Introducción y antecedentes
Durante muchas décadas, en todo el mundo se han hecho recomendaciones cualitativas, en forma de guías, para reducir las enfermedades crónicas1-5. Elementos comunes de dichas guías son consumir una dieta variada, consumir menos grasa (en especial grasa saturada y colesterol), consumir más frutas, hortalizas y cereales integrales, moderar el consumo de azúcar, sal y alcohol, aumentar la actividad física y mantener un peso saludable1.
Pese a que se realizan múltiples campañas para que dichas recomendaciones se pongan en práctica, estudios realizados en Estados Unidos indican que la diferencia entre lo que se recomienda y lo que en realidad hace el consumidor es muy grande1,6-8. Parece ser que, por un lado, gran parte de las personas que pueden beneficiarse de cumplir dichas recomendaciones no perciben la necesidad de hacerlo1,6,9,10, y por otro lado, cabe la posibilidad de que la población general no entienda los mensajes que se le están dando o no sepa cómo ponerlos en práctica1.
Algunos estudios han puesto de manifiesto la existencia de hábitos alimentarios incorrectos y un desconocimiento de las características que debe tener una dieta sana11,12, junto con una gran preocupación por el control de peso13. Además de los condicionantes estéticos, el índice de masa corporal (IMC) elevado se asocia a un perjuicio sanitario y funcional, por lo que profundizar en los factores que lo condicionan resulta de gran interés14.
Cabe recordar que en España aproximadamente el 50% de la población entre 25 y 60 años tiene exceso de peso, que se reparte en un 39% con sobrepeso y un 15% con obesidad. Más preocupante aún es la situación en la infancia: en apenas dos décadas, en España se ha pasado del 5 al 16,1% de niños obesos (en las edades comprendidas entre 6 y 12 años)15-18. España es el segundo país de la Unión Europea, por detrás de Malta, con mayor porcentaje de niños de 7 a 11 años de edad obesos o con sobrepeso, según las conclusiones de un estudio presentado por la Comisión Europea, que alerta de que la obesidad se ha convertido en una epidemia16,19.
La posibilidad de tener datos acerca de cómo la información, las actitudes, las percepciones y las creencias personales y el entorno cultural afectan al comportamiento alimentario puede llevar a los científicos, investigadores e incluso a los representantes sociales o gubernamentales a una mejor comprensión de dicho comportamiento20-22 y, por lo tanto, a la mejora de las estrategias políticas para la prevención de enfermedades crónicas como la obesidad.
Objetivos
Obtener, mediante encuesta telefónica asistida por ordenador, información acerca de la percepción, la información, las creencias y las actitudes de la población femenina sobre la salud general, el cuidado del cuerpo, la alimentación y las dietas de adelgazamiento que permita entender mejor la relación existente entre éstas y el comportamiento alimentario.
Métodos
Diseño del estudio
Se trata de un estudio epidemiológico observacional, transversal y de base poblacional, realizado mediante entrevista telefónica única asistida por ordenador (Computer Aided Telephone Interviewing [CATI]), llevado a cabo en el ámbito geográfico de la España peninsular (Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, La Rioja, Madrid, Murcia, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco), así como en las Islas Baleares, las Islas Canarias, Ceuta y Melilla.
La encuesta constó de 36 preguntas dirigidas a reconocer la percepción, la información, las creencias y las actitudes de la población femenina sobre la salud general, el cuidado del cuerpo, la alimentación y las dietas de adelgazamiento. Fue diseñada conjuntamente por el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) y el Departamento de Nutrición y Reglamentación de la empresa Danone S.A.
Selección de la muestra
Se realizó un muestreo aleatorio representativo del sexo femenino de la población española, estratificada en cuatro franjas de edad (18-29, 30-45, 46-65 y más de 65 años), por comunidad autónoma y hábitat de la encuestada (rural o urbano, es decir, < 5.000 o > 5.000 habitantes).
Análisis de los datos
Los datos fueron analizados por un experto en estadística perteneciente a los servicios científicos de la empresa Saatchi&Saatchi Healthcare (http://www.saatchi-healthcare.es/) mediante el paquete estadístico SAS versión 9.1.3.
