EDITORIAL
Rev Esp Geriatr Gerontol 1998;33(4):193-194
Veinte años de la geriatría aragonesa
Fernando Perlado Ortiz de Pinedo
Jefe de Servicio de Geriatría. Hospital San Jorge. Zaragoza.
Aragón es la Comunidad Autónoma menos densamente poblada de España, después de Castilla-La Mancha. Teruel y Huesca son las provincias más vacías de España, al igual que Zaragoza sin su capital. La distribución de la población aragonesa es muy desigual. El 70,4% reside en la provincia de Zaragoza, el 17,5% en la de Huesca y el 12,1 % en la de Teruel. De los 729 municipios que hay en Aragón, 678 (93%) tienen menos de 2.000 habitantes y 513 (70,4%) menos de 500. La mitad del total de municipios son muy viejos (entre el 25 y el 40% de población anciana) y algo más del 10 por ciento son municipios terminales (más del 40% de población anciana). Zaragoza tiene 601.674 habitantes, lo que supone el 71,4% de la población de la provincia y el 50,6% de la población de Aragón.
La historia de la geriatría aragonesa va ligada a la del Servicio de Geriatría del Hospital San Jorge de Zaragoza, que este año cumple el vigésimo aniversario de su creación.
El Hospital San Jorge, perteneciente a Insalud, es un pequeño hospital de 70 camas situado en el barrio de las Delicias, zona comprendida entre la avenida de Madrid, avenida de Navarra, Vía de la Hispanidad y Gran Vía, con una población de 112.000 habitantes y un grado de envejecimiento del 17,2%. Es el barrio con mayor número de personas mayores de 65 años, aunque en porcentajes de envejecimiento es superado por el casco antiguo de la ciudad (23,6%) y el centro (20,4%). San Jorge es un centro monográfico de geriatría con especialistas, personal de enfermería y servicios (hospitalización, consultas, hospital de día, asistencia geriátrica domiciliaria) dedicados exclusivamente a la atención del anciano enfermo. Tiene al Hospital Clínico Universitario como hospital general de referencia, aunque recibe más ingresos del departamento de urgencias del Hospital Miguel Servet.
Hacer geriatría en un servicio no insertado en el hospital general tiene ventajas e inconvenientes. Una de las ventajas es la facilidad de poder ingresar directamente de domicilios a pacientes referidos por los médicos de atención primaria. En el caso de San Jorge es fundamental que el Servicio de Geriatría ofrezca camas a los servicios de urgencias y también a los médicos de atención primaria. La filosofía es definir, por una parte, los criterios de los pacientes que podrían ser trasladados de urgencias; por otra, ofrecer servicios a los médicos de atención primaria, que incluyen camas para hospitalización, visita de valoración en el domicilio, consultas externas, asistencia geriátrica domiciliaria tras el alta y rehabilitación en el hospital de día. Hace cinco años el porcentaje de ingresos directos de domicilios era del 64%. A medida que se ha ido incrementando la presión de los servicios de urgencias de los dos hospitales generales, el porcentaje de los procedentes de domicilios ha disminuido, siendo del 37% en la actualidad. El principal inconveniente de un centro monográfico de geriatría es la dificultad para interpretar su función. Es fácil que se alarguen las estancias de los ancianos allí ingresados, debido especialmente a las características de los pacientes a él referidos. El Servicio de Geriatría de San Jorge ha propuesto siempre un modelo dinámico basado, salvo excepciones, en el ingreso del paciente agudo. Ha costado tiempo y esfuerzo demostrar a las autoridades sanitarias y a los médicos del exterior que San Jorge no era un centro de crónicos. Durante años las estancias medias han sido altas (30 días), pero ya en 1994 la estancia media fue inferior a 20, y en el presente año está alrededor de los 15 días.
Es probable que la implantación del sistema de financiación basado, entre otras medidas, en la clasificación de pacientes por grupos relacionados por el diagnóstico, haga que ciertas situaciones que habitualmente se atendían (ingresos para estudio y valoración, ingresos de respiro, terminales) no puedan ser asumidas por el hospital. Habrá que equilibrar la eficiencia del nuevo modelo del hospital de agudos con el tradicional compromiso de la medicina geriátrica, lo que va a exigir mucha imaginación, esfuerzo y comprensión por ambas partes. Este necesario cambio de mentalidad se va a producir, además, en una situación de especiales características: el progresivo aumento de la edad media de los pacientes y la alta prevalencia de demencia en la población hospitalizada. De 1988 a 1998 la edad media de los pacientes hospitalizados en San Jorge ha crecido a un ritmo de medio año cada dos años (83 en la actualidad), y la prevalencia de demencia se está acercando al 20%. Ambas condiciones hacen que resulte difícil mantener estancias medias bajas.
El Plan Gerontológico Nacional proponía la creación de Equipos de Valoración y Cuidados Geriátricos en los hospitales generales, pero en el caso de Zaragoza no se ha cumplido. Los gerentes del Miguel Servet y del Clínico Universitario no parecen interesados en tener este servicio. La impresión es que hasta que sea concedida la transferencia de sanidad a la Comunidad Autónoma las autoridades no tomarán decisiones con respecto a geriatría.
En enero de 1992 se puso en marcha el Servicio de Geriatría en el Hospital Provincial de Huesca, contando en la actualidad con una plantilla de un especialista en Medicina Interna (diplomado en geriatría) y tres médicos geriatras. El Servicio tiene 70 camas. Un 30% de los pacientes son ingresados para cuidados médicos, 50% para rehabilitación (fracturas de cadera y accidentes cerebrovasculares) y 20% para convalecencia y cuidados de enfermería. En 1997 hubo 490 ingresos: 30% remitidos por atención primaria, 25% de urgencias y 45% traslados del hospital general. La estancia media fue de 30 días. En 1994 se abrió el hospital de día con 12 plazas y en noviembre de 1997 se creó un Equipo de Valoración y Cuidados Geriátricos perteneciente al mismo Servicio, desarrollando su labor en el hospital general de Insalud de Huesca. Este Servicio de Geriatría está realizando una actividad muy importante, y es una satisfacción resaltar que sus tres médicos geriatras fueron formados en el Hospital San Jorge de Zaragoza.
En Aragón hay una oferta suficiente de plazas de residencias de ancianos. En 1994 existían 196 centros, con 9.922 plazas y una cobertura del 4,33% para la población mayor de 65 años. Del total de plazas, aproximadamente un tercio es de titularidad pública y el resto privada. A partir del Decreto del 26 de mayo de 1992, de la Diputación General de Aragón, por el que se regulan las condiciones mínimas que han de reunir los servicios y establecimientos sociales especializados, han mejorado considerablemente las garantías que ofrecen estos centros para el usuario y sus familiares. La intención de la DGA es priorizar la creación de plazas asistidas, de forma que sean el 50% del total en los próximos años.
El principal problema reside en la dificultad de obtener plaza en residencia pública de forma inmediata. Los ancianos dados de alta de hospital que necesitan ingresar en una residencia tienen que buscar plaza en residencia privada.
En la historia de estos 20 años hay que destacar la fundación de la Sociedad Aragonesa de Geriatría y Gerontología en 1992, conformada en áreas clínica, social y biológica. En la actualidad pertenecen a ella 113 socios, el 80% médicos. Anualmente organiza unas Jornadas Interdisciplinares y en 1995 organizó la reunión Nacional de la Sociedad Española. A lo largo del año realiza actividades programadas en Zaragoza, Huesca y Teruel.