En la segunda mitad del sigloxviii, con la fundación de los Reales Colegios de Cirugía de Cádiz, Barcelona y Madrid, se sientan las sólidas bases para el futuro desarrollo de la anatomía y la cirugía en España.
Con el presente trabajo pretendemos rendir un modesto homenaje a la figura de Antonio Gimbernat, continuador de la obra docente e investigadora de su gran maestro, Pedro Virgili. Maestro y discípulo protagonizaron uno de los capítulos más brillantes de la historia de la cirugía y de la medicina en España.
With the foundation during the second half of the 18th century of the Royal Colleges of Surgery in the cities of Cádiz, Barcelona and Madrid, solid foundations were laid for the future development of Anatomy and Surgery in Spain.
With this work we pay a modest tribute to the figure of Antonio Gimbernat, who carried on the teaching and research work of his great master, Pedro Virgili. Master and pupil led one of the most brilliant chapters in the history of Surgery and Medicine in Spain.
Antonio Gimbernat y Arbós nació en Cambrils, Campo de Tarragona, el 15 de febrero de 1734, en el seno de una familia de campesinos. Comenzó sus estudios en la escuela de su pueblo natal y los amplió en el convento de los Padres Recoletos de Riudoms, localidad vecina a Cambrils.
Asistió, por espacio de 5años, a la Universidad de Cervera, donde cursó estudios de Filosofía y Latín, tras los cuales, en posesión del título de bachiller en artes, regresó a su pueblo.
Decidió estudiar medicina, y en 1756 (a la edad de 22años) marchó a Cádiz, cuyo Colegio de Cirugía, fundado por Pedro Virgili —paisano de Gimbernat— gozaba ya de merecida fama.
Tras dosaños de estudios preparatorios, en 1758 fue nombrado colegial practicante de cirugía, y dosaños más tarde (en 1760) obtuvo el título —mucho más honroso y codiciado— de colegial interno del Real Colegio de Cirugía de Cádiz.
Este aventajado discípulo de Virgili concentró su extraordinaria laboriosidad en los estudios de Anatomía y Disección, piedra angular de los estudios quirúrgicos («Mi autor favorito es el cadáver humano», solía decir en sus conferencias y lecciones).
Su notable habilidad como disector y su extraordinaria competencia en anatomía hicieron que se le nombrase, sin estar aún graduado, sustituto de la cátedra de esta asignatura en Cádiz, durante las ausencias del profesor numerario, el doctor Lorenzo Roland (yerno de Virgili).
En 1762 obtuvo el título de cirujano latino o licenciado, y fue propuesto por Virgili para ocupar la cátedra de Anatomía en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona, cuya fundación por parte de Virgili se estaba gestando, pero la administración central de Madrid se opuso a la concesión de dicha plaza, alegando la juventud de Gimbernat. En un principio fue nombrado profesor honorario de Anatomía y, poco después, profesor supernumerario. En 1764 se le concedió la titularidad oficial de la plaza de profesor de Anatomía del Real Colegio de Cirugía de Barcelona, y fue nombrado también cirujano mayor.
Existía ya entonces el firme propósito de ampliar el número de escuelas de cirugía en España. Pero antes de realizarlo, juzgó prudente la Corona, en la persona del rey CarlosIII, atendiendo los sabios consejos de los cirujanos de cámara, que dosde sus más prestigiosos cirujanos saliesen, en comisión científica, a visitar las escuelas quirúrgicas extranjeras y a tomar nota de sus adelantos para poder implantarlos en el nuevo Colegio de Cirugía que se proyectaba fundar en Madrid.
Con este objetivo, en octubre de 1774 (cuando contaba 40años de edad y 12de profesorado), Gimbernat emprendió un viaje a París en compañía de Don Mariano Ribas, cirujano de la Real Armada y catedrático del Real Colegio de Cirugía de Cádiz.
La edad madura, la constante aplicación y el talento del comisionado daban garantías de acierto a su designación, sin contar que ya para entonces Gimbernat había demostrado con hechos sus grandes aptitudes de anatómico, de cirujano y de maestro1,2 (fig. 1).
Estancias en París y en LondresGimbernat permaneció en París casi dosaños (en el Hôpital de la Charité y en el Hôtel de Dieu), cultivando la amistad de talentos como Desault (quien sentó las bases de la moderna anatomía topográfica y del que son discípulos destacados Dupuytren y Bichat). Aunque Petit había fallecido ya, Gimbernat debió de conocer a su discípulo Chopart. Asistió, además, a las lecciones de química de Magner.
Trasladado a Londres, tuvo en esta ciudad noticia de la muerte de su maestro, el gran Virgili, acaecida el 6 de septiembre de 1776 en Barcelona.