Resultados
Se realizaron 3.012 encuestas telefónicas a mujeres de todas las comunidades autónomas. La distribución porcentual de dicha mujeres en cada comunidad autónoma fue parecida a la obtenida por el INE en 2007 (fig. 1). Así, de cada ítem o pregunta se obtuvieron 3.012 respuestas, exceptuando algunos casos que se detallan en la tabla 1. Como se puede observar en dicha tabla, hay un grupo de preguntas que no se debe considerar para el análisis como representativas del grupo estudiado, dada la alta pérdida de información (69,6-87,3%).
Figura 1. Comparación de la distribución porcentual de la muestra seleccionada para el presente estudio respecto al censo de población obtenida del Instituto Nacional de Estadística (2007) .
De las 3.012 encuestas realizadas, el 18,06% pertenece a Andalucía, el 15,57% a Cataluña, el 13,58% a Madrid y el 10,19% a la Comunidad Valenciana (fig. 1). El 85,56% de dichas encuestas se realizó en zonas urbanas.
Características de la muestra
La distribución de las mujeres participantes en el estudio en los cuatro grupos de edad es homogénea y varía entre el 21,78 y el 29,35% (tabla 2). La mediana de edad de dichas mujeres es de 45 (17-97) años. El 38,31% de las mujeres tiene un nivel de estudios elemental, mientras que el 52,53% tiene estudios de grado medio o superior/universitario. Únicamente el 9,16% de las encuestadas no tiene estudios. El análisis de la ocupación profesional indica que el 49,9% de las mujeres que respondieron a la encuesta son amas de casa y trabajadoras no cualificadas, el 26,66% son trabajadoras cualificadas (empresarias, artesanas/comerciantes, administrativas, profesional superior o medio, y trabajadoras industriales cualificadas), el 11,52% son jubiladas o pensionistas y el 6,47% son estudiantes. En referencia al hábito tabáquico, 6 de cada 10 mujeres se declaran "no fumadora", 3 de cada 10 se declaran "fumadoras" y 1 de cada 10 se declara "ex fumadora".
Las características de la muestra de población en lo referente a la relación peso-talla (es decir, el IMC) se detallan en la tabla 3. Según la clasificación del sobrepeso y la obesidad establecida por el último consenso de 2007 de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)17, la mediana del IMC de las mujeres del presente estudio se considera normopeso, es decir, entre 18,5 y 24,9, excepto en el grupo de edad de más de 65 años. En este sentido, el 57,79% de las mujeres estudiadas presenta un peso normal, el 25,95% tiene sobrepeso, el 9,56% tiene algún grado de obesidad y el 6,7% tiene bajo peso.
Cuando se analiza la distribución porcentual de las mujeres según su IMC y por grupos de edad (tabla 3), se observa que el mayor porcentaje de mujeres en bajo peso (17,23%) y la menor tasa de sobrepeso y obesidad (el 9,6 y el 2,74% respectivamente) corresponden a la franja de edad de 18-29 años. Cabe destacar que el 70% de las mujeres de 18-45 años presenta normopeso, mientras que la mayor tasa de sobrepeso y obesidad la presentan las mujeres de más de 46 años. En este sentido, el 46,27% de las mujeres de 46-65 años presenta algún grado de sobrepeso u obesidad, mientras que la tasa de mujeres de más de 65 años con problemas de peso asciende al 61,7%.
Autopercepción y creencias acerca del peso
Respecto a la autopercepción del peso en relación a la estatura (es decir, el IMC), cuando se preguntó a las mujeres del estudio si creían estar delgadas o muy delgadas, con peso normal, con sobrepeso u obesidad, el 8,4% de la población refirió estar delgada o muy delgada cuando en realidad no lo está, y el 7,5% de las mujeres no sabe identificar que tiene obesidad. Entre las mujeres con bajo peso, el 48% sabe identificar que lo está, el 47% cree estar en la normalidad y un 4,5% cree estar por encima de la media. Entre las mujeres que tienen sobrepeso, el 55,56% cree estar en normopeso, mientras que el 41,2% sabe identificar su exceso de peso. Y entre las mujeres que presentan algún grado de obesidad, el 27,4% cree esta en normopeso y el 58,6% sabe identificar que tiene exceso de peso, pero no el grado en que lo tiene (tabla 4). En este sentido, el 32,4% de las mujeres que tienen sobrepeso y el 13,7% de las que padecen obesidad creen estar en "su peso".
