Según la herramienta Journal Citation Reports (publicación anual del Institute of Scientific Information), las 4 revistas científicas de más impacto en el ámbito de la nutrición son, en orden:
1. Progress in Lipid Research
2. Annual Review of Nutrition
3. The American Journal of Clinical Nutrition
4. International Journal of Obesity
A continuación se ofrece una selección breve que el comité editorial ha realizado de artículos aparecidos en estas revistas entre los meses de junio y agosto de 2008. De algunos de ellos se ofrece un breve resumen. En esta selección también se incluye, pese a que su impacto es menor (ocupa el puesto 13), la revista Journal of the American Dietetic Association, ya que los socios de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN) tienen acceso gratuito a sus contenidos (se puede solicitar escribiendo a jada@grep-aedn.es). Los textos completos del resto de revistas se pueden consultar de forma gratuita desde ordenadores de facultades que imparten enseñanzas relacionadas con la nutrición y la dietética.
RevistaProgress in Lipid Research
Hamazaki T, Hamazaki K.
Fish oils and aggression or hostility. Prog Lipid Res. 2008;47:221-32.
RevistaAnnual review of nutrition
Olson CM.
Achieving a healthy weight gain during pregnancy. Annu Rev Nutr. 2008;28:411-23.
Se revisan las recomendaciones de ganancia de peso en el embarazo establecidas por el Institute of Medicine, descritas en la tabla 1
El rango para mujeres con gemelos es de 16-20 kg. Las jóvenes adolescentes y las mujeres afroamericanas deberían intentar acercarse al rango superior de ganancia de peso, y las mujeres de estatura baja (< 157 cm), al rango inferior.
La revisión tuvo en cuenta población tanto americana como europea. Su conclusión es que estas recomendaciones siguen teniendo validez, excepto en el caso de mujeres con índice de masa corporal superior a 35, que podrían beneficiarse ante ganancias de peso inferiores a los 7 kg recomendados.
RevistaThe American Journal of Clinical Nutrition
Owen CG, Whincup PH, Kaye SJ, Martin RM, Davey Smith G, Cook DG, et al.
Does initial breastfeeding lead to lower blood cholesterol in adult life? A quantitative review of the evidence.
Am J Clin Nutr. 2008;88:305-14.
Se trata de una revisión sistemática de estudios acerca de la alimentación de los bebés y sus concentraciones de colesterol en la edad adulta. Los autores concluyen que amamantar al bebé (particularmente de forma exclusiva) en su primera infancia podría asociarse a concentraciones menores de colesterol en su vida adulta.
Gallicchio L, Boyd K, Matanoski G, Tao XG, Chen L, Lam TK, et al.
Carotenoids and the risk of developing lung cancer: a systematic review. Am J Clin Nutr. 2008;88:372-83.
Esta revisión sistemática de la bibliografía concluye que la disminución en el riesgo de tener cáncer de pulmón ante la suplementación con betacaroteno es pequeña y atribuible a factores de confusión, como el hecho de que los carotenoides actúan como marcadores de un estilo de vida más saludable.
Carnell S, Wardle J.
Appetite and adiposity in children: evidence for a behavioral susceptibility theory of obesity.
Am J Clin Nutr. 2008;88:22-9.
Los padres de una cohorte de niños gemelos de 8-11 años (n = 10.364) y los de una muestra de niños de 3-5 años (n = 572) rellenaron un cuestionario sobre hábitos de alimentación de los niños, que incluía aspectos relacionados con el apetito y la saciedad. Después de analizar los datos, los autores concluyeron que la evaluación del apetito en los niños podría ayudar a identificar a los niños con riesgo alto de presentar obesidad en la edad adulta.
Faridi Z, Njike VY, Dutta S, Ali A, Katz DL.
Acute dark chocolate and cocoa ingestion and endothelial function: a randomized controlled crossover trial.
Am J Clin Nutr. 2008;88:58-63.
