La diabetes constituye una de las enfermedades más prevalentes existentes en la actualidad, con un índice de afectación a nivel podológico de un 15%. Por ello se hace necesario implantar medidas eficaces para reducir el número de complicaciones a través del fomento de conductas de autocuidados, lo cual genera una mejora en la calidad de vida y la reducción de posibles complicaciones asociadas, tal como hemos encontrado en la bibliografía.
MétodosSe procede a realizar la encuesta de autocuidados APD-UMA y el cuestionario de calidad de vida SF-12 a una muestra de 50 personas. Con el objetivo de determinar la existencia de relación entre calidad de vida, autocuidados y complicaciones asociadas a la diabetes.
ResultadosNo se obtuvieron resultados significativos en ninguna de las dimensiones, a excepción de entre los parámetros autocuidados y salud física, observándose una relación positiva entre ambos.
ConclusionesSe ha obtenido una alta puntuación en el cuestionario de autocuidados. Además, no hemos obtenido relación significativa entre ninguna de las variables, únicamente observamos que unas mejores condiciones en la salud física, genera mayor nivel de autocuidados.
Diabetes is one of the most prevalent diseases in existence today, with an index of foot involvement of 15%. Therefore, it is necessary to implement effective measures to reduce the number of complications such us the promotion of self-care behaviors, which leads to an improvement in the quality of life and the reduction of possible associated complications as it has found in the literature.
MethodsThe APD-UMA self-care survey and the SF-12 quality of life questionnaire were carried out on a sample of 50 people. With the objective of determining the existence of a relationship between quality of life, self-care and complications associated with diabetes.
ResultsThere were no significant results in any of the dimensions. Except for self-care parameters and physical health, a positive relationship was observed between the two.
ConclusionsA high score was obtained in the self-care questionnaire. In addition, we did not obtain a significant relationship between any of the variables, it was only observed that better physical health conditions generated a higher level of self-care.
La diabetes mellitus (DM) es un síndrome complejo que abarca una serie de enfermedades de diferentes etiologías caracterizadas por el aumento crónico de la concentración de glucosa en sangre o hiperglucemia. Esta situación viene determinada por defectos en la secreción de insulina, en su acción en los tejidos o por ambas situaciones1-3.
Desde 1980 la prevalencia de la DM ha aumentado exponencialmente en los últimos años, pasando de 108 millones de afectados en 1980 (4,7%) a 387 millones de personas (8,5%) en 2014 en la población adulta4,5. Y, por ende, se ha generado un incremento en los factores de riesgo asociados, como el sobrepeso o la obesidad6. Pasando a ser considerada una de las mayores epidemias4,7, con un incremento previsto para el año 2035 de 205 millones de personas5.
Respecto a los problemas podológicos, alrededor del 15% de las personas con DM tendrá una herida crónica en el pie7-10. De aquí, la necesidad de designar de manera específica esta patología, denominándola «pie diabético», siendo definida por la Orgaznización Mundial de la Salud como «La infección, ulceración y/o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las extremidades inferiores»11.
Ante el alto porcentaje de personas con DM que a lo largo de su vida desarrollarán pie diabético, se hace necesario plantear diferentes alternativas en las que como podólogos podamos prevenir dichas complicaciones, con el fin de mejorar la calidad de vida de esta población.
Para prevenir las complicaciones agudas y crónicas de la DM es fundamental, según la Asociación Americana de Diabetes, el cuidado clínico y la educación sanitaria sobre el autocuidado, aunque una correcta educación diabetológica solo la reciben pocos pacientes12,13.
Además, una de las complicaciones más peligrosas a nivel podológico en personas con DM es la aparición de úlceras. Se ha estimado que el 70% de las amputaciones no traumáticas realizadas a nivel mundial se deben a un pie diabético14.
En estos pacientes que presentan factores de riesgo como neuropatía y/o isquemia, la incidencia de reulceración es muy alta. La ulceración se puede asociar a una elevada tasa de amputación y mortalidad. Por estos motivos, es muy importante la prevención podológica en pacientes con DM15.