Escribió una crónica de sus actividades bajo el epígrafe de Notas prácticas de Londres, en la que se describen las operaciones quirúrgicas que había presenciado en los hospitales de Guy, Santo Tomás, San Bartolomé y San Jorge, donde eran destacados cirujanos Cheselden, Percival Pott, Young, Hunter y otros.
Gimbernat no asistía a estas operaciones como un mero espectador: su espíritu práctico y positivo, enemigo de las elucubraciones teóricas, le conducía a observar, juzgar y dar su opinión (lo que se halla confirmado, por ejemplo, en una discusión sobre un caso clínico que sostuvo con Pott, en que este defendía el diagnóstico de aneurisma y Gimbernat el de hematoma).
En 1777 asistió al curso de cirugía que impartía John Hunter. Cuando llegó la lección 80 (el 25 de abril), al hablar de la operación de la hernia crural, Hunter manifestó los grandes riesgos de lesión que conllevaba la dilatación del anillo crural. Entonces Gimbernat, con su venia, expuso su procedimiento de quelotomía, practicado con éxito en dosocasiones en Barcelona (en 1772), en sendos enfermos con hernia crural estrangulada, y que consistía en introducir oblicuamente de fuera hacia dentro y de delante hacia atrás, entre el intestino herniado y el saco herniario, una sonda acanalada, con su canal dirigido hacia el ligamento lacunar (ligamento de Gimbernat), seccionando sobre ella.
A continuación efectuó la operación en la misma pieza anatómica que había servido a Hunter para su explicación. Hunter, comprendiendo la razón que asistía al español, le respondió con la mayor nobleza: «You are right, Sir», y añadió: «Yo lo haré público en mis lecciones y lo practicaré así cuando se me presente ocasión de operar sobre el vivo».
Sin duda, este episodio contribuyó a la inmortalidad de Gimbernat, pues Hunter, cumpliendo sus nobles palabras, dio ocasión, en escritos y conferencias, a que el mundo conociera los trabajos del cirujano español, desconocido hasta aquel tiempo3-5.
Desde entonces, el ligamento lacunar del canal femoral (descrito por primera vez por Gimbernat en Barcelona en 1768 y consistente en una expansión fibrosa triangular de la aponeurosis del músculo oblicuo mayor que se desprende de la parte posterior e interna del arco crural y que se fija en la cresta pectínea, formando la parte interna del anillo crural) es universalmente conocido como ligamento de Gimbernat.
Regreso a España y fundación del Real Colegio de Cirugía de San CarlosDe regreso a España, en 1778, tras una estancia en Edimburgo y en la ciudad holandesa de Leyden, Gimbernat y su compañero Ribas reanudaron su actividad docente en Barcelona, hasta que en 1779 fueron requeridos en Madrid para proceder al establecimiento de un Colegio de Cirugía.
Después de muchos años de planificación, el 1 de octubre de 1787 tuvo lugar la apertura del Real Colegio de Cirugía de San Carlos en los sótanos del Hospital General, para el que Gimbernat fue nombrado director y catedrático de Operaciones y Álgebra Quirúrgica (Traumatología).
Empezó la matrícula con cincoalumnos, que eran practicantes en aquel hospital. La enseñanza se impartía en las buhardillas, y el resto del local se destinaba a las clínicas.
A Gimbernat se le encargó, en este colegio, crear un gabinete anatómico y patológico, cosa que logró con el mayor acierto y consiguió que, seisaños más tarde, el Colegio de San Carlos estuviese en posesión de una de las colecciones más completas de la Europa de aquella época6.
En 1789 fue nombrado cirujano de cámara de su majestad el rey, y se le concedió título nobiliario. En 1801 fue nombrado primer cirujano real y presidente de todos los colegios de cirugía de España.
Don Antonio Gimbernat falleció en Madrid el 17 de noviembre de 1816, a la edad de 82años, después de una larga y fructífera vida dedicada por entero a la noble tarea de la enseñanza y a la ampliación y profundización de los conocimientos anatómicos y quirúrgicos (fig. 2).
Contribuciones anatómicas y quirúrgicasComo anatómico, además de haber realizado gran número de autopsias, había disecado con esmero y reflexión 32cadáveres humanos (cifra extraordinaria en España en aquella época), la mayor parte de manera pública en sus lecciones de cátedra en Barcelona, procurando la colaboración de sus alumnos y anotando cuidadosamente la disposición y los caracteres de todos los órganos3-5.
En sus numerosos y extensos manuscritos —de los que solo se conserva un reducido número— deja constancia de las observaciones y particularidades, con una exactitud y sencillez impropias del afectado y rebuscado estilo de aquella época.
En Barcelona, en 1768, Gimbernat describió por primera vez la disposición de las fibras aponeuróticas en la extremidad interna del arco crural o ligamento de Falopio y la utilidad de su estudio para la operación de la hernia crural estrangulada, según un nuevo procedimiento de su invención que tuvo ocasión de comprobar en doscasos prácticos (en 1772).