Por un lado, de las mujeres que creen estar delgadas o muy delgadas y en realidad no lo están, el 65,8% tiene entre 30 y 65 años de edad, mientras que, de las que no saben identificar que tienen obesidad, el 80,4% tiene más de 45 años. Por otro lado, de las mujeres que creen estar en normopeso cuando en realidad no lo están, el 7,8% tiene entre 46 y 65 años y el 22,8%, más de 65 años.
Pese a que únicamente el 57,79% de las mujeres estudiadas presenta normopeso, 8 de cada 10 mujeres dicen "estar contenta", "estar bien" o "aceptar" el peso que tienen, mientras que el 12,24% asegura estar "resignada" con su peso. Solamente un bajo porcentaje está "preocupada" y un menor porcentaje está "obsesionada". En este sentido, las mujeres que presentan bajo peso son las que más contentas se sienten con su peso. El 73% de las mujeres que presentan sobrepeso y el 47,7% de las que tienen obesidad están "contentas" o "lo aceptan"; las mujeres obesas son las que presentan un mayor grado de resignación con su peso (34%). Pese que a medida que aumenta el exceso de peso de las mujeres aumenta también su preocupación, solamente el 6,8% de las mujeres que tienen sobrepeso y el 16,14% de las que tienen obesidad están "preocupadas" (tabla 4).
Por una parte, las mujeres de 18-29 años son las que refieren sentirse mejor con su peso (90%). Dichas mujeres son, a la vez, las que mayor tasa de normopeso y delgadez presentan (87%). El 75% de ellas desea mantener el peso (57%), aumentarlo (5%) o no tiene ningún objetivo (12,5%). Por otra parte, las mujeres de más de 65 años, pese a estar en general contentas con su peso, son las que más se resignan a estar en el peso que tienen, y a la vez son las que mayor tasa de sobrepeso y obesidad presentan (61,7%); 5 de cada 10 mujeres de dicha edad tienen como objetivo mantener el peso, mientras que el 34,3% desea reducirlo (tabla 5). Pese a que a medida que aumenta el IMC aumenta el porcentaje de mujeres que desea reducir peso (el 53,6% de las mujeres que tiene sobrepeso y el 71,6% que tiene obesidad), hay un notable porcentaje de mujeres (36,7%) que, pese a presentar sobrepeso, refieren como objetivo "mantener el peso". También hay un considerable porcentaje que, pese a estar en un peso normal, desea reducirlo (21,6%). Conviene destacar que un 7% de las mujeres con bajo peso tiene por objetivo adelgazar. En este sentido, 3 de cada 10 mujeres se sienten mal con su cuerpo o consigo cuando no cuidan su cuerpo como desearían, un 12,75% simplemente se pone de mal humor y el 57,87% no le da importancia (tabla 5).
Finalmente, ante la pregunta "¿Cree usted que muchas mujeres no dejan de fumar por miedo a perder peso?", 6 de cada 10 mujeres respondieron que sí, sin diferencias significativas entre los diferentes grupos de edad.
Creencias frente a actitudes o preferencias sobre salud general, dieta, desnatados y nutrientes
La salud general
Ante la pregunta "¿Cuál de éstas es su actividad principal para cuidarse?", 8 de cada 10 mujeres respondieron "la alimentación" o "el ejercicio físico" (el 54,6 y el 25,8% respectivamente). Las mujeres de más de 65 años son las que dicen cuidar más su alimentación para estar saludables (62%) y las que menos importancia atribuyen al ejercicio físico (21%), mientras que las mujeres de 18-29 años, pese a que la "actividad principal para cuidarse" sigue siendo la alimentación (45,1%), son las que otorgan un papel más relevante a la actividad física (33,7%) (tabla 6).