Es un ensayo aleatorizado controlado, llevado a cabo en 57 adultos con sobrepeso, que concluye que la ingesta aguda de chocolate negro podría mejorar la función del endotelio y disminuir la presión arterial en adultos con sobrepeso. Sin embargo, el contenido en azúcar del chocolate podría atenuar estos efectos.
Lai HJ, Shoff SM.
Classification of malnutrition in cystic fibrosis: implications for evaluating and benchmarking clinical practice performance.
Am J Clin Nutr. 2008;88:161-6.
Olsen SF, Østerdal ML, Salvig JD, Mortensen LM, Rytter D, Secher NJ, et al.
Fish oil intake compared with olive oil intake in late pregnancy and asthma in the offspring: 16 y of registry-based follow-up from a randomized controlled trial.
Am J Clin Nutr. 2008;88:167-75.
Umesawa M, Iso H, Date C, Yamamoto A, Toyoshima H, Watanabe Y, et al.
Relations between dietary sodium and potassium intakes and mortality from cardiovascular disease: the Japan Collaborative Cohort Study for Evaluation of Cancer Risks.
Am J Clin Nutr. 2008;88:195-202.
La ingesta de sodio en la población asiática es generalmente alta. En este estudio de seguimiento de 58.730 japoneses, se concluyó que tanto una ingesta alta de sodio, como una ingesta baja de potasio podrían incrementar el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.
Warensjö E, Sundström J, Vessby B, Cederholm T, Risérus U.
Markers of dietary fat quality and fatty acid desaturation as predictors of total and cardiovascular mortality: a population-based prospective study.
Am J Clin Nutr. 2008;88:203-9.
Sun Q, Ma J, Campos H, Rexrode KM, Albert CM, Mozaffarian D, et al.
Blood concentrations of individual long-chain n-3 fatty acids and risk of nonfatal myocardial infarction.
Am J Clin Nutr. 2008;88:216-23.
Ng TP, Feng L, Niti M, Kua EH, Yap KB.
Tea consumption and cognitive impairment and decline in older Chinese adults.
Am J Clin Nutr. 2008;88:224-31.
Ylihärsilä H, Kajantie E, Osmond C, Forsén T, Barker DJ, Eriksson JG.
Body mass index during childhood and adult body composition in men and women aged 56-70 y.
Am J Clin Nutr. 2008;87:1769-75.
Gnagnarella P, Gandini S, La Vecchia C, Maisonneuve P.
Glycemic index, glycemic load, and cancer risk: a meta-analysis.
Am J Clin Nutr. 2008;87:1793-801.
En este metaanálisis se evaluaron los estudios que han relacionado el índice glucémico (IG) o la carga glucémica (CG) de los alimentos, con el riesgo de tener cáncer. Se indica que a mayor ingesta de alimentos con alto IG o CG, hay un riesgo mayor de tener cáncer colorrectal o de endometrio.
Watanabe M, Suliman ME, Qureshi AR, Garcia-Lopez E, Bárány P, Heimbürger O, et al.
Consequences of low plasma histidine in chronic kidney disease patients: associations with inflammation, oxidative stress, and mortality.
Am J Clin Nutr. 2008;87:1860-6.
Tan AG, Mitchell P, Flood VM, Burlutsky G, Rochtchina E, Cumming RG, et al.
Antioxidant nutrient intake and the long-term incidence of age-related cataract: the Blue Mountains Eye Study.
Am J Clin Nutr. 2008;87:1899-905.
Bischoff-Ferrari HA, Rees JR, Grau MV, Barry E, Gui J, Baron JA.
Effect of calcium supplementation on fracture risk: a double-blind randomized controlled trial.
Am J Clin Nutr. 2008;87:1945-51.
Se aleatorizó a 930 adultos, con una edad media de 61 años (72% varones), y con un diagnóstico reciente de adenoma colorrectal, a recibir 1.200 mg/día de calcio, o placebo durante 4 años. En el grupo de intervención se produjo un número significativamente menor de fracturas.
