Introducción: El aumento progresivo del envejecimiento y el mayor número de ancianos institucionalizados hace que nos encontremos ante un nuevo perfil de pacientes.
El paciente institucionalizado es complejo, con una edad media de 80 años, más de cinco enfermedades crónicas, polifarmacia, elevada dependencia y deterioro cognitivo grave en más del 50% de ellos. Esto hace que se trate de una población muy vulnerable, frecuentadora de los servicios de urgencias y reingresadores, a pesar de los cuidados recibidos tanto por parte de atención primaria como por parte de los médicos de las residencias.
Como la fragilidad en este grupo poblacional es mayor, entendiéndose como fragilidad el síndrome clínico fruto de la disminución de las reservas fisiológicas que condiciona una menor capacidad de respuesta al estrés y que se asocia a un mayor riesgo de incapacidad y morbimortalidad, debemos buscar optimizar su manejo, su tratamiento y las alternativas a la hospitalización.
Objetivo:
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Estratificar a los pacientes institucionalizados según la pirámide de Kaiser de acuerdo al grado de fragilidad.
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Aplicar medidas de prevención en aquellos con fragilidad leve o moderada y plan de cuidados en los de avanzada.
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Mejorar la comunicación entre las residencias y el hospital de día.
Material y métodos: Estudio descriptivo y observacional de 2 residencias (pertenecientes al Sistema Farmacia Hospitalaria) A y B desde el 15 de diciembre de 2017 al 15 de marzo de 2018 con 132 y 165 pacientes, respectivamente.
Realizamos visitas semanales para la captación de pacientes según criterios de fragilidad y para consensuar cuidados con médicos y enfermería.
Aplicamos los criterios de fragilidad según el índice fragilidad-VIG.
Resultados: Centro A, edad media 83 años, 67% mujeres (89) y 33% (43) varones; 8 sin fragilidad, 20 con fragilidad leve, 87 (66%) fragilidad moderada y avanzada en 17 residentes. Centro B, edad media 75 años, 108 (65%) mujeres y 57 varones. Fragilidad leve, moderada y avanzada en un 16% (28), 60% (100) y 15% (26), respectivamente. Ausencia de fragilidad en 11 ancianos.
Conclusión: Establecer al hospital de día como eje regulador de la atención integral al paciente frágil e institucionalizado, reduciendo las hospitalizaciones y las visitas a urgencias.