El 82% de las mujeres dice cuidarse por salud y no por cuestiones de belleza. Cuando se analiza la pregunta por franjas de edad, las mujeres de 18-45 años tienden a cuidarse más por estética que las mujeres de más de 45 años (tabla 7). Cuando se analizan los datos según el IMC, pese a que todas las mujeres dicen cuidarse más por razones de salud, las que presentan bajo peso o peso normal (el 39,5 y el 20,59% respectivamente) son las que dicen cuidarse más por razones de estética, mientras que las que presentan sobrepeso u obesidad dicen cuidarse más por salud (90%) (tabla 7).
La mayoría de las mujeres encuestadas (75,2%) cree que una dieta sana y equilibrada y hacer ejercicio físico son las estrategias más eficaces para perder peso. Asimismo, la mayoría de ellas asegura ponerlo en práctica. Conviene destacar que un notable porcentaje de mujeres de más de 65 años (21%) considera que comer menos sería adecuado para perder peso. Sin embargo, solamente el 8% lo suele llevar a cabo. Menos del 1% de todas las mujeres consideró como posible respuesta: "Seguir un tratamiento con un especialista" (tabla 8).
La dieta
Aproximadamente el 80% de las mujeres encuestadas está de acuerdo o muy de acuerdo en que para cuidar la alimentación hay que ingerir menos grasas e incrementar la ingesta de otros nutrientes, y el 65% lo está también con la necesidad de ingerir alimentos bajos en calorías o hacer una dieta hipocalórica. Sin embargo, sólo un 50-57% de ellas hace un control de ingesta de grasas en su dieta y solamente el 20% de ellas toma alimentos bajos en calorías o reduce las calorías de la dieta (tabla 8).
Por un lado, 8 de cada 10 mujeres encuestadas creen que el seguimiento de una dieta de 15 días o un "plan de choque" son una forma de perder peso poco o nada eficaz. Asimismo, cerca del 55% de ellas piensa que es un sistema difícil de seguir, mientras que un 20% asegura que es un sistema fácil de seguir (el 25% de las mujeres no respondió o no supo qué responder ante esta pregunta). Cabe destacar que, a medida que aumenta el IMC de la población encuestada, aumenta el porcentaje de mujeres que opinan que este tipo de dietas es difícil de seguir. Por otro lado, 9 de cada 10 mujeres piensan que es eficaz o muy eficaz cuidarse día a día y el 67% cree, además, que es fácil. Solamente 3 de cada 10 mujeres creen que es difícil cuidarse día a día. De hecho, el 84,5% de dichas mujeres asegura que cuida su cuerpo todo el año, mientras que solamente el 9,4 y el 6% dicen hacerlo en fechas próximas al verano o en festividades, respectivamente. En cambio, el 51% de las mujeres encuestadas compensan o dejan de comer en la siguiente comida cuando creen que se han pasado con la ingesta y el 3% admite tomar algún tipo de pastilla o sobre para ayudar a perder peso. Cuando se analizan los datos según el IMC de las mujeres, cabe destacar por un lado que 4 de cada 10 mujeres que presentan bajo peso también dicen compensar o dejar de comer en alguna comida. Por otro lado, a medida que aumenta el exceso de peso, hay más tendencia a la utilización de pastillas o sobres para adelgazar (el 5,4% de las mujeres que tienen sobrepeso u obesidad). Además, el 33% de las mujeres se propone perder una media de 3 kg en fechas veraniegas (4 kg las personas con sobrepeso u obesidad) y el 22,5% se propone adelgazar 2,5 kg (3 kg las personas con sobrepeso u obesidad) en otras festividades (p. ej., Navidad). En este sentido, el 90% de las mujeres cree que se puede perder una media de 4 kg al mes de forma saludable, y el 70% cree que se puede adelgazar de forma saludable perdiendo 1,5 kg a la semana.