Años más tarde mandó imprimir dichos trabajos en un libro titulado Nuevo método de operar en la hernia crural (Madrid, 1793), obra traducida al inglés, al alemán y al francés y que recibió elogiosas reseñas en muchas revistas de medicina7,8. En la segunda parte de esta obra expone con precisión la anatomía de la región inguinal, donde describe el ligamento que hoy en día lleva su nombre, también llamado ligamentum lacunare (ligamento lacunar). Lo hace con estas palabras:
«Después que el pilar inferior se separa del superior para formar el anillo inguinario, va a fijarse en un tubérculo del pubis, que han llamado espina, la cual da principio a la cresta del ramo superior de este hueso, y es la continuación de la línea ileopectínea; pero este pilar no solo se ata a la espina por un conjunto considerable de fibras aponeuróticas, sino que, siendo aquí mucho mayor el doblez del arco, se continúa hacia adentro, atándose a la cresta del pubis, mediante un notable pliegue que se forma de la porción de aponeurosis que le corresponde»7,8.
Actualmente el ligamento lacunar también se conoce con el nombre de «ligamento de Gimbernat». A Sir Astley Cooper, discípulo de John Hunter, debemos la consagración del epónimo (fig. 3).
En este libro, Gimbernat describió también el hallazgo frecuente de un ganglio en la proximidad inmediata del canal femoral, estructura que podía confundirse con una hernia crural incarcerada.
De la originalidad de los hallazgos y descripciones de Gimbernat en esta monografía juzgaremos por el hecho de que detalles anatómicos en ella expuestos fueron bautizados más tarde con epónimos extranjeros. Tal es el caso del ganglio linfático singular, descrito por Gimbernat en 1768, expuesto a Hunter en 1777 y publicado en el libro de 1793 al que aludimos, y cuyo descubrimiento fue, sin embargo, atribuido por los franceses a Jules Germain Cloquet (nacido en 1787, es decir, 19 años después de haber demostrado Gimbernat este ganglio a sus discípulos y a los 10 de haberlo expuesto a Hunter), y por los alemanes a Johann Christian Rosenmüller, distinguido profesor de Anatomía y Cirugía de Leipzig, autor de un manual de anatomía, pero nacido en 1771 (3años después de haberlo dado a conocer Gimbernat)5,9.
También describió, en esta misma obra, la técnica del tratamiento quirúrgico de la hernia crural estrangulada, consistente en la sección del ligamento lacunar para facilitar la reducción del contenido herniario, técnica expuesta a Hunter en 1777 (como hemos comentado).
Otras contribuciones a la enseñanza quirúrgica son su Disertación inaugural sobre el recto uso de las suturas y su abuso (leída en la apertura del Real Colegio de Cirugía de San Carlos el día 1 de octubre de 1787, y publicada en Madrid en 1801) y una publicación de 1802 sobre la cirugía corneal, titulada Disertación sobre las úlceras de los ojos que interesan la córnea transparente7.
Al mismo tiempo ejercía la profesión quirúrgica, dedicándose especialmente a la oftalmología e inventando su célebre especulum, o anillo ocular, para facilitar la operación de la catarata. Aparte de este, es inventor de otros muchos instrumentos quirúrgicos, entre los que destaca un litótomo renal10.
Don Antonio Gimbernat y su maestro Don Pedro Virgili protagonizaron uno de los capítulos más brillantes de la historia de la cirugía y de la medicina en España9,11.
Obras de GimbernatEn la bibliografía de Gimbernat7 destacan las siguientes obras:
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Oración inaugural para la apertura de los estudios, celebrada en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona el día 5 de octubre de 1768. Barcelona, Thomas Piferrer, 1768.
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Oración inaugural para la apertura de los estudios, celebrada en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona el 5 de octubre de 1773. Barcelona, Francisco Suria y Burgada, 1773.
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Oración inaugural para la apertura de los estudios, celebrada en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona el 5 de octubre de 1793. Barcelona, Francisco Suria y Burgada, 1793.
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Nuevo método de operar en la hernia crural. Madrid, Imp. de la Vda. de Ibarra, 1793; traducción inglesa: Londres, 1795; alemana: Nuremberg, 1817; francesa: Journal des Progréss des Sciences Médicales, núm. 5, 1827.
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Formulario quirúrgico para el uso del Hospital General de Madrid. Madrid, 1794.
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Disertación inaugural sobre el recto uso de las suturas y su abuso, leída en la primera apertura del Real Colegio de Cirugía de San Carlos, el día 1.° de octubre de 1787. Madrid, Imp. de la Vda. de Ibarra, 1801.
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Disertación sobre las úlceras de los ojos que interesan la córnea transparente. Madrid, 1802.
El autor declara no tener conflicto de intereses.