Enrique llegó al Servicio de Reumatología de la Clínica Puerta de Hierro en 1974, con un brillante expediente académico. Inició por entonces su actividad investigadora sobre procesos de citotoxicidad en artritis reumatoide con los Dres. Durantez, Kreisler y Ortiz de Landazuri. También en aquellas fechas, y en estrecha colaboración con el Servicio de Medicina Nuclear, desarrolló la aplicación intraarticular de isótopos radiactivos en el tratamiento de artropatías inflamatorias, llegando a conformar en los años siguientes una de las mayores casuísticas del mundo en este tipo de tratamiento. Fruto del trabajo de aquellos años son múltiples comunicaciones a Congresos y publicaciones, así como el respeto profesional del que se hizo acreedor.
Enrique fue Presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER) en los años 1988-1990, plasmando en la misma su espíritu tolerante y abierto, su fuerza emprendedora, su carácter receptivo a consejos y sugerencias y también su tenacidad. Hechos de la presidencia de Enrique Noguera fueron, entre otros, los siguientes:
El establecimiento de una sede estable (registros legales, informatización, teléfono, secretaria, organización y registro de la correspondencia, etc.).
La transformación del funcionamiento de la SER mediante la creación de Comités de Trabajo.
La creación del Boletín SER.
El comienzo de participación financiada de reumatólogos españoles en congresos internacionales de prestigio, por sugerencia y gestiones del Dr. Eliseo Pascual (1989, British Society of Rheumatology).
El establecimiento de cursos periódicos para residentes.
El nomenclátor de enfermedades reumáticas.
El soporte a la Candidatura de Barcelona para el ILAR-93.
En mi opinión, la presidencia de Enrique Noguera supuso un punto de inflexión para la andadura de la SER, que posteriores presidencias se han encargado de mejorar.
Enrique Noguera desarrolló adicionalmente una amplia tarea en el campo del periodismo médico. Miembro del cuerpo médico de la Asociación de la Prensa, fue editor y/o director de un gran número de revistas profesionales (Gaceta Médica Española, Profesión Médica, Dolor & Inflamación, Medicina Geriátrica, Inflamación 2000...).
Pero Enrique ha sido mucho más. Padre ejemplar, compañero amable y amigo fiel, Enrique siempre estuvo presto a arrimar el hombro, a dar la cara, a anticiparse a las necesidades ajenas y a hacer sin queja las tareas pertinentes por oscuras y tediosas que parecieran.
En esta hora triste, a los que hemos sido sus amigos y compañeros, sólo nos queda expresar nuestro orgullo por haber tenido la oportunidad de caminar a su lado parte de la senda. Descanse en paz.