Los alimentos desnatados o light
Respecto al consumo de alimentos desnatados o light, el 56% de las mujeres piensa que son más recomendables que los alimentos a los que sustituyen (no desnatados o no light), y 7 de cada 10 mujeres piensan que no solamente sirven para cuando se sigue una dieta hipocalórica. Sin embargo, sólo el 45% de ellas los consumen de forma habitual, mientras que las mujeres restantes lo hacen de forma esporádica o no los consumen (55%). Según los datos obtenidos, las mujeres que padecen exceso de peso creen en mayor medida que los desnatados son más recomendables, y se puede observar que, a medida que aumenta el IMC de las mujeres estudiadas, aumenta también el consumo habitual de estos productos. Del mismo modo, a medida que aumenta la edad de las mujeres, parece aumentar también la frecuencia de consumo de productos desnatados o light (tabla 9).
Entre las mujeres que consumen alimentos desnatados o light, ante la pregunta "¿Por qué consume este tipo de alimentos?", el 84,7% lo hace porque aporta menos grasa, para perder peso, porque va mejor para el colesterol o porque favorece el estado de salud general. Además, lo que más valoran de un yogur desnatado 6 de cada 10 mujeres es que tenga más nutrientes, aunque dichos consumidores no tienen muy claro si hay diferencias nutricionales significativas entre los distintos productos desnatados.
Entre los consumidores de productos enteros, las principales razones son: porque tienen mejor sabor (21%), porque tienen más nutrientes en general (13%) y en concreto más vitaminas (11,5%). Cabe destacar que casi un 18% de las mujeres considera que los productos enteros son más sanos.
Los nutrientes
Según el presente estudio, las mujeres consideran que los nutrientes más importantes son las vitaminas (40,7%) y los minerales (32,3%). Las mujeres de 18-45 años son las que consideran que los nutrientes más importantes para ellas son las vitaminas (45%), mientras que las mujeres de más de 65 años consideran más importantes los minerales como, por ejemplo, el calcio (48,1%) (tabla 10).
La mitad de las mujeres encuestadas opina que, en la mayoría de las dietas, al reducir calorías se pierden nutrientes, mientras que la otra mitad no está de acuerdo con dicha afirmación. Asimismo, la población femenina en estudio no tiene claro si al eliminar grasa de los alimentos se puede eliminar también otros nutrientes de interés (el 41% de acuerdo y el 48% en desacuerdo).
Un 65% de las encuestadas afirma: "No estoy dispuesta a restar kcal y nutrientes". En este sentido, aproximadamente 8 de cada 10 mujeres creen que su dieta les aporta todos los nutrientes y que, por lo tanto, no tienen ningún déficit nutricional, mientras que cerca del 12% cree que su dieta no le aporta todos los nutrientes y que puede tener algún tipo de déficit. Al analizar los resultados por grupos de edad, se puede observar una ligera tendencia a que con el aumento de edad la persona crea que su dieta podría no estar aportándole todos los nutrientes que necesita y que, por lo tanto, podría tener algún déficit nutricional. Asimismo, se puede observar la misma tendencia con el aumento del IMC.
Como se detalla en la tabla 11, el 40,2% de las mujeres cree que una falta de nutrientes se relaciona con más agotamiento, cansancio o debilidad; un 19,6%, con anemia y un 27,6%, con otras enfermedades.
Discusión
En el presente estudio se ha investigado acerca de la percepción, la información, las creencias y las actitudes de la población femenina española sobre la salud general, el cuidado del cuerpo, la alimentación y las dietas de adelgazamiento. Según los últimos datos del censo de población por comunidades autónomas (Instituto Nacional de Estadística [INE], 2007)23 (fig. 1) y los datos del IMC de la población femenina española (INE, 2006)24, la muestra femenina seleccionada para el presente estudio es representativa de todo el Estado español y aplicable únicamente a la población urbana.
Respecto al IMC se observa que, a medida que aumenta la edad de la población, aumenta el grado de sobrepeso y obesidad y que la mayor tasa de peso por debajo de la normalidad se encuentra en la población más joven. Estos resultados son coincidentes con los hallados por el INE en 200624. Según los datos obtenidos en el presente estudio, más de la mitad de la población que tiene sobrepeso y el 30% de los que padecen algún tipo de obesidad creen estar en un peso normal. Además, el 5% de las mujeres que están delgadas o muy delgadas considera que tiene un peso por encima de la normalidad. La tendencia a seguir pautas de adelgazamiento no sólo entre mujeres con sobrepeso u obesidad, sino también en quienes tienen normopeso o incluso bajo peso, se ha documentado en otros estudios11,25,26. Las mujeres de 18-29 años son las que mejor saben identificar si tienen delgadez, normopeso, sobrepeso u obesidad, mientras que las mujeres de más de 46 años son las que peor saben identificar su peso real.