Los cuidados que el paciente lleva a cabo por sí mismo, o autocuidados se consideran claves para evitar las complicaciones asociadas16,17.
Según Orem y Taylor, una de las primeras referencias para la práctica del autocuidado lo define como las acciones que los individuos inician y realizan por sí mismos para mantener la vida, la salud y el bienestar18,19. Además, indica que los resultados de salud que obtenemos varían desde la prevención primaria hasta la rehabilitación. Es por ello que, hoy en día, los autocuidados son considerados como una herramienta imprescindible dentro del plan terapéutico de muchas enfermedades, haciendo especialmente hincapié en las enfermedades crónicas para evitar que debiliten la calidad de vida18-20.
Para medir la calidad de vida en los pacientes con DM se utilizan diversos instrumentos21-25. Entre ellos, se debe destacar el cuestionario Short Form-36 Health Survey, que se considera el instrumento genérico de calidad de vida, ampliamente utilizado, más relevante para los pacientes con diabetes20.
Los objetivos del presente estudio son determinar la prevalencia de los principales hábitos de salud y complicaciones generales y podológicas en personas con DM. En dicha población, se realiza el cuestionario SF-12 para determinar la calidad de vida y el cuestionario APD-UMA para hallar el grado de autocuidados. Se busca la existencia de relación de la calidad de vida con el nivel de autocuidados, la calidad de vida con la presencia de complicaciones y los autocuidados con las complicaciones.
Material y métodosLa muestra se compone de 50 pacientes que acudieron al Área Clínica de Podología de la Universidad de Sevilla entre marzo y octubre del 2016, y que de forma voluntaria deciden participar en el estudio.
Como criterios de inclusión, estar diagnosticado previamente de DM y firmar previamente consentimiento informado. Como criterios de exclusión, negativa a la participación en el estudio y alteraciones de sus facultades psíquicas o desorientación, u otra alteración que le impida entender los cuestionarios por sí mismo o con ayuda del clínico.
Se registran los datos de filiación: nombre, género, fecha de nacimiento y nivel de estudio. Se mide y pesa a cada sujeto, posteriormente se halla el índice de masa corporal (en adelante, IMC). También se registran el año de comienzo, el tipo y el tratamiento de la DM, así como el nivel de hemoglobina glucosilada (en adelante, HbA1c).
Se realiza un cuestionario de salud sobre los principales factores de riesgo: hipertensión arterial, nefropatía, retinopatía, cardiopatía isquémica, bebedor, fumador, accidente cardiovascular, úlceras, amputaciones, revascularización y otros.
Se realiza un cuestionario sobre los antecedentes podológicos: quiropodias, ortesis plantares, tratamiento físico y quirúrgico.
Finalmente, se le administra el cuestionario de Salud SF-12 sobre calidad de vida y el cuestionario APD-UMA acerca del nivel de autocuidados de los pies para personas con DM. Con el cuestionario SF-12 se procede a calcular el nivel de salud mental y de salud física.
Se calculan los valores descriptivos (media, máximo, mínimo y desviación típica) para la edad, IMC, años de evolución de la DM, HbA1c, nivel de salud mental, nivel de salud física y nivel de autocuidados.
Se calculan las frecuencias de la muestra según género, franja etaria, tipo de diabetes, nivel de estudio, antecedentes generales y podológicos.
Se realizan correlaciones con la Rho de Spearman entre la salud física, salud mental y autocuidados para la muestra total; y por grupos con y sin úlceras, y con y sin amputación.
Se comparan con la t de Student para muestras independientes la salud física, salud mental y nivel de autocuidados para los grupos con y sin úlceras, y con y sin amputación.
ResultadosLa muestra total se compone de 50 personas, 33 hombres y 17 mujeres, el 66 y el 34% del total, respectivamente. El 4% presenta DM tipo1 y el 96% tipo 2. En la tabla 1 aparecen los valores mínimo, máximo, media y desviación típica para la edad, IMC, años de diabetes y HbA1c.
