Objetivo: Ser cuidador de una persona con demencia se encuentra relacionado con mayores niveles de malestar físico y psicológico. Algunas variables culturales, como el familismo (creencias rígidas tradicionales sobre la familia), parecen tener una influencia relevante para la explicación del malestar de los cuidadores. Además del valor de la familia, otros valores personales del cuidador tienen también un interés potencial para la explicación del malestar. El objetivo de este estudio es analizar la relación entre los valores personales de los cuidadores, el familismo y el malestar (depresión, ansiedad, culpa y ambivalencia) y distintos factores protectores.
Método: Participan 101 cuidadores familiares de personas con demencia, quienes informaron de, además del valor del cuidado, cuáles eran sus dos valores personales más importantes actualmente de una lista cerrada de 9, incluyendo valores familiares como la familia o la paternidad, y valores no familiares como el autocuidado o el desarrollo personal, entre otros. Se crearon 3 perfiles: los que elegían dos valores de la familia (familiar), los que elegían un solo valor de la familia y otro de otra temática (mixto) y los que no elegían ningún valor familiar (no familiar). Se analizaron las diferencias entre los tres perfiles en sus puntuaciones en ansiedad, depresión, culpa, ambivalencia y familismo. Por último, se realizaron análisis correlacionales entre los tres perfiles y los factores protectores.
Resultados: De acuerdo con lo esperado, el perfil no familiar obtuvo significativamente menores puntuaciones en familismo que el perfil familiar y el perfil mixto. Sin embargo, fue el perfil mixto el que mostró mayores puntuaciones en ansiedad, depresión, culpa y ambivalencia en comparación con el perfil familiar. Por otro lado, mientras que el perfil familiar parecía beneficiarse de una mayor función familiar, el perfil no familiar se beneficiaba de un mayor apoyo social. El perfil mixto mostró tener menores factores protectores que los otros dos.
Conclusiones: Los valores personales de los cuidadores parecen tener relación con sus creencias acerca de la familia y con el malestar del cuidador. A su vez, estos parecen relacionarse con distintos factores protectores, lo que sugiere estrategias terapéuticas distintas para cada perfil.