Satisfacción. Responsabilidad. Reto.
Tres palabras que definen de forma bastante ajustada nuestros sentimientos ante esta nueva etapa que se abre en la Revista. Para nosotros es una enorme satisfacción y orgullo la confianza que la Junta Directiva de la SER nos ha depositado para dirigir el instrumento de difusión científica más importante de nuestra Sociedad. El encargo conlleva implícita, sin embargo, la gran responsabilidad de mantener, y si cabe mejorar, las cotas de calidad y rigor científico alcanzadas por la Revista durante la anterior etapa editorial. Somos conscientes de la dificultad que supone intentar mejorar las diferentes acciones que emprendieron en los últimos 6 años en la Revista los Dres. J.J. Gómez-Reino y A. Olivé, editor y secretario de redacción, respectivamente. A ellos debemos el cambio de formato y la reforma de las normas editoriales para estructurar los originales según normativa IMRD (introducción, material y métodos, resultados y discusión). También les debemos la creación de Comités de Evaluación de Reumatología Pediátrica y Epidemiología y la ampliación del comité de selección de trabajos. Crearon nuevas secciones de artículos especiales, reumatología clínica en imágenes, literatura comentada y conferencias clínicas. Consideraron que una mayor difusión de la Revista serviría para que nos conozcan más como Sociedad científica y, por ello, se amplió la distribución a todos los hospitales del territorio nacional, a las sedes de las Sociedades de reumatología europeas y americanas, y a los editores de todas las revistas biomédicas importantes. El Dr. Olivé asistió durante los últimos años a las reuniones que en el congreso del ACR se efectúan con el Comité Internacional de Revistas Biomédicas. Fruto de estas reuniones es la homogeneización de las citas bibliográficas y de las abreviaturas frecuentemente utilizadas. Después de tan intenso trabajo, creemos que debemos agradecérselo y felicitarles por el éxito del mismo.
En esta nueva etapa que se inicia, el Dr. Jordi Gratacós Masmitjà, secretario de redacción y yo personalmente como editor, debemos mantener la totalidad de las acciones emprendidas pero, además, intentar alcanzar el reto de mejorar la calidad científica de nuestra Revista y situarla, a ser posible, en el puesto que se merece en el contexto científico internacional. Para conseguir este reto se precisa, sin embargo, de la colaboración de todos nosotros, Comité Editorial, socios de la SER, e incluso la propia empresa editorial. En este punto es necesario insistir en dos problemas que nos afectan a todos.
El primero de ellos es la escasez de material científico remitido a nuestra Revista; es por ello que este Comité Editorial efectúa un ruego para que todos intentemos enviar, a nuestra Revista, el máximo número de trabajos que no hayan sido previamente publicados en revistas anglosajonas. Nuestra Revista, que es el órgano de expresión de nuestra Sociedad y de nuestra cultura médica, no está acorde con la producción científica de los reumatólogos de nuestro país. Con dificultad se dispone para publicar de dos trabajos originales por número y esta escasez podría subsanarse con muchos de los trabajos admitidos en el congreso del ACR, nuestro congreso de la SER y los diferentes congresos de la Sociedades Autonómicas de Reumatología que no se publican en ningún órgano de difusión. Los proyectos de investigación que se desarrollan a partir de distintos fondos de financiación también podrían ser remitidos para su publicación.
El segundo problema de nuestra Revista es su perpetua exclusión del Index Medicus. Esta contrariedad la debilita seriamente y obedece, en gran parte, a una insuficiente citación en la bibliografía de los trabajos españoles publicados en nuestra propia Revista y en revistas extranjeras. Todos debemos concienciarnos de este hecho y nuestra labor como responsables actuales es recordarlo continuamente a los socios. En este apartado, trasladamos también a la empresa editorial la necesidad de emprender todas las acciones, que estén en su mano, para intentar mejorar la situación editorial internacional de nuestra Revista, aunque todos somos conscientes de la dificultad que esto comporta al tratarse de una revista no anglosajona. Por nuestra parte, nos comprometemos humildemente a dedicar todos los esfuerzos que sean necesarios con el fin de alcanzar el reto que nos hemos impuesto, de intentar situar a nuestra querida Revista en el lugar científico que le corresponde.