El valor de HBA1c solo se registra en el 10% de los pacientes, ya que solo estos pacientes eran conocedores del mismo. Respecto al tratamiento del paciente, el 42% se trata con insulina, el 32% con antidiabéticos orales y el 26% recibe tratamiento combinado con insulina y antidiabéticos orales. En la figura 1 se muestran las frecuencias de los antecedes generales de la muestra.
El 6% de la muestra es bebedor habitual y un 72% es fumador habitual, aunque cabe destacar que todos los fumadores lo son de menos de un paquete al día. Respecto a las complicaciones podológicas relacionadas con la DM, las úlceras y las amputaciones, se muestran en la figura 2.
En la tabla 2 se muestran los tratamientos podológicos recibidos por los pacientes. Destacando la quiropodia como el tratamiento más habitual.
Se calculan los descriptivos para las dimensiones física y mental del cuestionario SF-12 sobre calidad de vida y para el cuestionario APD-UMA sobre autocuidados de los pies en pacientes diabéticos (tabla 3).
Valores descriptivos para el total de la muestra de las dimensiones física y mental del cuestionario SF-12 sobre calidad de vida y del cuestionario APD-UMA sobre autocuidados de los pies en pacientes diabéticos
Mínimo | Máximo | Media | Desviación típica | |
---|---|---|---|---|
SF-12 físico | 16,10 | 51,20 | 35,28 | 9,74 |
SF-12 mental | 24,50 | 56,60 | 42,03 | 8,23 |
APD-UMA | 43,00 | 75,00 | 59,07 | 9,35 |
Se realizan las pruebas de normalidad de Shapiro-Wilk y Kolmogorov-Smirnov para dichas variables y se observa que no siguen una distribución normal. Se utiliza la prueba no paramétrica t de Student para muestras independientes, para comparar las medias de las dimensiones mental y física del SF-12 y el APD-UMA en los grupos con y sin antecedentes de úlceras y amputaciones y no hay diferencias significativas. Tampoco existen diferencias significativas si comparamos dichos valores entre hombres y mujeres.
Se hallan las correlaciones mediante la prueba estadística rho de Spearman entre las dimensiones física y mental del SF-12 y la APD-UMA. Esto se hace para la muestra total y dividiendo la muestra según género, sus antecedentes de úlceras y amputaciones. Las correlaciones son débiles para todos los casos, excepto para la correlación UPD-UMA/SF-12 físico entre los que existe una correlación media en el grupo total, sin úlceras, sin amputación y mujeres (tabla 4).
DiscusiónEn el presente estudio se procede a realizar un cuestionario sobre calidad de vida y sobre el nivel de autocuidados a nivel podológico en personas con diabetes.
En la literatura encontramos multitud de estudios que evalúan a través de distintas metodologías el nivel de autocuidados en diabéticos, aunque se hace preciso destacar el escaso protagonismo que en estos estudios se presta al pie, siendo uno de los grandes afectados por la DM26-28.
El control glucémico adecuado, lo que exige cambios en el estilo de vida y la adopción de medidas de autocuidado, es clave para prevenir complicaciones29,30. Aunque no debe considerarse la única medida a tener en cuenta; de hecho, esta problemática ya ha sido descrita por las investigaciones llevadas a cabo por Guell y Unwin, donde manifiestan que tanto sanitarios como pacientes en gran medida ignoran el cuidado del pie, para centrarse en otros factores como son el control glucémico31.
En nuestro estudio, únicamente el 10% de los pacientes eran conocedores de sus niveles de HbA1c. Se considera un dato bastante alarmante, ya que el adecuado control glucémico influye positivamente en la prevención de complicaciones asociadas a la DM y, por tanto, en la calidad de vida29,30,32-34.
Llevar a cabo una adecuada educación sanitaria en esta población, ya que la formación de los pacientes desempeña un papel importante en la prevención de las úlceras en el pie diabético y en otras complicaciones a nivel sistémico11,35. De hecho, la participación activa del paciente, por medio de actividades de autocuidado, constituye la clave principal para el control de la DM, ya que los pacientes y sus familiares son responsables de más del 95% del tratamiento36,37.
