José Luis Arteta, fue uno de los últimos discípulos de Cajal. Él encarna como pocos la transición entre la brillante escuela neurohistológica española, con el inicio de la anatomía patológica diagnóstica de ámbito hospitalario asistencial. Esa transición ocurre durante la difícil posguerra en la década de los cuarenta e inicio de los cincuenta del siglo XX, hasta culminar con la fundación de la Sociedad Española de Anatomía Patológica en 1959. Como muchos de los patólogos de su generación, dominaba la práctica de las autopsias clínicas, pero en el Hospital Provincial de Madrid tuvo ocasión de desarrollar el diagnóstico biópsico de la mano del clínico más brillante de su generación Carlos Jiménez Díaz, al tiempo que mantenía una notable actividad investigadora en el Instituto Cajal y a través de su estrecha colaboración con Gregorio Marañón. Además de médico y patólogo, Arteta era un humanista, de vasta cultura, que también pudo desarrollar por su entrañable amistad con Pío Baroja. Sobre su prematura muerte a los 45 años por poliomielitis, queda una sombra de misterio acerca de si se trató de una infección ambiental o una inoculación accidental durante sus investigaciones sobre este virus.
José Luis Arteta, was one of Cajal's last students at the outstanding institute of neurohistology. His career highlights a time of transition in Spanish pathology during the difficult years between the 1940s and the early 1950s, following the Spanish civil war. Diagnostic pathology was beginning to take place within the hospital setting and eventually, in 1959, the Spanish Society of Pathology (SEAP) was founded. Like many of his peers, he was expert in clinical autopsies, but he also had the opportunity, in the Provincial Hospital in Madrid, to develop skills in biopsy diagnosis under the tutelage of Carlos Jimenez Díaz, the most brilliant clinician of the time. He continued his research at the Cajal Institute and in collaboration with Gregorio Marañón. However, not only was Arteta a notable physician and pathologist, he was also a cultured humanist and close friend of Pío Baroja. His premature death at age 45 from poliomyelitis remains somewhat of a mystery: was it caused by an environmental infection or an accidental inoculation during his research on the virus?
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