RevistaInternational Journal of Obesity
Davison K, Coates AM, Buckley JD, Howe PR.
Effect of cocoa flavanols and exercise on cardiometabolic risk factors in overweight and obese subjects.
Int J Obes (Lond). 2008;32:1289-96.
Steinberg KK, Dietz WH.
Workshop on estimating the health burden of overweight and obesity.
Int J Obes (Lond). 2008;32 Suppl 3:S1-3.
Wells JC, Hallal PC, Reichert FF, Menezes AM, Araújo CL, Victora CG.
Sleep patterns and television viewing in relation to obesity and blood pressure: evidence from an adolescent Brazilian birth cohort.
Int J Obes (Lond). 2008;32:1042-9.
En una muestra de 4.452 niños de 10-12 años, se observó que tanto dormir poco, como ver mucho la televisión, estaba asociado a una proporción mayor de grasa corporal, obesidad y presión sanguínea, independientemente del grado de actividad física.
Sanigorski AM, Bell AC, Kremer PJ, Cuttler R, Swinburn BA.
Reducing unhealthy weight gain in children through community capacity-building: results of a quasi-experimental intervention program, Be Active Eat Well.
Int J Obes (Lond). 2008;32:1060-7.
El estudio evaluó el efecto de un programa de promoción de la alimentación saludable y el ejercicio físico en 839 en niños de 4-12 años. Estos niños, en comparación con los que no participaron en el programa, presentaron menos incrementos en el peso corporal.
Garnett SP, Baur LA, Cowell CT.
Waist-to-height ratio: a simple option for determining excess central adiposity in young people.
Int J Obes (Lond). 2008;32:1028-30.
Los autores proponen un método práctico para determinar el exceso de adiposidad central en jóvenes (en el estudio la edad media de los participantes fue de 14,9 años). Según este método, si la circunferencia de la cintura es mayor que la mitad de la altura, hay un exceso de adiposidad central.
Maximova K, McGrath JJ, Barnett T, O'Loughlin J, Paradis G, Lambert M.
Do you see what I see? Weight status misperception and exposure to obesity among children and adolescents.
Int J Obes (Lond). 2008;32:1008-15.
Según este estudio, los niños y los adolescentes que conviven con personas con sobrepeso u obesidad pueden desarrollar percepciones inadecuadas acerca de qué constituye un peso correcto.
Alhassan S, Kim S, Bersamin A, King AC, Gardner CD.
Dietary adherence and weight loss success among overweight women: results from the A TO Z weight loss study.
Int J Obes (Lond). 2008;32:985-91.
Romero-Corral A, Somers VK, Sierra-Johnson J, Thomas RJ, Collazo-Clavell ML, Korinek J, et al.
Accuracy of body mass index in diagnosing obesity in the adult general population.
Int J Obes (Lond). 2008;32:959-66.
Este estudio evaluó a 13.601 individuos para testear la validez del índice de masa corporal (IMC) como herramienta de diagnóstico de la obesidad. La conclusión de los autores fue que la precisión del IMC es limitada, sobre todo para individuos en rangos intermedios de IMC, en varones y en ancianos.
Bouchard C.
The magnitude of the energy imbalance in obesity is generally underestimated.
Int J Obes (Lond). 2008;32:879-80.
RevistaJournal of the American Dietetic Association
Newman VA, Flatt SW, Pierce JP.
Telephone counseling promotes dietary change in healthy adults: results of a pilot trial.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1350-4.
Galson SK.
Mothers and children benefit from breastfeeding.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1106.
Harris WS.
You are what you eat applies to fish, too.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1131-3.
Kris-Etherton PM, Hill AM.
N-3 fatty acids: food or supplements?
J Am Diet Assoc. 2008;108:1125-30.