En la misma línea, Charesse manifiesta que mediante intervenciones educativas llevadas a cabo mediante mensajes de texto se produce una mejora en el nivel de autocuidados, aunque dicha investigación no se centraba a nivel podológico38.
Siguiendo estas pautas, procedimos a realizar el cuestionario de autocuidados UPD-UMA y el cuestionario SF-12 de calidad de vida, para determinar la existencia de relación entre el nivel de autocuidados y calidad de vida; y a su vez, dichos valores con la incidencia de complicaciones. Sin embargo, los resultados de este estudio fueron estadísticamente significativos solo en la variable de salud física del cuestionario SF-12 y el cuestionario de autocuidados de APD-UMA. El resto de las variables no fueron significativas.
Rezende et al. en su investigación proceden a realizar una adecuada educación sanitaria centrándose en los cuidados del pie en personas diabéticas, en el que hacen un seguimiento para valorar la adherencia a los autocuidados. Finalmente, concluyen que en aquellas personas en las se ha realizado intervenciones preventivas mejora el nivel de autocuidados y su adherencia a ellos. Sin embargo, no encuentran relación alguna entre una mejora en la adherencia a los autocuidados, y la disminución de la incidencia de complicaciones37.
Similares a las investigaciones anteriormente referidas son las condiciones de los pacientes de nuestra muestra ya que proceden del servicio de Pie de Riesgo y Podología General de la Universidad de Sevilla. Por este motivo, consideramos que en todos ellos ya se había llevado a cabo aunque sea una mínima intervención educativa, condicionando por ello los resultados obtenidos.
Consecuencia de ello es que la puntuación media de autocuidados en nuestro estudio es de 59,07, cuando la mejor conducta posible en el cuestionario APD-UMA corresponde a una puntuación de 80 y la mínima de 16. Encontramos además que la mínima puntuación encontrada fue de 43 puntos. Por tanto, a raíz de los resultados obtenidos, interpretamos que todos nuestros pacientes presentaban un alto nivel de autocuidados en el pie, obteniendo el paciente de menor puntuación resultados por encima de la media.
A pesar de ello, existe una alta prevalencia de complicaciones a nivel podológico; de hecho, un 42% de los entrevistados presentaban una úlcera en ese momento y un 32% había sufrido una amputación, lo cual es indicativo de que el poseer unos adecuados hábitos de autocuidados en el pie no va a ser determinante para la prevención de lesiones a nivel podológico, aunque para confirmar este aspecto sería necesario realizar intervenciones educativas antes de la aparición de dichas complicaciones.
Por otra parte, Rossaneis et al., en su estudio transversal, identifican la existencia de diferencias significativas en cuanto al nivel de autocuidados entre sexos. Refieren un mayor nivel de autocuidados a nivel podológico por parte de las mujeres, centrándose dicho aspecto en ítems como el secado de los pies, el corte de uñas, entre otros. Sin embargo, a nivel del calzado los hombres utilizaban modelos con características más fisiológicas32. Además Laclé y Valero-Juan, en un estudio de 7años de seguimiento, identificaron que ser hombre era un factor de riesgo de amputación en pacientes con pie diabético39.
Sin embargo, en nuestra investigación, no se encontraron diferencias significativas en el nivel de autocuidados entre hombres y mujeres. Por tanto, sería conveniente ampliar la muestra para determinar si se mantienen los mismos resultados.
Por otro lado, en cuanto a la relación de todos estos aspectos con la calidad de vida, únicamente existe relación positiva entre la dimensión física del cuestionario de calidad de vida SF-12 y el cuestionario de autocuidados. Mostrando que a mayor salud física mayor nivel de autocuidados llevado a cabo por los integrantes de nuestra muestra.
Existe evidencia publicada sobre la relación negativa entre la DM y la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) del paciente40-42. De hecho, se ha demostrado en un estudio europeo, que el impacto que tienen las comorbilidades asociadas a la DM sobre la CVRS del paciente se acentúa conforme aumenta el número de comorbilidades43,44.