Pese a que en el presente estudio el porcentaje de población femenina que dice estar contenta con su peso es muy alto (el 80%), cuanto más delgada es la persona, más contenta está con su peso, y a medida que aumenta el sobrepeso parece haber una tendencia a cambiar el "estar contento" por el "aceptarlo", y al llegar a la obesidad aumenta la "resignación" y la "preocupación" por su peso. Dicha tendencia coincide con los resultados hallados en otros estudios25,27.
Puede ser que el hecho de no saber identificar el peso real, junto con la tendencia de cambio de estado anímico (de "contenta" a aceptación-resignación), explique en parte por qué en una alta proporción las mujeres estudiadas pese a no estar en normopeso no se marcan el objetivo adecuado. Además, según se ha descrito en otros estudios1,6,9,10, puede ocurrir que algunas de las personas que pueden beneficiarse de realizar un cambio en su alimentación para mejorar su salud no perciban la necesidad de hacerlo.
Respecto al cuidado de la salud y el peso, se puede observar que, pese a que la mayoría de las mujeres encuestadas, de cualquier edad, afirma cuidarse por razones de salud, cuanto más joven y más delgada es la mujer, más tendencia tiene a cuidarse por estética. El ejercicio físico y una dieta equilibrada son las estrategias para cuidar la salud y para la reducción de peso declaradas más frecuentemente. Los beneficios de ambas estrategias están bien documentados y son bien conocidos por la comunidad científica y los gobiernos28-32. Los firmantes del presente estudio consideran que es alarmante que menos del 1% de las encuestadas considerara como posible estrategia eficaz para perder peso "seguir un tratamiento con un especialista". No se ha encontrado estudios que documenten este hallazgo, aunque hay datos que indican que muchos españoles consideran que no les hace falta acudir a un profesional de la salud para reducir peso, ya que lo pueden hacer ellos mismos con una dieta33.
Respecto al cuidado de la alimentación, la mayoría está de acuerdo en que hay que ingerir menos grasa y llevar a cabo una dieta hipocalórica. Dichas estrategias están bien definidas por organismos tales como la Organización Mundial de la Salud (OMS)34. Sin embargo, un bajo porcentaje de las mujeres estudiadas indicó llevarlas a cabo. Estos hallazgos coinciden con los mostrados en otros estudios1,6,25. La mayoría de la población en estudio tiene claro que las dietas milagro no son eficaces y sabe que la mejor estrategia es cuidar su alimentación día a día. En este sentido, cabe destacar que un alto porcentaje de mujeres tenga conductas tales como la compensación y el ayuno y que algunas mujeres indiquen ingerir "productos adelgazantes", así como proponerse la pérdida de 3-4 kg de peso en fechas veraniegas o festividades como la Navidad. La tendencia a la restricción dietética en la población general con la finalidad de perder peso o evitar ganarlo fue descrita ya por Herman et al35,36 en 1980. Dicha tendencia podría ir en aumento especialmente en mujeres jóvenes35 y se asocia a innumerables efectos negativos, entre los que se puede hallar la disminución de la autoestima, la preocupación por el peso y periodos de sobreingesta35. La "Teoría de la Restricción", caracterizada por una conducta compensatoria de sobreingesta y, por lo tanto, posible causante del aumento de peso de los individuos que la ponen en práctica, se describió ya en 197535-37. Sin embargo, cabe destacar que algunos estudios indican que un solo factor (p. ej., la restricción, la compensación o hacer dietas no controladas) no debe ser considerado necesariamente un factor de riesgo de aparición de trastornos del comportamiento alimentario35,38-40. Respecto a la ingesta de "productos adelgazantes", los autores del presente estudio consideran importante destacar que en España se estima que, tan sólo en "productos milagro" (ineficaces) para adelgazar, se gastan anualmente unos 2.050 millones de euros41. Según un documento del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN)42, las revisiones científicas realizadas sobre la eficacia y seguridad de los "complementos alimenticios para la pérdida de peso"17,43-50 indican que no existe evidencia de eficacia ni de seguridad de estos productos. El GREP-AEDN desaconseja el uso de complementos alimenticios o suplementos dietéticos (sean o no a base de plantas) para perder peso42. En el presente estudio, a diferencia de otros25,26,51,52, no se ha descrito que dichas tendencias extremas o poco saludables sean llevadas a cabo con mayor frecuencia por las mujeres con más sobrepeso u obesidad.
