En primer lugar nos gustaría agradecer la importante labor llevada a cabo por los Dres. Alejando Olivé y Juan Gómez Reino en la Revista Española de Reumatología. A esta Junta Directiva le consta el esfuerzo y la gran cantidad de horas que quitaron de sus horas de ocio para poder mejorar el principal medio de difusión con el que cuenta nuestra Sociedad. Así mismo, queremos dar la bienvenida al nuevo editor, Armando Laffón, y el nuevo secretario de redacción, Jordi Gratacós. Desde su nombramiento se han puesto manos a la obra, y estamos convencidos que su trabajo pronto dará sus frutos. Todos sabemos que la RER es una revista modesta, cuando se compara con el gran caudal de revistas científicas que llenan las bibliotecas. No obstante, y a pesar de las dificultades que todos sabemos que esto entraña, queremos animar desde aquí al reumatólogo español a que periódicamente envíe publicaciones a nuestro principal medio científico de expresión. En la reumatología española se trabaja mucho y bien. Prueba de ello son las múltiples comunicaciones científicas que se presentan a congresos de primera línea como la ACR. Sin embargo, es frustrante observar cómo mucha de esta producción luego no se publica en ningún medio científico. Quizás en la RER tengan su hueco, y estamos seguros que los nuevos responsables de la Revista van a trabajar en ello.
La SER camina hacia su completo desarrollo como Sociedad científica. Es una entidad sólida, estable y con una infraestructura que estamos seguros se consolidará en el plazo de pocos años. A ello han contribuido de forma notable las Juntas Directivas anteriores y, por supuesto, sus presidentes. Sin embargo, no quisiéramos pasar por alto, sin hacer una mención especial, la labor desarrollada por la Junta Directiva anterior y especialmente por su presidente Armando Laffón.
Como todos conocéis, la SER ha llevado a cabo un proyecto de investigación de carácter multicéntrico, sobre prevalencia de enfermedades reumáticas (EPISER) y en la actualidad se están desarrollando, o se iniciarán en breve, otros sobre morbilidad y costes en artritis reumatoide. Es posible que a lo largo de estos 2 años el número de proyectos pueda ampliarse a enfermedades tan relevantes como la artrosis y la osteoporosis. Por otro lado, estamos convencidos que durante el período de esta Junta Directiva se iniciarán otras actividades de formación y docencia que vendrán a complementar a las ya existentes.
Así mismo, es intención del presidente de la SER iniciar un proceso en el que otras personas de la Junta empiecen a tomar decisiones y a asumir responsabilidades. La gran actividad que tiene la SER en estos momentos hace inviable que una persona, el presidente, sea la única que conduzca la SER. En otras palabras, hay que iniciar un proceso en el que la delegación de funciones tome cuerpo y el trabajo se distribuya de una forma más equitativa. Es obvio que esto no quiere decir que el presidente de la SER vaya a dejar de ser responsable de algunas decisiones, sino todo lo contrario, ya que depositar la confianza en determinadas personas a lo único que conduce es a asumir y a responsabilizarse de esas decisiones.
Con una buena estructura organizativa el funcionamiento de la SER ganará en agilidad y será más productivo. En poco tiempo las actividades de la SER deben estar perfectamente definidas y desarrolladas, de forma que ponerlas en práctica sólo sea parte de la rutina diaria de una Sociedad científica como la nuestra. Hoy, por poner cuatro ejemplos, poca gente discute la idoneidad de las becas ACR, la escuela de ecografía, la edición cada 4 años del manual SER de enfermedades reumáticas y la organización por la propia SER de sus propios congresos. Si lo conseguimos, es probable que en poco tiempo a esta rutina se puedan añadir otros muchos servicios al socio, que contribuirán a incrementar su acceso a la información científica y su grado de formación clínica. Además, quizás haya posibilidades de ayudar desde la SER, en la medida de nuestras posibilidades, a personas que quieran complementar su bagaje científico.
Por otro lado, sabéis la importancia que van a tener en estos próximos años las nuevas terapias biológicas. La SER debe tomar la iniciativa y ser una de las primeras Sociedades científicas europeas que cree su propia base de datos al respecto. Esto lo único que nos puede reportar es credibilidad y una imagen de seriedad, que nos dará fuerza como Sociedad científica. Desde aquí sólo podemos pediros vuestro apoyo a este proyecto, que lo es de todos.
Cuando esta labor se complete, cuando estos servicios se den de forma rutinaria, será porque estarán imbricados dentro de la propia estructura de la SER. En ese momento la SER podrá caminar sola, con los retoques puntuales que puedan hacer cada Junta Directiva y su presidente correspondiente.
Finalmente, no quisiéramos pasar por alto la grave situación por la que atraviesan muchos compañeros nuestros que continúan en situación de paro laboral. Como todos sabéis, en la última asamblea general se planteó la posibilidad de paralizar durante un período de tiempo determinado la formación de residentes. La SER tiene la obligación de posicionarse de forma democrática y sensata sobre este problema, y en caso de que se adoptara una postura diferente a la de la situación actual, se trasladaría a la Comisión Nacional de la Especialidad para que a su vez se la comuniquen a las autoridades competentes en este tema.
Desde aquí os animamos a participar en todos las actividades de la SER y quedamos a vuestra disposición para cualquier sugerencia que nos queráis hacer.