En nuestro caso, a pesar de no realizar una comparativa con una muestra de población sana, obtuvimos unos resultados inferiores a los encontrados en la población general en cuanto a la calidad de vida y similares a los aportados por otras investigaciones llevadas a cabo en la población diabética45-47.
Sin embargo, en contraposición a lo generalmente determinado, el estudio realizado por Oliva et al. revela que la CVRS de una persona que tiene diabetes no es necesariamente menor que la de un no diabético. El control de los factores de riesgo asociados a las enfermedades vasculares es un elemento clave para mejorar la calidad de vida. Por otro lado, la enfermedad vascular o los factores de riesgo de enfermedad vascular se asocian a una disminución significativa de la calidad de vida de las personas diabéticas48.
Del mismo modo describen que la calidad de vida de los pacientes diabéticos disminuye como consecuencia de los problemas mencionados y otros, como la pérdida de visión por retinopatía diabética o amputaciones debidas a enfermedades vasculares periféricas o neuropatía, entre otros48.
Posiblemente la discrepancia de estas aportaciones con las obtenidas en nuestro estudio radiquen en la alta franja etaria de nuestro participantes, encontrándose la media de edad en 69,16 años, puesto que no encontramos que aquellas personas que tuviesen menos complicaciones presentaran mejor calidad de vida.
Por otro lado, este estudio no está libre de limitaciones; en primer lugar, se hace necesario destacar la medía tan alta con respecto a la franja etaria (69,16), lo cual nos puede generar una reducción en las medias de calidad de vida y en cierto modo en el nivel de autocuidados, puesto que se consideran edades en las cuales las capacidades físicas se encuentran disminuidas, lo cual dificulta llevar a cabo las tareas de autocuidados.
Además, se debe destacar que un 42% de los afectados se encuentran ante un proceso de herida crónica y un 32% había sufrido alguna amputación, dado que la mayoría son pacientes del servicio de Pie de Riesgo de la Universidad de Sevilla. Esto, junto a que un 92% de los pacientes había acudido alguna vez al podólogo, hace que el nivel de conocimientos sobre el cuidado de sus pies sea alto, lo cual favorece unas conductas de autocuidados adecuadas. Posiblemente este hecho sea responsable de la alta puntuación obtenida en el cuestionario APD-UMA. También se debe destacar que solo el 10% de la muestra conoce el valor del HBA1c; hubiera sido deseable realizar la analítica específica para obtener dicho valor y poder relacionar en nuestra muestra las complicaciones, la calidad de vida y los autocuidados con la HbA1c.
Más del 40% de nuestra muestra presenta antecedentes de úlceras, aunque actualmente el nivel de autocuidados es alto, ya que estos pacientes han recibido educación para la salud podológica. Sería interesante haber determinado el nivel de autocuidados antes de que aparecieran estas complicaciones para así poder relacionar las diferencias entre el nivel de autocuidados y la frecuencia o no de ulceración/reulceración. Un estudio prospectivo nos daría una información mucho más completa.
En general, en nuestra muestra los conocimientos de autocuidados podológicos son altos. No existe relación entre la calidad de vida y los autocuidados, la calidad de vida y las complicaciones de la diabetes, ni entre los autocuidados y las complicaciones. Aunque se observa una relación media y positiva entre la salud física y los autocuidados. Se hace necesario ampliar la muestra con pacientes sin complicaciones, así como obtener los valores de la HbA1c en toda la muestra para poder tener resultados más concluyentes. También sería interesante determinar en la muestra la presencia de enfermedad vascular periférica y neuropatía periférica, puesto que son aspectos fundamentales en la fisiopatología del pie diabético.
Finalmente, como conclusiones de este estudio, destacamos que se ha obtenido una alta puntuación en el cuestionario de autocuidados, no obteniendo relación significativa entre ninguna de las variables; únicamente se observa que unas mejores condiciones en la salud física generan mayor nivel de autocuidados.
Conflicto de interesesEste artículo no ha recibido subvención ni experimentado conflicto de intereses.