Las hernias del diafragma son un reto para cualquier cirujano, y no existe un circuito de atención reconocido para estos pacientes. ¿A quién pertenece esta patología: al cirujano general, al torácico, al laparoscopista, al herniólogo? Presentamos el caso de un varón cuyo diagnóstico tardó más de 12 años en realizarse, después de repetidos ingresos médicos por problemas respiratorios y digestivos inespecíficos. Se describe el manejo y tratamiento elegido, según su tamaño. Se discute la necesidad de una colaboración entre especialistas y la centralización de casos para poder ofrecer una experiencia y resultados eficientes.
Diaphragm hernias are a challenge for any surgeon and there is no care circuit recognized for these patients. Who is responsible for this pathology: the general surgeon, the chest surgeon, the laparoscopic surgeon, etc? We report the case of a man whose diagnosis took more than 12 years in the making after repeated hospitalizations for nonspecific respiratory and digestive problems. We describe the management and treatment chosen, following size criteria. We discuss the need for a collaboration between specialists and for the centralization of cases in order to offer efficient experience and results.
Las hernias del diafragma son un reto para cualquier cirujano: implican a muchos especialistas, sus sÃntomas son inespecÃficos, permanecen sin diagnosticar durante años, su tratamiento no está estandarizado y no existe un circuito de atención reconocido para estos pacientes. ¿A quién pertenece esta patologÃa: al cirujano general, al torácico, al laparoscopista, al herniólogo?
Presentamos el caso de un varón de 40 años, con historia de más de 12 años de problemas respiratorios (disnea moderada, opresión torácica, tos, etc.) y digestivos inespecÃficos (estreñimiento o diarrea ocasional, dolor abdominal generalizado, náuseas y vómitos esporádicos, etc.), con 3 ingresos en medicina interna en los últimos dos años por neumonÃas de repetición. La sospecha clÃnica se inicia con una radiologÃa de tórax, en la que se observa ocupación del hemitórax y desviación del mediastino. Una tomografÃa permite llegar al diagnóstico y realizar la consulta a un «cirujano con experiencia en hernias abdominales». Tras una preparación adecuada por el neumólogo, internista y anestesista, se plantea la necesidad de intervenir.
Dado el gran tamaño del defecto posterior, del contenido intestinal masivo y de los años de evolución, se descarta la posibilidad de abordaje laparoscópico. Se plantea una operación abierta y se procede mediante laparotomÃa media supraumbilical de la siguiente manera: exploración inicial, reducción del contenido (omento mayor, intestino delgado, colon derecho con apéndice libre en tórax, riñón izquierdo, bazo y parte del
estómago con rotación axial), apendicectomÃa profiláctica, colocación de drenaje pleural, aproximación de pilares musculares con sutura a puntos sueltos, malla ligera recubierta de titanio (35g/m2) como refuerzo de la reparación y cierre por planos. El paciente tuvo un posoperatorio sin complicaciones de ningún tipo, y es dado de alta al 5.° dÃa. Actualmente ha pasado varias revisiones (a los 3, 6 y 12 meses), con desaparición de los problemas tóraco-abdominales y tomografÃa normal. Lleva una vida plenamente activa (en la que incluye deporte).El caso que ilustramos muestra la necesidad actual de trabajar en equipos multidisciplinares o de la colaboración entre especialistas para poder llevar a término con éxito enfermedades poco habituales. Las hernias del diafragma son problemas relativamente raros que precisan ser centralizados en una Unidad de Hernias y Pared Abdominal para poder tener una experiencia suficiente y ofrecer unos resultados eficientes. Este especialista es el que mejor posición tiene para evaluar la necesidad de cirugÃa, tipo de abordaje (abierto o laparoscopia), valorar el correcto tratamiento del contenido abdominal herniado, plantear una reconstrucción del diafragma roto (evaluar que tejidos utilizar, que malla es la adecuada y que fijación a cada lado de los pilares del diafragma según su relación con el pericardio y pleuras), afrontar sus posibles complicaciones y establecer un seguimiento adecuado y un control de recidivas1–4.
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.