setenta.
Creemos que hay motivos más que suficientes para sentirnos profundamente orgullosos y con nosotros cualquier socio de la SEGG, actual o de los que a lo largo de los años han pasado por nuestra Sociedad y se han convertido en protagonistas como autores y/o lectores de su revista. Especialmente queremos recordar a aquellos que hicieron posible su nacimiento, por más que en su mayoría ya no se encuentren entre nosotros. Vaya para todos ellos desde aquí nuestro homenaje y nuestro recuerdo.
Parece obligado en estas circunstancias llevar a cabo un mínimo recordatorio de lo que ha sido la historia de estos cincuenta años1–3. Nos apoyaremos para ello, especialmente en lo referido a sus primeros años, en testimonios escritos, publicados o no, de quien fue durante mucho tiempo su principal responsable, el Dr. Fernando Jiménez Herrero. En los primeros años, con una SEGG todavía poco numerosa y muy familiar, los contenidos fueron muy desiguales y se basaron, sobre todo, en ponencias o comunicaciones a los congresos nacionales o de otros países. Las aportaciones procedían mayoritariamente del grupo del Hospital Central de Cruz Roja que dirigía el Dr. Salgado, del Hospital de Na Sa de la Esperanza de Barcelona (Dr. Pañellas) y más tarde de otros grupos como el valenciano del Dr. Garay o el de Salamanca del Dr. González. Ocasionalmente de algunos «francotiradores» de otros centros vinculados con la Geriatría. Entre ellos los Drs. Miquel Mari, Calvo Melendro, Perlado y Parreño. El Dr. Jiménez Herrero inicia sus colaboraciones en 1968 y desde 1973 dirige una sección donde se recoge la bibliografía geriátrica más importante del momento, reproduciendo índices de revistas destacadas en inglés, francés e italiano, e incluso resumiendo artículos especialmente relevantes. Los Drs. Serrano Galnares, Guillén Llera, Lavín y Muñoz asumen en esos años las principales funciones en el equipo de redacción.
En 1977 la revista cambia su nombre por el de «Revista de Gerontología y Geriatría» y, a partir de 1980 se establece su denominación actual. En los setenta empiezan a aparecer con frecuencia creciente colaboradores de fuera de España, de Latinoamérica sobre todo, y se generaliza un apartado informativo sobre actividades de la SEGG, de la IAG o de otras sociedades nacionales, también bajo la responsabilidad del Dr. Jiménez Herrero. Entre 1975 y 1985 el redactor jefe fue el Dr. Guillén Llera, quien pasa a ser director en esa fecha coincidiendo con la toma de posesión como presidente de la SEGG del Dr. Jiménez Herrero, quien había sido su director desde 1975. Con ese motivo se incorpora como redactor jefe el Dr. Ribera Casado.
La tirada de la revista era baja en los primeros años, 220 ejemplares. Fue aumentando de manera progresiva hasta sobrepasar los 2000 en los años 80. Hasta 1972 se editaban cuatro números al año que pasaron a ser cinco en 1973 y seis desde 1974. La editorial Garsi asumió la responsabilidad editorial, prácticamente sin ningún tipo de contrato hasta el inicio de los años 90. Hitos importantes fueron el establecimiento de una disciplina editorial en forma de reuniones regladas del consejo de redacción y de la obligatoriedad de una revisión por pares de los originales a partir de 1985. Poco después tuvo lugar la incorporación obligada de resúmenes en inglés, así como de palabras claves y la asunción para los textos de lo que se llamaba entonces «normas de Vancouver». A partir de los últimos años 80 se generaliza la incorporación de suplementos, 4-6 al año, y de manera obligada de aquel que recoge el conjunto de comunicaciones presentada a los congresos de la SEGG. También corresponde a esa época la entrada en alguno de los índices nacionales e internacionales más asequibles.
La incorporación progresiva, lenta en todo caso, de temas de Gerontología Social y Biológica tiene lugar desde los años 70, aunque la presencia estable en el consejo de redacción de estos especialistas es un hecho más tardío, ya de los años 90. El premio Beltrán Baguena al mejor trabajo publicado cada año en la revista se instauró en 1972 y correspondió al Dr. Miquel Calatayud, quien donó su importe para aumentar los fondos de la biblioteca.
En Junio del 2005, siendo ya director el Dr Antoni Salvà se aprobó la indexación de la revista en Psycinfo y se inició el difícil camino para la aceptación en Medline. Para ello se llevaron a cabo una serie de adaptaciones que se consideraron importantes para tener opción a ser aceptada su inclusión en esta base de dados. Entre ellas se modificó el consejo editorial incorporando 3 coeditores, 1 por cada sección y se modificó la estructura con un consejo editorial para cada sección. Finalmente, siendo editor el Dr Francesc Formiga se consiguió entrar en pubmed4, estando disponibles en esta biblioteca todos los artículos publicados desde el año 2008. Actualmente REGG después de dos intentos fallidos –el primero en los años 90– está siendo revalorada para conseguir un factor de impacto (FI) que en caso de conseguirse este año sería un excelente regalo de cumpleaños, posible por el esfuerzo de muchas personas y la colaboración del binomio Revista-Sociedad5. La persecución de este objetivo deriva del convencimiento de que la obtención de FI contribuiría a mejorar el nivel científico de la revista y, en consecuencia, el interés de sus lectores.
Lo andado hasta aquí es una muestra de la perseverancia del conjunto de miembros de la SEGG por mantener vivo su principal órgano de comunicación a través de épocas diversas y contra diferente tipo de dificultades y la muestra de su esfuerzo en la mejora continua de su producción científica. Pero no es un legado inerte. Estos cincuenta años no son más que los primeros y en el futuro la REGG deberá seguir siendo receptor y testigo de la buena salud de esta Sociedad. Es el potencial humano de la misma el que la mantiene viva y el que la enriquece. Desde estas líneas, aquéllos a los que en tiempos anteriores nos ha tocado asumir responsabilidades en la REGG animamos a los que han (habéis, pues estáis entre los lectores) de venir detrás para continuar con esta hermosa empresa. La búsqueda de la excelencia, en la medida de nuestras posibilidades, y el trabajo tenaz y generoso son las únicas claves del éxito. Y a todos los socios, que en definitiva son los principales protagonistas y destinatarios de la publicación les exhortamos a participar en sus contenidos y a mantener vivo, con sus aportaciones, el espíritu que movió a nuestros pioneros a crear la Revista y a los que nos precedieron en las distintas épocas a conservarla y mejorarla. «Las bases están puestas, el futuro hay que conquistarlo entre todos».