Los autores revisan la bibliografía referente a ácidos grasos n-3, y reconocen su posible papel en la promoción de la salud, sobre todo en personas que no toman pescado, pero detallando que no está clara la dosis de ácido docosahexanoico óptima, ni si su suplementación podría tener efectos negativos en la salud.
Zazpe I, Sanchez-Tainta A, Estruch R, Lamuela-Raventos RM, Schröder H, Salas-Salvado J, et al.
A large randomized individual and group intervention conducted by registered dietitians increased adherence to Mediterranean-type diets: the PREDIMED study.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1134-44.
Los participantes de este estudio se asignaron de forma aleatorizada a un grupo control o a 2 grupos de dieta mediterránea (uno que recibía 1 l/semana de aceite de oliva virgen, y otro que recibía una mezcla de 30 g/día de frutos secos). Estos últimos recibieron consejos cada 3 meses por parte de dietistas-nutricionistas y sesiones grupales cada 4 meses. El grupo control recibió instrucciones verbales y documentos con guías dietéticas. Los participantes en los grupos de la dieta mediterránea incrementaron su ingesta de aceite de oliva virgen, frutos secos, hortalizas, legumbres, frutas, fibra, ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos poliinsaturados. Todos los grupos disminuyeron su ingesta de carne, dulces y bollería.
Shi Z, Hu X, Yuan B, Pan X, Dai Y, Holmboe-Ottesen G, et al.
Strong negative association between intake of tofu and anemia among Chinese adults in Jiangsu, China.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1146-53.
Hubbs-Tait L, Kennedy TS, Page MC, Topham GL, Harrist AW.
Parental feeding practices predict authoritative, authoritarian, and permissive parenting styles.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1154-61.
Weaver KL, Ivester P, Chilton JA, Wilson MD, Pandey P, Chilton FH.
The content of favorable and unfavorable polyunsaturated fatty acids found in commonly eaten fish.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1178-85.
Andrade AM, Greene GW, Melanson KJ.
Eating slowly led to decreases in energy intake within meals in healthy women.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1186-91.
En este ensayo aleatorizado, se evaluó el efecto que tenía en la saciedad ingerir de forma rápida o de forma lenta, en 30 voluntarias sanas con una media de edad de 22,9 años. La sensación de saciedad fue mayor (y la ingesta menor) en el grupo que comió de forma pausada.
Bopp MJ, Houston DK, Lenchik L, Easter L, Kritchevsky SB, Nicklas BJ.
Lean mass loss is associated with low protein intake during dietary-induced weight loss in postmenopausal women.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1216-20.
Davy BM, Dennis EA, Dengo AL, Wilson KL, Davy KP.
Water consumption reduces energy intake at a breakfast meal in obese older adults.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1236-9.
Pittaway JK, Robertson IK, Ball MJ.
Chickpeas may influence fatty acid and fiber intake in an ad libitum diet, leading to small improvements in serum lipid profile and glycemic control.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1009-13.
El estudio evaluó el efecto de incorporar garbanzos en la dieta habitual de 45 adultos. Se produjeron mejoras en las cifras de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad, así como en la insulina en ayunas.
Nicklas TA, Hayes D; American Dietetic Association.
Position of the American Dietetic Association: nutrition guidance for healthy children ages 2 to 11 years.
J Am Diet Assoc. 2008;108:1038-44, 1046-7.
Postura de la Asociación Americana de Dietética acerca de la alimentación de niños sanos de 2-11 años. Se enfatiza que la habilidad innata de los niños para autorregular su ingesta energética puede menoscabarse ofreciéndoles grandes raciones de alimentos (particularmente los ricos en calorías, dulces o salados), presionándoles a que coman, restringiéndoles alimentos, u ofreciéndoles modelos de consumo excesivo. Se propone que los padres o los cuidadores aporten una estructura positiva, apoyo adaptado a la edad y opciones saludables de alimentos y bebidas. Los niños deben ser responsables de qué y cuánto comen de lo que los adultos ofrecen.