De forma similar, más de la mitad de las mujeres encuestadas saben que los desnatados son más recomendables y que no solamente sirven para cuando se hace un régimen, pero menos de la mitad los consumen de forma habitual. En cualquier caso, a medida que aumenta el IMC de dichas mujeres, aumenta el consumo de dichos productos. Esto puede indicar que, aunque el conocimiento no siempre condiciona el hábito53, puede ser el primer paso para mejorar la dieta en caso de que la persona lo perciba como necesario. En este sentido, Mena et al14, en un estudio realizado en Estados Unidos, observaron que los encuestados de ambos sexos que consumían dietas bajas en grasa lo hacían eligiendo, entre otros alimentos, productos lácteos bajos en grasa54.
Según un estudio publicado por el GREP-AEDN55 referente a la ingesta de vitaminas en la población española tras la revisión de 18 estudios56-75, la población general únicamente tiende a tener pequeños déficit de ingesta de ciertas vitaminas (folatos, betacaroteno, vitamina D y vitamina E). Pese a ello, las mujeres del presente estudio creen que las vitaminas son los nutrientes más importantes. Sin embargo, las mujeres de más de 65 años opinan que son los minerales, como el calcio, los nutrientes más importantes. Esto seguramente se deba a que la osteoporosis, enfermedad relacionada con el calcio, es más prevalente a medida que aumenta la edad y llega a afectar al 52% de las mujeres de más de 70 años76.
Pese a que la mayoría de las mujeres estudiadas consideran que su dieta aporta todos los nutrientes, más del 10% de la población cree que podría tener un déficit, la mitad de la población cree que al hacer una dieta hipocalórica se pierden nutrientes y a medida que aumentan la edad y el IMC aumenta la tendencia a pensar que se puede tener un déficit nutricional.
Conclusiones
Según los datos obtenidos en el presente estudio, los autores observan que puede haber relación entre la autopercepción, la información o las creencias sociales sobre alimentación y salud y la actitud o conducta individual del acto alimentario. El estudio de estos componentes y del estilo de vida según las características personales del individuo puede ofrecer un perfil que permita entender cómo estos dos factores afectan al comportamiento alimentario. Entender mejor tanto el papel que desempeñan los alimentos como el comportamiento humano frente a la alimentación puede aumentar la efectividad de las intervenciones diseñadas para mejorar la dieta y los hábitos alimentarios de la población20-22, que determinarán sin duda alguna su salud y su calidad de vida77.
Limitaciones del estudio
Como se muestra en el documento elaborado por Kempf et al78, la realización de un estudio a través de una encuesta telefónica puede significar una limitación, al tener que basar el estudio en una selección muestral de individuos que tienen línea telefónica fija (no móvil) y, de éstos, los que están en ese momento en casa y que además quieren realizar y terminar la encuesta78. Además de dicha limitación, cabe destacar que en el presente estudio no se ha comprobado la veracidad de ninguna de las respuestas (incluso las que puedan parecer objetivas como el peso o la estatura) ofrecidas por el propio individuo encuestado.
Conflicto de intereses
Los autores del presente artículo indican que el estudio ha sido financiado por Danone S.A. y que, además, uno de los autores trabaja en dicha empresa. Pese que los autores citan dicho conflicto de intereses, éstos han realizado el análisis de los datos y han obtenido sus conclusiones ajenos a las opiniones u objetivos de dicha empresa.
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico:info@grep-aedn.es (E. Baladia).
INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO
Historia del artículo:
Recibido el 7 de enero de 2009
Aceptado el 10 de diciembre de 2009